martes, 16 de diciembre de 2014

Intentemos entenderlas

Dice la gente: 'a la mujer no hay que entenderla, hay que amarla'. Eso es estúpido. ¿Cómo carajo te apegas a algo que no comprendes? Incluso los perros, esos que hoy en día son el sinónimo más aceptado de fidelidad, se apegan a la gente que les da comida y les rasca la panza. Eso es lógico, es reciprocidad.

Apegarse a alguien sin tener la capacidad de entenderla es como cuando uno pone a su papá, por primera vez, a intentar jugar videojuegos: el sofware puede ser la cosa más bacán que se haya programado, pero papá no entiende como carajo se mueven las palancas, como y cuando oprimir los botones, por ende nunca va a poder disfrutar del juego. La mujer es ese software complejo en el que uno no entiende un carajo de como hay que mover los controles para que todo funcione.

Pero aunque la naturaleza de la hembra sea indescifrable, hay algo que uno debe tener por sentado, entender por omisión: hay que respetarlas. No estoy hablando de abrirle las puertas para que pasen o darle un trato preferencial por el mero hecho de ser mujeres, eso no es más que afianzar el estereotipo de que son una 'raza inferior' que no puede valerse por si misma, sino de entender que es un ser humano que merece respeto, espacio y tolerancia.

Aparentemente el ecuatoriano (masculino) es lo más próximo que hay a un neandertal y ahora, por eso mismo, por nuestra incapacidad de respeto, el municipio de Guayaquil tendrá que crear Metrovias, transporte público masivo, especialmente para mujeres porque, aparentemente (tengo ya un par de años sin montar la Metro), ahí adentro las mujeres son manoseadas, 'punteadas', se les insinúan y pobre de ellas de que den un 'no' por respuesta. Ahí conocerán lo insistente que puede llegar a ser un hombre que aparentemente no tuvo madre.

Hay quienes dirán que es culpa del alcalde esta segregación de géneros y, quizás en parte lo es, por acceder a esto, pero ¿cómo educas de la noche a la mañana a los más de 500.000 pasajeros que abordan la Metrovía? La alcaldía lo que hace es responder de la única forma (a corto plazo) que puede.

En realidad no comprendo como es que hay personas de mi género que se propasan con las mujeres. ¿Qué de bueno hay en conseguir cosas sin la aprobación de una mujer? ¿Acaso no entienden que no hay nada más bonito que una mujer desee entregarse a uno? Eso jamás se conseguirá a punta de vergasos en el bus. No existe forma humana que eso sea posible.

La incomodidad de las mujeres debería ser razón suficiente para que uno se detenga. 'Es que el que la persigue la consigue', me han dicho. Eso es tan imbécil. Meses después, cuando esa misma chica a la que a través de la insistencia se la convenció de salir y tener algo, ella mismo querrá salir despavorida y entonces vendrá el mal genio del tipo que la llamará mal llevada, puta, zorra, y demás epítetos que es lo único que sabe decir el neandertal despechado. Y todo porque desde un principio lo que quería decirle era no. 

La mujer es jodida, sí, y en su jodedera se merece todo el maldito respeto del mundo. No por ser mujer, por se una persona, la hija de alguien, la hermana de un individuo, la madre de un niño, la amiga de un pendejo.

Esto no es balística, no es física cuántica ni mucho menos física nuclear. Aparentemente hay que ser un genio para darse cuenta de que en el Ecuador la mujer es tratada como menos que una persona, sin derechos reproductivos y con un sueldo más bajo en relación a los hombres; y si eso es 'amarla', me niego a hacerlo. Yo prefiero, aunque con éxito medio, intentar comprenderlas. 

viernes, 31 de octubre de 2014

Párenle a la farra

Como todos los viernes, llega la happy hour, el 2x1 hasta las 10 de la noche y la única razón de vida de millares de personas: farrear.

Que actividad para más estúpida, que cosa para más horrenda. Sí, entiendo que como la mayoría de personas vive una existencia reprimida, amargada, trabajando en lo primero que encontraron cuando salieron del colegio/universidad, y en donde forjaron una carrera que no les complace, vivan añorando esa felicidad sin descontrol y explicación que genera la música a todo volumen combinada con trago barato vendido muy caro. Todo un coctel malas elecciones que se convierten en buenas cada que, como loro, se repite, en modo de hipnosis: 'bailando soy feliz'.

Es que farrear apela a la mentalidad de los bobos, de los débiles de caracter, de la gente sin criterio. ¿Cómo más explica el hecho de que alguien pague 20 dólares para entrar a un lugar incómodo lleno de desconocidos, intoxicados en alcohol, y sea capaz de pagar 5 dólares por una cerveza que cuesta $1?

Farrear en la máxima expresión del bobo hijueputa, del descerebrado sin vida que debe autoinflingirse felicidad a punta de pasos de baile enérgicos que le produzcan endorofinas suficientes para olvidar lo miserables que son sus días.

Hay que estar realmente mal de la cabeza para disfrutar 'farrear': para encerrarse en diminutos cuartos con música a todo volumen que no deja entablar conversación, arreglarse al 100% para luego brincar y sudar para borrar todo vestigio de descencia junto a otra caterva de desconocido con los que, en el mejor de los casos, terminarán fornicando. No le veo otra función a este bobo ritual. Sino ¿para qué mierda hacerlo?

Ya sé lo que me dirán, '¿qué tiene de malo querer salir a divertirse una rato?', y yo les contesto: tiene todo de malo. No hay justificación ni acción positiva al otro lado de la ecuación. Celebrar, la euforia, son recompensas para los momentos sublimes de la vida en los que se alcanzan cosas, y acá el único que celebra es el dueño del local en el que usted gasta 200 dólares en una botella que cuesta 60. BINGO.

Farrear es imbécil, pero hay que entender porqué la gente lo hace. Más allá de salir a desaforar toda esa depresión comprimida en cada día de trabajo, el mover el cuerpo, rozar las partes intimas con las de otra persona, produce una reacción química en el cuerpo que semeja un estado de placer. La libertad de vivir una tapiñada sexualidad a través de misóginas letras y ese incipiente sentido de 'solo se vive una vez' que se tiene mientras de ingiere trago barato, todo eso forma es industria del falso placer que es 'el entretenimiento para adultos'. Y sí, es una industria en la que usted, bobo hijueputa, es el producto.

Sí tantas ganas tiene de 'vivir una noche como si fuera la última', vayan a Siria. Allá eso si es más acertado.

Bailar es una acción bonita, un arte, beber, el trago, es una brebaje hermoso, en parte saludable y exquisito, resultado de ardua investigación para el deleite, y ambos deben emplearse/injerirse en momentos de suprema celebración, no todos los viernes y sábado, como rutina hipnótica en búsqueda de un placer inalcanzable.

No importa cuanto me jodan con 'ay, que amargado... ay, a mi me gusta divertirme', el deleite personal no tiene absolutamente nada de positivo en la vida en general y lo único que haces es salir a destruirte las neuronas pagando sobre precio mientras dejas que te modifique el pensamiento una canción misógina a la vez.

Párenle a esta mierda. Me molesta en serio la incipiente y sin sentido de las acciones de la población porque a la larga me joden mi vida.

La gente que farrea es la misma clase de hijueputa cuya meta más grande en la vida es casarse, que no es otra cosa más que una mega farra; la misma clase de idiota que creen que los embarazos no planeados son 'bendiciones', y la misma clase de caterva que cree en seres todopoderosos a los que no pueden ver. Me menerva porque quizás hoy yo me meto en sus vidas, pero ellos siempre se andan metiendo en la mía. Imbéciles. 

jueves, 23 de octubre de 2014

Planes futuros

Creo que el periodismo agoniza, se muere, se nos va. Esto no por falta de calidad y profesionales, de los que también hay una crisis, pero más porque ya no hay nadie que los veo o lea. 

Muchos culpan al internet, y en parte tienen razón, porque los medios sufren de los mismo que la indutria del porno: regalaron su trabajo en la web y ahora nadie está dispuesto a pagar por consumirlos. Nunca nadie se ocupó de educar a los consumidores hacia el hecho de que si quieren información de calidad, hay alguien al otro lado de la pantalla que debe trabajar mucho por conseguirla, y por ende recibir un sueldo a la par de sus esfuerzos, de su riesgo. Y eso no pasa. 

Ya no queda si no un grupo diminuto de personas que abren un diario y en la web nadie ve una noticia que no sea viral. Alguna de esas vainas tan feas, polémicas de mierda que copan la web, y de las que todos los que alguna vez tuvimos el gusto de ver nuestras palabras plasmadas en el papel de un rotativo, hemos sido partícipes. 

No vivimos una época de cambio sino el cambio mismo. De aquí en 5 años, no creo que queden suficientes suscriptores de medios impresos y por ende van a perecer. Los diarios web no se podrán mantener a punta de publicidad de banners y se volcarán a la publicidad nativa, que no es otra cosa que vender las letras al mejor postor. Y eso no es periodismo. 

Ya nadie lee, y por eso creo que es hora, antes de percer, de empezar a considerar ponerle una pausa a las letras. Es difícil, porque no se puede abandonar de buenas a primeras algo a lo que se le tuvo una pasión devota, y ahora solo se lo ve con resentimiento y desprecio. 

Hay que empezar a hacer planes futuros, empezar a dosificar el dolor que será ver lo que algún día fue la industria de la información, en un pasquín de anuncios camuflados en noticias; a profesionales de la investigación en meras cheerleaders de las marcas que les pagan por hacer lo único para lo que los educaron: escribir.

martes, 7 de octubre de 2014

El fin de las guapas

Dicen que no hay nada más feo que la guerra, pero si no hubiese sido por el conflitco global de 1914, no habría cirugías plásticas (tal y como hoy las conocemos). Y bueno, a las mujeres les encanta la cirugía, y se retocan el rostro, para lucir más bonitas.

Hay que ser sinceros: sí, la mayoría quedan más lindas o buenas después de que el bisturí les rasga el cuerpo, pero eso es sólo porque estamos obsesionados con una sola forma de belleza: tetas y nalgas; narices repingadas y cabello kilométrico; Kate Upton y la Meg Ryan de los 80. Pero, ¿es esa la clase de mujeres que de verdad queremos?

David Foster Wallace decía: 'la publicidad se basa en el concepto de crear una ansiedad que sólo puede ser saciada con la obtención de algo'.

Si por un lado tengo a Sport Ilustrated poniendome las tetas de la Upton todo el día en la cara, y por el otro lado tengo a Levi's atiborrándome la vista con nalgonas por el otro lado, es lógico que mi única necesidad a saciarse sea la de poseer una mujer así. Y eso, de hecho, no es verdad.

Ahora, si uno como hombre siente la presión de tener una mujer así, ¿cómo se siente la mujer a la que todos los días el medio les dice que no es bonita? Que cosa de miedo.

Es por eso que el concepto de belleza está tan perdido: por esa necesidad de la mujer de caber en un jean, de llenar una blusa, de lucir tal y como el producto que le dicen todo el puto día que debe ser. Y es entonces cuando meten su cuerpo al molde, cuando le permiten al bisturí imponerse sobre su naturaleza, sobre ese culito bonito y no voluminoso, o escabullirse por debajo de la grasa de su busto y crear montañas de silicona, todo por lucir tal y como el estandar de belleza dictamina.

Así es como hemos llegado al fin de las guapas. Ya las mujeres no son sino una producto más de la publicidad, fabricadas a punta de bisturí, kilos de maquillaje y medidas estandar. Ya esa cosa bonita de la hembra que resaltaba por ser un individuo no existe y en su lugar lo que ha quedado es producto que los hombres debemos consumir y las mujeres deben obtener. Horrible.

No por esto venga a decirme que estoy en contra de la cirugía plástica porque también tiene sus beneficios, pero todos terapéuticos.

No creo en el estandar de belleza y a diario peleo para recordármelo, porque sé que a penas me descuido, habrá un comercial que lo ponga de nuevo en el mate. Me recuerdo que lo importante es estar lo más sano posible, y en este caso cada cuerpo tiene su forma. Hay mujeres a las que la salud las llevará a tener un cuerpo voluminoso, y está bien, así como el mismo hecho de estar en forma, llevará a hombres a una forma de Atlas. Y eso está bien.

Mientras escribo busco referencias sobre los diferentes tipos de cuerpos, para mostrar que lo que hablo tiene su base científica y, en el transcurso del googleo, me aparecen promociones para liposucciones, descuentos en pastillas para bajar de peso y, como era de esperarse, las tetas de Kate Upton. Ahí todo este discurse se me va la mierda, y solo pienso en que yo se las quiero tocar.

Pero bueno, ya se me ha de pasar la ansiedad. 

martes, 30 de septiembre de 2014

10 trucos para parecer inteligente

Mi veterana siempre dice: 'como te ven te tratan'. Tiene algo de razón, y odio admitirlo, porque en realidad no me gusta arreglarme mucho. 

Mi pugna contra el 'estilo' no tiene nada de conceptual, meramente se trata de vagancia. Verse bien requiere de un determinado tiempo que no estoy dispuesto a dar: peinarse, afeitarse (así tenga un esperpento de barba), combinar ropa y usar zapatos de suela. Es la incomodidad. 

Debo parecer un ejecutivo para que me traten como tal, así mi trabajo sea el de tomar fotos. Quizá hable mejor que un legista pero no me gusta adornarme como uno, porque es incómodo. Normalmente la etiqueta, protocolo, es una herramienta de segregación para los que no tienen cerebro. 

Una vez vi un artículo que decía: 'vístete como intelectual'. Lo vi, no quería ni leerlo. Me resultaba asqueroso que alguien haya escrito algo tan burdo, tan vacío. ¿Es mejor parecer inteligente que serlo? 

Hoy por la mañana encontré un artículo: '10 trucos para parecer inteligente', y, por puro morbo, tuve que ojearlo. Porque imagino que hay mucho hijueputa que debe seguir a raja tabla estos tips así como los obesos intentan comer toda la mierda que les dice Men's Health.

¿Qué clase de ser infecto intenta con sus entrañas parecer inteligente? ¿En realidad habrá gente que se trague el cuento? Asumo que sí, porque hay mucho tarado en cargos altos y con el conocimiento de un quinceañero colegial reprobado. La burocracia es el ejemplo vivo: miles de imbéciles con un título que los acredita a poseer conocimientos que no tienen. Malditos. 

Pero en realidad la gente más brillante es la que más cara de lelos tiene: Einstein, por ejemplo, odiaba tener que perder el tiempo pensando que ponerse en las mañanas y tenía 7 pares de camisas y pantalones del mismo color, así simplemente se ponía lo que encontraba y dedicaba su tiempo a cosas brillantes. ¿Qué pensaría él del 'vestirse como intelectual'? 

Si usted es de esos que busca su IQ en exámenes de internet, que le encanta llenar tests de Facebook para ver que personaje de 'Friends' es, que sigue consejos para verse más inteligente en una reunión de trabajo, déjeme decirle que su vida es miserable y que, siguiendo la ley de la que me parió, yo lo voy a tratar tal y como lo veo: como el bobo hijueputa que es. 

lunes, 8 de septiembre de 2014

El impuesto

No he votado. Nunca. Siempre dibujo un pene en la papeleta y, metafóricamente, se lo meto al CNE por el buzón de la democracia. No es un acto de rebeldía, es una reacción al fastidio que el sufragio me produce.

Porque no importa lo que elijas, siempre elegirás mal. Es lo que pasa cuando te toca vivir en una región del mundo en la que las únicas personas que quieren dirigir países, son todos ese hijos de puta que no le dieron suficiente cariño de chiquitos, por lo que crecen con ganas de desquitarse con todo maldito que les haya jodido la vida así sea un poquito.

Y es que cuando no tienes talento para los negocios no te queda otra cosa que ser político. No quiero hace ninguna afirmación, pero a los puestos públicos se entra pobre y se sale rico. Eso aparentemente es magia porque, todo político jura que es honesto. Y la palabra vale.

Entonces un servidor público es lo mismo que David Blane, solo que sin tanto espectáculo. Eso si es que no hablamos del 'Loco que ama'.

Pero para servir al público se necesita plata, y esa plata sale de los impuestos que usted y yo pagamos. El SRI es como ese sombrero que usan los 'magos públicos' para hacer aparecer, de la nada, hospitales, viviendas, edificios y carros 'para servir al público'. Porque movilizarse en transporte público, para el servidor, aparentemente, tampoco es una opción.

Yo no sé de economía y por eso no me voy a poder de tu a tu con el presidente que, de 'superavit' en 'superavit', me va a dejar en ridículo con el parloteo de economista de escritorio. Yo de lo que sí le puedo hablar es de mi malestar al tener que pagarle impuestos para que le pague el sueldo a José Francisco Cevallos, ministro del deporte, y tantos otros servidores públicos que no hacen más que 'hacer magia'. Mi plata me la quiero gastar comprando por Amazon, pero ahora tampoco se puede porque llenaron de impuestos esa vaina.

Bendito entonces el que tiene valija diplomática que hasta coca pueden meter a otros países. Uno que solo se quiere mandar a pedir juguetitos y (oh, sorpresa), implementos para trabajar, es el verdadero enemigo de la industria nacional. Bueno, cuando Nikon abra fábrica en Mompiche, compro Nikon 'made in Ecuador'. Mientras tanto, jódame no más.

El último impuesto es uno que raya en lo absurdo: el impuesto a la comida chatarra, porque, aparentemente hay mucho jueputa comiendo mal y es el 'mágico gobierno' el que viene a destaparle las arterias al Ecuador entero.

Dicen que la plata es para curar a todos los que se van a enfermar comiendo esa mierda, pero, me permito opinar: ya es cuestión de uno si se quiere enfermar o no.

Pero viéndolo desdel otro punto de vista, y valiéndome de los rumores esos de que se necesita gente que pague impuestos porque no hay plata en el país, entiendo que quieran salvar a tanto hijueputa aportador. Se muere un y son una tracalada de impuestos menos. Y eso de que 'es mi vida y yo decido lo que hago con ella' jamás ha servido de argumento acá en el país. ¿O no recuerda que usted está obligado a votar porque sin el papelito ese no puede ni un préstamo hacer?

Ahora votar y comer sano son obligaciones impuestas por el estado. Una vez más comprobando que eso de la democracia es más dañino que una hamburguesa de transnacional gringa. 

miércoles, 20 de agosto de 2014

Groserías

No me gusta el feminismo. Al menos el radical. Lo digo desde lo más misógino de mi persona, desde el rincón más cochino de todo lo mal que me gusta tratar a las mujeres. No de una forma denigrante y mucho menos física, solo con ese cariño que no encuentra otra forma de desfogue ni expresión más que en la grosería. 

Digo que odio al feminismo porque a mi siempre me a gustado decirle a las mujeres lo mucho que me gustan sus nalgas, con toda la intensión de enfatizar en eso bonito de su anatomía, y a ellas les ofende todo esto. 

Estoy en contra de toda forma esquiva del idioma, de ese 'quisiera ser un pez, para clavar mi nariz en tu pecera', que por más prosa que tenga Juan Luis Guerra, no es sino una forma 'formal' de decir 'te la quiero clavar'. Sí, la primera tiene todos los dotes de lo que una persona que domina el idioma puede alcanzar, pero no deja de significar lo segundo. 

A mi no me gusta irme por la tangente y en vez de decir 'quisiera hacer contigo lo que la primavera le hace a los cerezos', digo: 'lo que daría por ver ese culito'. Tácheme de misógino, de machista, de mirar como un objeto a las mujeres (que no lo hago), pero no me puede decir mentiroso. 

Creo que no me falta idioma para encontrar bonitas formas de hablar de la 'pecera' y la 'primavera', pero prefiero no hacerlo. Toda esa carga de misticismo que le mete mi género para hacer de las suyas con el femenino, me enferma. Me enferma porque entre flores, canciones de Arjona y poesía de pueblo, todo eso bonito que resultaba ser el cortejo no quedó más que para protocolo de fotos en Instagram. 

No con todo esto vengo a decir que uno deba hacer de su galanteo una cosa de piropos, esa mierda de jerga que en realidad degrada a la mujer. Lo que le digo es que sea sincero, que le diga a la mujer lo que quiere, lo que le gusta de ella y lo mucho que le agrada almorzar o cenar con ella. Ellas no piden más. Al menos por un buen rato. 

Cuando usted la cague, admítalo, pida perdón y si su disculpa es recíproca, tendrá más oportunidades. Sino, siga con su maldita vida así esa mujer haya sido lo más lindo que haya intentado comerse en la vida. No le de más vueltas al asunto y, por lo que más quiera, no hable mal de ella. ¿Qué sacamos los hombres haciendo mierda a las mujeres? Nada. Nada más que gritarle al mundo que uno lo tiene chiquito y se quiere desquitar con el resto. 

Pero si usted quiere a una hembra, hágaselo saber con groserías, con una nalgada y con un verso sacado de una canción de reguetón escrita por un lerdo (pero usted hágalo con conocimiento de causa). No le diga que la ama, eso es mediocre, hágaselo bien que es mejor; y acuérdese de su cumpleaños. Deje de andar con boberías y prometer cariño para esta vida la otra. Usted prometa lo que puede dar: palos mediocres, buena comida y cero violencia. Si no puede con lo último, mejor vaya y siga corriéndose la paja. Esto último es lo que más felices hace a las 'feminazis', porque a estas lo que más les excita es que a la mujer no se la toque 'ni con el pétalo de una rosa'. Y ellas están mal. 

martes, 12 de agosto de 2014

No a los 'tributos'

Nunca he creído que imitar sea un talento, de hecho lo considero un plagio. Peor, bailar como Michael Jackson no le hace bien al baile. El adicto a las cirugías plásticas ya dejó su marca, para bien o mal, en la forma que la gente se mueve. Repetir una y mil veces al tipo no aporta con nada positivo a la danza, y no me importa cuanto se diga que es por rendirle un homenaje a su arte. Eso significa que no se tiene el talento para pensar pasos de baile propios. 

Por eso es que show de televisión que premian a los mejores imitadores me dan asco, y aún más repudio me da la persona que quiere vivir bajo la sombra de alguien a quien dice admirar, pero no hace más que lucrar del trabajo ajeno de alguien que si le metió mucha cabeza para lograr algo original. Es enfermizo. 

Es por eso que no hay peor evento que un 'tributo': una serie de sujetos que, en nombre de rendir 'homenaje' a un artista en particular, cobran por repetir, y muchas veces repitiendo mal, las canciones de artistas de toda índole. 

En nombre de 'acá nunca vendrán esos artistas', hemos profanado toda la idea de lo que un concierto se supone es: tributo a Sabina, a Soda Estero, Oasis, Alicen In Chain, Linkin Park, Sabina (que de por si el tipo ya es una mala imitación de si mismo hace 20 años), y ha habido valientes que ajenandose a todo criterio, forma y fondo, le hacen tributos a Arjona. Los primeros son solo gente con mal criterio, los segundo ya son enfermos desquiciados que no quieren sino seguirle jodiendo el gusto al mundo. 

Y en una escena musical tan jodida como la local, entiendo que mucha gente con buenas ideas y mejor acordes, recurra a los tributos para ganar algo de plata haciendo lo que les gusta. Entiendo, no justifico. Los entiendo porque acá se le da muy poca cabida, incluso con la ley de 1x1, a los artistas locales, esos que, (algunos) teniendo todo lo que se necesita para ser grandes (menos el marketing), no quedan sino para teloneros de un extranjero. Y eso si da pena. 

También los artistas locales, muchas veces, piden que los apoyen porque son 'made in Ecuador' y eso es tan basura com lucrar de los tributos. Si tocas bien, se lo reconocerá, sino, no. Aunque quizás esta ley no aplica en un país con tan malos gustos como el nuestro. 

En fin, el tributo no es sino una forma de piratería de la que lucran los bares, de las que se aprovechan muchos artistas y de la que disfrutan miles de personas que, en una mentira colectiva, no hacen sino jugar a la idea de que están escuchando la banda que tanto les gusta. 

Quizás hacer tributos no está mal, pero no cobren por hacerlos. ¿De eso se trata un homenaje, no? ¿De rendirle respeto a quien admiras?  Y eso no tiene nada de malo. Hasta los más grandes artistas han hecho homenajes (covers) de canciones ajenas, solo que ellos si le pagaron los respectivos derechos, a la disquera y al artista (que fueron lo que metieron plata y cabeza para hacer un producto tan bueno), para lucrar de la misma. 

lunes, 4 de agosto de 2014

Estoy bien

La selfie le ha quitado lo divertido a la soledad. Ahora ese retrato auto-complaciente que uno se hace con el celular puede ser considerado un hito histórico y hasta 'genial', pero lo cierto es que no hay nada más feo que tomarse una foto solo.

La selfie no es más que uno de los tanto síntomas de esta generación que no hace sino aparentar un perpetuo estado de bienestar. Entre los filtros y el retoque, salir mal en una foto es solo posible para los veteranos de guerra deformados por alguna explosión. Uno vive con la presión constante de enseñarle al mundo lo bien que se está, aunque no lo esté. Si no, pregúntele a cualquiera: '¿Cómo estás?'; la respuesta inmediata será: '¡Bien!', sin siquiera pensarlo, reflexionarlo o sentirlo. 

Estar bien. ¿Qué es estar bien? No lo sé, pero todos lo están. Todos desde la vitrina de sus vidas le hacen ver al mundo tal cual uno se quiere vender. Tal y como si conocer gente se tratara de marketing. Ahora me toca vender la marca 'Jorge Delgado', más allá de lo profesional, sino como ser humano. Pero no lo hago, no porque no quiera, sino por pereza. 

Yo nunca estoy bien. Siempre estoy enfermo y me la paso angustiado, estresado y mal genio. Pienso mucho las cosas y le doy mil vueltas en la cabeza a mis problemas. Es un laberinto de las psiquis que me hace entender cosas, pero me jode muchas más. Y es que yo vivo sugestionándome con el mundo que me rodea, con las cosas que leo y con la basura que veo. 

Lo más probable es que usted no esté bien, pero quiere decirle al mundo que sí, por lo que sube una foto a su instagram con el fin de llenarse de likes, de esa aceptación que no es más que un placebo de la felicidad y de ese bienestar que uno busca proyectar. Si lo consigue, hay un momento de paz, si no, venga que se viene la depresión. Deje de tomarse las fotos al espejo y de ponerle filtros a las selfies; deje de engañar al mundo. 

El otro días leía que se había hecho un estudio que comprobaba que la gente que más selfies se hace son las que menos sexo tienen. Eso tiene lógica, porque tomarse estas fotos es muy parecido a masturbarse. Igual, no se quién carajo es que hace estos estudios que cada vez suenan menos convincentes. Pero de ser así, a mi me hacen falta muchas selfies. 

martes, 22 de julio de 2014

Sabor

Me gusta lamerla, ella sabe rico. Esa estela de sudor mezclado con el hollín del tráfico de la ciudad tiene algo de afrodisiaco.

Me gusta cuando su aroma y sabor se mezclan con el de su perfume, ese lengüetazo amargo que es el del alcohol que se evapora. Me gusta incluso cuando no huele tan rico. Nada grotesco, solo esos deslices que ocurren con nuestro clima.

Me gusta como huele su saliva seca y me gusta a lo que le sabe la boca.

Ella está llena de sabores, y no sé si está consciente de cada uno de ellos; del aroma que se le escapa de entre los muslos, de la esencia que levita sobre su cuerpo.

A veces la muerdo, como caníbal, porque quisiera llevármele un trozo de su totalidad. Ver si es suficiente. Y lo fue. 

martes, 15 de julio de 2014

Adulación

No salgo. Las únicas ocasiones en las que me tomo una cerveza son en las que a mis amigos casados obtienen permiso de sus esposas para salir un rato. Por lo demás me quedo en casa, porque salir es absurdo. No se tiene mayor opción en esta ciudad: si uno no sale a una discoteca, debe ir a una tertulia llena de egos. Ninguna de las dos me resulta placentera.

Antes de que mis amigos tomaran la senda de la vida familiar, salía mucho más. Tomaba mucho más. Pernoctábamos con la mera intención de darle algo de combate al hígado y, porque no, ver si el bingo sexual nos jugaba el número y por ahí alguna bagrera intentaba seducirnos. Eso no pasaba. 

Es así como ahora me quedo casi siempre en casa, leyendo muchas vainas, y esto es poque la última vez que intenté salir, fue a uno de los eventos del Inmundicipio: una especie de gesta cultural en lo que en era una casa a medio caer, no tanto por lo antigua de su estructura sino porque a duras penas los cimientos aguantaban el peso de tanto ego que ahí se posaba. Era atroz. Incluso mis otros amigos cercanos a mi tuvieron en alguna ocasión una pelea con quienes administraban el sitio. No supe bien como fue el asunto, lo único que alcance a entender del conflicto fue que en esa casa mandaba alguien, y las cosas se debían hacer a su voluntad. Por eso nunca más volvieron. 

Y es muy gracioso, porque muchas de las personas que recurrentemente iban a esta casa, que hoy ya está vacía, ahora han realizado un colectivos artístico llamado 'El Último Jueves', y que ayer estuvo en el ojo del huracán una polémica muy boba en la que se vio involucrado un compadre de copas, los 'afectados' y mi ex lugar de trabajo. 

No entendía el porqué de la polémica: se suponía que todo era por un texto de poco más de 2000 caracteres y un poco de opiniones de más. Pero la herida era no por el hecho de que se mencionasen las actividades que en el lugar se realizaban (que de verdad no tenían porque ser mencionadas), sino porque, por primera vez en mucho tiempo, este grupo de gente no era adulada. 

Entiendo lo difícil que debe ser para las personas que les costó conformar este colectivo (porque el esfuerzo no solo es admirable, sino reconocido), no recibir un feedback positivo de su accionar; pero es que no toda respuesta que tengan del público, o en este caso del periodista, debe ser buena. 

Sí, quizás mi compadre se equivocó en formular prejuicios, pero lo cierto es que los prejuicios son buenos, a uno le ahorran el tiempo de conocer a las personas. Así lo creo. 

Es feo para un grupo de personas, acostumbradas a que todo lo que hacen se lo aplaudan, que los vean con malos ojos y se escriba de igual manera, por lo que en realidad creo que la defensa planteada por los mismos poco tienen que ver con defender sus reuniones, y son más cercanas a la especie de berrinche que uno como mimado de su mamá, le hacía a su papá. 

No hay golpe más feo a uno que al ego, y no por eso se debe armar un escándalo en redes sociales por mero hecho de que no te gusta lo que escriben de ti. ¿No se supone que es eso exactamente lo que todos le critican al presidente? Y los que vapulearon este mal texto de mi amigo son los que más lo critican al Primer Mandatario. 

Es solo una opinión. 

jueves, 10 de julio de 2014

Con 74 millones

Pagar impuestos es una mierda, más cuando sabes que esa plata se despilfarra de formas y a un ritmo que darían envidia al mismo 'Patrón del mal'.

Es así como en un país con un déficit de centros de salud nos ponemos a hacer planes para gastar 74 millones de dólares en la remodelación de un estadio. Esa es la actitud que toma la niña más popular del colegio, esa que cuando la gente empieza a dejar de quererla, invita a todo el mundo a comer a su casa, a un banquete para que la adulen como en un principio. Claro, ella no paga, el banquete lo paga papá.

Entonces le llega a uno la duda: ¿Qué se puede hacer con 74 millones de dólares? Pues veamos:

- Se puede comprar 3,700 carros de 20,000 dólares.
- Se pueden pagar 37 millones de almuerzos de 2 dólares.
- Se puede comprar 493 casas de 150.000 dólares
- Se puede le puede pagar un sueldo de 2000 dólares mensuales a casi 3000 médicos.
- Se le pueden pagar 4933 cirugías de 15,000 dólares a pacientes que lo necesitan.
- Se le puede pagar un sueldo de 1,500 dólares a 4,111 maestros de colegio fiscal por un año.
- Se podrían construir 296 laboratorios de computación de 250,000 dólares cada uno.
- Se le podría pagar un pasaje de Metrovía a 500.000 personas por 376 días.
- Se podría pagar un seguro de vida de 100.000 dólares a 740 miembros de la fuerza policial.
- Se podrían comprar cerca de 82.222 Ipads para colegios fiscales que intentan aplicar le bachillerato internacional.
- Se podría becar por 50.000 dólares a 1480 talentos nacionales para estudiar en el exterior.
- Se podría rehabilitar cerca de 7 veces el tramo de ferrocarril Ambato-Latacunga, obra que costó casi 11 millones de dólares.

Hay miles de ejemplos más. Esto es solo para poner en proporción la estupidez que sería remodelar un estadio para que juegue un equipo que no pasa ni a octavos de final en el certamen para que se supone se les pagó, durante 4 años, para que se preparen.

Es absurdo que se haya considerado esto y que no se le haya dado ni siquiera la oportunidad de considerar cualquiera de las otras estupideces mencionada arriba. Pero bueno, esto es Ecuador, y Ecuador a uno lo va dejando sin argumentos. 

lunes, 30 de junio de 2014

Premiados

Leí una vez que en tres minutos de nuestras vidas Michael Jordan habría hecho más dinero de lo que usted y yo haríamos a lo largo de nuestra existencia. El tiempo se reduce a segundos cuando se compara con Bill Gates, que en 20 segundos ha ganado 75 mil dólares. Ambos siguen sumando fortuna.

La diferencia del primero con el segundo es que al menos el programador de computadoras es uno de los pilares fundamentales del desarrollo tecnológico del siglo 21. El primero jugaba basket. Pero bueno, al menos Jordan es una leyenda, es al basket lo que Ali al boxeo, lo que Phelps a la natación, lo que Pelé al fútbol. Y toda esta gente nombrada hizo fortuna siendo los mejores en lo que hacían.

Es por eso que no me explico como es que un jugador de fútbol nacional puede recibir 5000 dólares por partido empatado y no sentirse mal. Porque eso es lo que salió a la luz este fin de semana en un reportaje de Diario El Comercio*, en donde se habló de las cifras de los premios que cada uno de los jugadores que participaron en la clasificación, y luego desastrosa participación en el Mundial de Fútbol, recibieron.

Entre los 33 seleccionados queda aún por repartir 2.8 millones de dólares, lo que da un promedio de 84 mil y tantos dólares pos jugador. Este dinero, como dice la nota, se lo da la FIFA a la FEF para que se lo den a los jugadores, que, en realidad, no sé con que cara pueden aceptar tan exorbitante cifra sin siquiera haber realizado una participación digna de calificar de 'decente'.

No sé como es que funciona en su trabaja, pero en el mío, yo cobro mi dinero cuando hago bien las cosas. Ya no recibo hace más de un año un sueldo, y me toca romperme la espalda trabajando para que mis clientes queden satisfechos y desembolsen un cheque. Imagino que con usted es lo mismo, que debe pasar decenas de horas laborando para que cada 15 días poder darse un lujo.

En todo los trabajos, cuando se hacen mal las cosas, o se lo separa de la nómina, o no vuelven a requerir de sus servicios, por eso es que me sorprende que en el fútbol, que también es un trabajo, todo sea diferente.

A mi me encantaría que, luego de hacer unas fotos de mierda, el presidente salga a decir lo orgulloso que está de mi, y que todos deberían aplaudir mi esfuerzo. Pero no es así, ni debe jamás ser así, por lo que me parece inaudito que, en nombre de un patriotismo descarado e inservible, acá uno tenga que venir a aguantarles la caña a un poco de 'malos empleados' a los que se les da un bono por no hacer bien su trabajo.

Entiendo que es política de la FIFA esto de entregar el dinero por la participación, pero, ¿escucharon la historia de los griegos? Ellos se negaron a recibir el bono de dinero que se les iba a dar (y eso que clasificaron a octavos de final, por primera vez en su historia) y pidieron que ese dinero se utilice en el desarrollo y construcción de un nuevo centro deportivo de alto rendimiento para futuras generaciones. 'No queremos bonos, jugamos por Grecia y su gente', firmaron en un comunicados al Primer Ministro de su país.

No sé con que cara pueden recibir ese dinero. Ellos, de por sí, ya ganan lo suficiente en sus equipos (porque el sueldo de un futbolista es una grosería), como para decir que la plata la necesitan de vida o muerte. Pero hay que reconocerles que hay que tener huevos para que no te importe un carajo tu desempeño labora y aun así ser premiado.

Quizás si hubiesen quedado campeones del torneo, o al menos llegado a cuartos de final, pero no: son la única selección sudamericana que se quedó fuera del cotejo.

No sé como se puede recibir tanta plata sin sentirse mal, porque al menos Jordan recibe millones pero hasta la fecha no hay un solo jugador de basket que le haga sombra. Por su parte Gates reciben billones por haber influido, indiscutiblemente, en la vida de cada uno de los seres vivos. Ya sea positivia o negativa la influencia que el multimillonario haya tenido sobre ti, jamás será tan amarga como la influencia que tienen 33 hombres que defraudaron a un país entero al no clasificar a la siguiente ronda del mundial. Y por eso, los premian, por amargarnos.

*link de la noticia: http://www.ecuagol.com/ecuagol/latrimundialista.php?n=54068 

lunes, 23 de junio de 2014

'Enner energía'

No sé que clase de educación se tiene que tener para creer que todo 'Lee' es pariente de Bruce Lee, pero esa es exactamente la clase de instrucción que nuestros comentaristas deportivos recibieron. Esta es la clase de comentarios que hacen nuestros periodistas deportivos durante las narraciones de los partidos del mundial de Brasil.

Podrán decir que es broma, pero si querían ser comediantes, vayan a hacer de teloneros de la Pionargoti y no vengan a seguir jodiéndole el idioma más quienes ven las transmisiones.  

Y es que todos, salvo Diego Arcos (aunque a veces también se ha pegado sus deslices), son unos payasos. No sé como le pueden dar un micrófono a un tipo que, durante la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín, 2008, se refirió 'al maestro Led Zeppelin' hablando de Jimmy Page. Esa es la clase de personas que tenemos narrándonos partidos. 

Porque a esta caterva de locutores los sacan de narrar fútbol y no saben donde están parados. Y eso que son 'periodistas deportivos'. Fervientemente creo que no les da el cerebro para entender algo que no sea 22 personas pateando la pelota de un lado al otro. Por eso su carente criterio a la hora de hablar. 

Hay que sentirse ofendido cuando esta gente abre la boca. En este caso voy a obviar el hecho de que critican cada maldita decisión que toma el técnico nacional, y eso está bien, porque es su trabajo; pero sus conocimientos de fútbol hacen pensar que cualquiera de ellos podría coger al Patria y hacerlo campeonar más veces que el Barcelona. Y sabemos que eso no es cierto. 

Pero en medio de este choque de egos de conocimientos futbolísticos, nace su deseo de 'amenizar' la narración de los partidos, haciendo cháchara de los apellidos, burlándose de los compañero y colándose entre los hinchas de los equipos para tratar de hacer algo novedoso, pero que resulta nada más en Bonafont siendo maltratado. Al tipo los fans de Algeria y Corea le hicieron más bullying que a un niño gordo y pedorro en una secundaria gringa. ¿Es ese nuestro periodismo? 

No voy a decir que es sólo es nuestro periodismo deportivo el que relata todo atrozmente, leo que en Colombia, Argentina, Chile y Uruguay, todos los reporteros son la misma vaina. Yo puedo hablar de los nuestros, de la obligación que ellos tienen de presentar información formal, veraz y concisa de unos de los eventos más grandes del deporte, pero en lugar de eso, se ríen de un jugador de EEUU apellido 'Zusi'; le hacen mofa al rendimiento de Christiano Ronaldo en el mundial y sus peinados, y hacen comentarios como 'que gran jugador, Enner energía, porque rima...' en televisión nacional.

El colmo de todo es cuando se la dan de poetas y se ponen a adornar con palabras taradas una jugada mediocre. En esta clase de inservible y asquerosa narración 'el poeta del fútbol', es un especialista. ¿Es ese el mensaje que le queremos mandar a la población? Que ridiculez.

La labor de un periodista es la de informar, e informar bien. Haciendo el trabajo que hace esta gente no se está sino dando carta abierta a que la población en general siga acuñando el lenguaje tan precario que utiliza, y lo hacen es porque sus modelos a seguir son personas con micrófono que en plena narración del partido llamar chinos a los coreanos, y por eso, por hablar como un puberto sin mayor conocimiento de geografía, los premian enviándolos un mes de paseo por Brasil. 

Yo no digo que la comedia está mal, es una necesidad, pero si se quiere hacer una narración cómica, abra un streaming y diga lo que se le viene en gana, pero no lo haga cuando su trabajo es ser la fuente oficial. No mientras tenemos una población que los va a imitar. 

Y dicho esto no va a pasar nada. Nadie va a cambiar nada porque todos estos lelos le suben el rating a los canales para los que trabajan. Y donde manda la publicidad, que se joda el idioma, las costumbres y la población en general; hijueputas. 

'Enner energía'

No sé que clase de educación se tiene que tener para creer que todo 'Lee' es pariente de Bruce Lee, pero esa es exactamente la clase de instrucción que nuestros comentaristas deportivos recibieron. Esta es la clase de comentarios que hacen nuestros periodistas deportivos durante las narraciones de los partidos del mundial de Brasil.

Podrán decir que es broma, pero si querían ser comediantes, vayan a hacer de teloneros de la Pionargoti y no vengan a seguir jodiéndole el idioma más quienes ven las transmisiones.  

Y es que todos, salvo Diego Arcos (aunque a veces también se ha pegado sus deslices), son unos payasos. No sé como le pueden dar un micrófono a un tipo que, durante la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín, 2008, se refirió 'al maestro Led Zeppelin' hablando de Jimmy Page. Esa es la clase de personas que tenemos narrándonos partidos. 

Porque a esta caterva de locutores los sacan de narrar fútbol y no saben donde están parados. Y eso que son 'periodistas deportivos'. Fervientemente creo que no les da el cerebro para entender algo que no sea 22 personas pateando la pelota de un lado al otro. Por eso su carente criterio a la hora de hablar. 

Hay que sentirse ofendido cuando esta gente abre la boca. En este caso voy a obviar el hecho de que critican cada maldita decisión que toma el técnico nacional, y eso está bien, porque es su trabajo; pero sus conocimientos de fútbol hacen pensar que cualquiera de ellos podría coger al Patria y hacerlo campeonar más veces que el Barcelona. Y sabemos que eso no es cierto. 

Pero en medio de este choque de egos de conocimientos futbolísticos, nace su deseo de 'amenizar' la narración de los partidos, haciendo cháchara de los apellidos, burlándose de los compañero y colándose entre los hinchas de los equipos para tratar de hacer algo novedoso, pero que resulta nada más en Bonafont siendo maltratado. Al tipo los fans de Algeria y Corea le hicieron más bullying que a un niño gordo y pedorro en una secundaria gringa. ¿Es ese nuestro periodismo? 

No voy a decir que es sólo es nuestro periodismo deportivo el que relata todo atrozmente, leo que en Colombia, Argentina, Chile y Uruguay, todos los reporteros son la misma vaina. Yo puedo hablar de los nuestros, de la obligación que ellos tienen de presentar información formal, veraz y concisa de unos de los eventos más grandes del deporte, pero en lugar de eso, se ríen de un jugador de EEUU apellido 'Zusi'; le hacen mofa al rendimiento de Christiano Ronaldo en el mundial y sus peinados, y hacen comentarios como 'que gran jugador, Enner energía, porque rima...' en televisión nacional.

El colmo de todo es cuando se la dan de poetas y se ponen a adornar con palabras taradas una jugada mediocre. En esta clase de inservible y asquerosa narración 'el poeta del fútbol', es un especialista. ¿Es ese el mensaje que le queremos mandar a la población? Que ridiculez.

La labor de un periodista es la de informar, e informar bien. Haciendo el trabajo que hace esta gente no se está sino dando carta abierta a que la población en general siga acuñando el lenguaje tan precario que utiliza, y lo hacen es porque sus modelos a seguir son personas con micrófono que en plena narración del partido llamar chinos a los coreanos, y por eso, por hablar como un puberto sin mayor conocimiento de geografía, los premian enviándolos un mes de paseo por Brasil. 

Yo no digo que la comedia está mal, es una necesidad, pero si se quiere hacer una narración cómica, abra un streaming y diga lo que se le viene en gana, pero no lo haga cuando su trabajo es ser la fuente oficial. No mientras tenemos una población que los va a imitar. 

Y dicho esto no va a pasar nada. Nadie va a cambiar nada porque todos estos lelos le suben el rating a los canales para los que trabajan. Y donde manda la publicidad, que se joda el idioma, las costumbres y la población en general; hijueputas. 

martes, 10 de junio de 2014

Panzita

A mi lo que me gusta en la mujer con panza, nada de obesidad, sólo panza. Un poco de grasa sobre el abdomen, una curvita de más y un par de rollitos.

Me gusta la mujer con panza porque aunque a ella no le gusten esos kilitos de más, a mi me fascina que me diga que si cuando la invite a comer, y no le ponga peros al menú. Me gusta que disfrute de la vida, muy por encima de renegar de un par de estrías en sus nalgas. 

No hay cicatriz en su cuerpo de la que no se queje, pero tampoco se niega a un buen trago, lleno de calorías, un de brebaje que le de un poco de valor líquido. 

Tampoco es que reniegue de las mujeres de abdomen plano, sólo que ellas le pone un 'pero' a la vida, a lo bonito de las cosas más ricas y todo por tener un lavadero donde otras alojan vida. Ellas pasan más tiempo sufriendo por su cuerpo que disfrutándolo, y en eso no hay nada de gusto. 

No por tener la libertad de andar en biquini en la playa van a renunciar a los patacones y el queso, de la hamburguesa de fin de semana y de un buen postre por las noches; me gusta que digan que quieren dormir en vez de trotar porque aunque lo segundo es sano, de lo primero si se disfruta. Y no le hago una oda a la vagancia, sólo que la mujer con panza es la que trabaja, la que está cansada por un extenuante día de trabajo en la oficina. Y no hay nada más bonito o sexy que ese esfuerzo. 

Por eso yo digo que me gusta la panzita, me encanta, no sólo como se ve sino todo lo que engloba, a la mujer con forma, con una vida real que va más allá de la elíptica, el gimnasio y el club privado; que sufre el embate de la rutina y que agoniza de inseguridades que la hacen más bonita. 

Yo por mi lado le hago una oda a la panzita, y les digo que está bien rica. 

miércoles, 4 de junio de 2014

Es culpa de los niños

No creo en el amor, lo he dicho mil veces, pero no hay relación más desinteresada e intensa que la de unos padres por sus hijos. Y si no lo cree es porque no salió a la calle este fin de semana.

Ahora último nos tocó vivir este simulacro de Apocalipsis Zombie que es día del niño: miles de millones de infantes, compañados por una horda de adultos caminando por las calles y centros comerciales, cumpliendo cada capricho de un infante malcriado. Una cosa de miedo.

Pero en medio de tanto caos, de tanto lloriqueo y pataleta de los niños, uno tiene una epifanía, un descubrimiento interesante en el que se devela la razón por la que todas las cosas están mal en el mundo: es culpa de los niños.

Si obviamos la tasa de países donde la gente es más feliz y nos concentramos en lo que importa, que son los países con mayor ingreso per capita y donde las sociedad funcionan como reloj suizo, nos daremos cuenta que son países en donde la gente le huye al tener hijos. Suiza, Alemania, Dinamarca, Noreuga, Japón, entre otros, la tasa de natalidad más baja del planeta. Es más, los nipones tiene 10 años seguidos bajan el número de nacimientos en el país. ¿Y entonces esto que tiene que ver?

Como lo sabe todo padre, los niños lo cambian todo, en especial las prioridades. El que engedra niño ya debe de dejar a un lado su carrera y demás aspiraciones para concentrarse en hacer una vida en la que se le pueda dar gusto a sus engendros. Y eso está bien, no digo que no, pero cuando hablamos de 'hacer una vida digna', un padre responsable está dispuesto a todo.

Para comprar ese juguete que tanto quiere su hijo, un jefe está dispuesto a sacarle las madre y hacer infelices las vida de sus trabajadores con tal de recibir un bono que le permita dar un juguete a su hijo. Por su parte el empleado está dispuesto a cargar con toda la jornada laboral que su patrón le encargue, todo con tal de recibir un sueldo que le de a su hijo una vida decente. Pero el sueldo no alcanza y por eso se trabaja horas extra, así este padre descuida su tiempo familiar, así su hijo crecerá sin cariño paterno y esté se convertirá en otro hijo de puta más de la patria que le joderá la vida al resto. Es un círculo vicioso.

Por su parte los niños estarán en casa, sucumbiendo ante cada idea que les planta la publicidad en la cabeza y llorando para que les den cada capricho que se les ocurre. Toda una industria de entretenimiento y placeres que gira al rededor de su vida, juguetes que son hechos por sus similares, niños asiáticos mal pagados que hace utensilios a un décimo del precio de la marca que los vende (así dice el mito). Pero nada de eso importa, lo que hay es que comprarle juguetes al niño. Y para eso es que los padres, en su constante misión de hacer feliz a sus crías, están dispuestos a arruinarle la vida a medio mundo.

Es muy fácil decir que el mundo está mal por los adultos y la guerra, el hambre y el que me-importismo, pero yo digo lo contrario: el mundo está mal porque nos importan demasiado las cosas, en especial las cosas que quieren los padres para sus hijos. Se habla siempre mal de los soldados que van a otros países a bombardear gente inocente y la mayoría de los combatientes son padre, uniformado que se van a meter al medio de la nada a dar bala para que sus hijos siga viviendo en un país donde pueden conseguir el juguete que les de la gana.

Y quizás por eso es que los países en los que hay menos niños son las naciones que funcionan. Al no haber esta necesidad hacer mierda a media humanidad para costear la vida de un niño. la gente lo que se preocupa es por hacer su trabajo bien, en que lo que los rodea funcione, o, en el caso de los japoneses, hacer dibujitos bacanes.

Póngase a ver a las nacionaes africanas, cada persona de las naciones más pobres tiene como 20 niños y sigue fecundando. Son las naciones más miserables de planeta. No nos vayamos muy lejos, vea las noticias, cada que se quema una casa de alguien marginal, ¿cuántos hijos tiene el afectado? Mínimo 6 y la esposa de turno ya está embarazada de nuevo. Una cosa irresponsable.

Es ilógico andar regando personitas por el mundo si no se les puede dar una vida que valga la pena. Pero eso es lo que 'el pueblo' hace y seguirá haciendo.

Ojo que no digo que traer niños al mundo esté mal, solo que hay que hacerlo en una etapa de la vida en la que se esté seguro que para darle una vida digna al hijo, no haya que joderle la existencia a nadie, en especial al que vaya a nacer.

Pero no hay nada que hacer, incluso si usted trae una cantidad moderada de hijos al mundo, usted me va a joder la exietencia a mi. No me gusta el lloriqueo de los niños y eso es lo que más hacen. Además, yo colecciono varias cosas que los niños llaman juguetes, y a más niños, menos 'juguetes' para mi; y eso me hace igual de infame que un pelado que grita por un pedazo de plástico por el que un niño chino se anda quemando las manos al fabricarlo.

Igual, hay más niños que coleccionistas en el mundo. 

miércoles, 28 de mayo de 2014

Malos hábitos

Extraño escribir. Lo extraño mucho. Ahora le he perdido el hábito y eso es porque ha mi lo de 'escritor' me salió a la fuerza durante los años que me dediqué al periodismo. Pero ahora que me desenvuelvo en otras cosas muy rara vez encuentro un tema del que me quiera referir.

Yo acá podría ponerme a criticar a las mujeres y sus locuras (que si lo he hecho) y así tener de que escribir todas las semanas. Pero eso es muy fácil. Además a todos les gusta leer lo que ya se ha dicho de la locura hormonal o de sus arrebatos. Eso no es lo mío, eso dejémoslo para la gente sin talento.

Tampoco es que yo los tengo, al talento me refiero. Antes, cuando salía a la calle a reportear, siempre había algo que me conmovía, pero ahora lo único que me hace hacer retrospectiva es el comportamiento de la publicidad, y me siento asqueroso.

Escribir es lindo, no es la gran cosa, cualquier pendejo teclear y para probar lo que digo está Twitter. Escribir bien es algo distinto, como Cortazar o Suskind, de esos hay pocos. Pero igual, escribir está muy sobrevalorado. Como lo dijo mi 'tecleador' favorito: 'Con todo respeto, la mente de Borges no daba ni para lavarle los calzoncillos de los tipos que construyen los carros que andan en Marte'. Tiene mucha razón.

Podría encontrarle mil justificativos a las escritura pero lo cierto es que solo es un mal hábito, tal y como lo es fumar para los que dependen de la nicotina. Yo tengo varios hábitos 'de dudosap procedencia', como tomar mucho café o no lavar los platos, dejar acumular la ropa sucia en el cuarto y no tener la mínima intención de ordenar mi entorno. También soy vago y perezoso, y además me gusta escribir.

La lista podría ser más larga, pero como les digo, ya perdí el hábito. Ahora solo añoro un par de situaciones que me hagan poder escribir un par de lineas al mes, pero como ya ni noticias leo, no me queda más que teclear una que otra broma en Twitter. Y eso si que es de los peores hábitos.

jueves, 1 de mayo de 2014

La banana

No existe forma heterosexual de comerse una banana, por lo que me sorprende que el presidente se una a una campaña contra el racismo que incluye comerse plátanos de por medio. Lo digo porque, aunque durante su mandato se haya considerado las uniones de hecho entre parejas del mismo sexo y se haya tratado de penalizar la intolerancia, aún los homosexuales no se pueden casar. Y eso es contradictorio.

Y es que se ha dicho mucho del racismo en los últimos días: desde Donald Sterling en EEUU que le molesta su hija se ande tomando fotos con negros, siendo los miembros de esta raza sus mejores empleados (es dueños de los LA Clippers), hasta España, en donde Dani Alves ha protagonizado la moda del momento: al futbolista le lanzaron una banana, como para ofenderlo al tildarlo de mandril, y este se la comió. Aquí el origen de esa campaña tan boba de comerse una banana en apoyo al futbolista y en contra del racismo. Gesto para bobo, más bobo que racismo sí.

Ojo, no digo que el racismo esté bien, pero debo admitir que yo soy un racista empedernido. No de los que va y golpea gente en la calle, pero de los que piensa en estereotipos. Y me funciona. Lo mío, creo nace de un trauma de infancia.

A los 12 años me asaltaron. Bueno, a mi familia y mi nos asaltaron: le apuntaron a mi mamá con una recortada por detrás de la ventana del carro mientras un tipo delgado en harápos de pordiosero introducía su esquelética humanidad por la ventada del copiloto, por donde estaba mi papá, para arrancharnos las cosas que llevábamos encima. ¿Traumático? Sí, pero experiencia de vida también.

De ahí en adelante, cada que algún malencarado se me atraviesa en el camino, escondo un pequeño puñal en mi mano derecha, con la que soy hábil, en caso de que el mismo me quiera asaltar. Es instinto. Como si fuera un animal, que no lo soy, que le muestra sus dientes a todo peatón que pasa por delante suyo, esperando intimidar a los demás para que no le hagan daño.

Debo confesar que he evitado ser asaltado, a más no frenar en las luces roja en la madrugada, por ser racista. Por pensar siempre mal de la gente y de ciertos fenotipos en particular. Y sí, esto me convierte en un racista.

Tengo muchos prejuicios sobre la gente y convivo con los mismos, casi siempre tratando de reírme de los mismos porque, seamos sinceros, todo ese molde social en el que somos encasillados por tener cierto color de piel, estatus o complexión física, es realmente un chiste. Yo, por ejemplo, que estoy pasado de peso y la piel oscura, entro en el grupo de 'vago hijueputa' con todo orgullo.

Hablamos también de los 'negros vagos', 'colorado anillado', 'flaca rica', 'negra nalgona', 'albino mal-genio'; y casi todos los estereotipos se cumplen. No sé porque la gente se ofende de esto. Disfrútelo, ríase de lo mismo y deje de joder la vida con el respeto. Eso no existe. Es solo callar a la gente sobre lo que piensa de usted. Si usted logra salir de las manías que le son atribuidas a su clase social y tono de piel, lo felicito, pero lo más seguro es que no es así.

Una vez, solo en una ocasión, conocí al conserje de una empresa para la que trabajé, un negro que no bailaba salsa y que era la burla de sus compañeros que lo llamaban 'el megro menos negro del mundo'. El mismo se reía de su incapacidad de baile y vivía feliz de la vida. ¿Comentario racista? Sí, pero como se lo hacían lo miembros de su misma etnia, nadie jodía. Y eso también está mal.

Pertencer aun grupo de personas, a sus costumbres, a sus manías nos hace sentir poderosos, identificados con un todo, miembros de una comunidad que nos respalda, así que, si usted cree estar libre de todo esterotipo, increible, usted es realmente único y no pertenece a ningún grupo social del que nos podamos burlar. Y creo que eso es peor.

Soy latinoamericano y, en mi, todos los estereotipos se cumplen: desde la vagancia hasta el dejo, pasando por el amor al jarro, misoginia etílica y superticioso. Cada que un comediante gringo nos tilda de vagos yo me río, no así como un amigo al que le enseñé el video y quería comentar en contra de Daniel Tosh, el comediante, por lo que decía. Y sí, tengo amigos imbéciles, pero esa es mi culpa.

El punto es que usted debe abrasar su racismo, con cierto humor, y verá que la vida será mucho más sencilla. Haga lo que hizo Alves, si le tiran una banana, cómasela. Pero no joda y trate de quedar como santo haciendo campañas pendejas.

La tolerancia no es algo que se gana poniendo multas y penalizaciones, eso no hace más que fomentar el odio hacia razas que demandan respeto. Educarnos para entender que a pesar de uno ser un sudaca vago, sigue siendo una persona que puede contribuir con mucho al mundo (o no), eso es lo que hay que enseñar. Eso sí, no habrá educación que nos quite los estereotipos, eso, pienso yo, incluso es sano.

Yo lo invito a que piense mal de las personas y las encasille en un estereotipo, porque si un tipo viene vestido como criminal (tal y como el tipo que me asaltó cuando yo tenía 12 años) lo más probable es que tenga esas inclinaciones delictivas. No lo discrimine, solo juzgue y este listo para reaccionar. Si no le hace nada, bueno, ha sido buena gente; pero si ataca, métale una puñalada y salga corriendo, que con las constitución de ahora, los gays no se pueden casar pero los ladrones tiene más derechos que los asaltados.

Y es que la constitución no es solo otro de esos documentos contradictorios que solo ponen en evidencia nuestra ambigüedad hacia todos los temas. En especial el racismo y la discriminación.

Ayer encontré en Facebook la foto de un ex-compañero de trabajo, el tipo más homofóbico del mundo, comiéndose una banana en apoyo a Dani Alves. Le mostré la foto a un amigo mio que es gay. 'Que maricón', dijo mi pana, y nos cagamos de risa de toda esta gente. 

lunes, 21 de abril de 2014

Bueno para nada

Yo empecé a escribir estoy cuando veía los Juegos Olímpicos de Invierno, Sochi 2014, especificamente viendo el Curling. Que deporte para bobo. Incluso los conserjes de las oficinas se detenían de vez en cuando a ver en los televisores de las salas de recepción de distintas empresas, a ver este deporte: un poco de pálidos con escobas que escarban el piso y hacen que una piedra pulida mueva otras piedras pulidas en el piso. 'Que imbécil', dijo un conserje, y no lo culpo, porque cuando de barrer se trata, el tiene todo el derecho del mundo para criticar.

¿Qué son los JJOO de invierno? El sueño de Hitler: miles de arios que son los mejores de mundo en deportes que no tienen una mínima función práctica en la vida real.

Y es que los blancos la tiene jodida. Desde que los latinos y negros empezaron a practicar deportes, a esta gente no le ha quedado más que dedicarse a las actividades físicas más taradas que existen para decir que son buenos en algo. Veamos: Salto en Sky, un tipo a 200 kilómetros por hora arrojándose al vacío que cn suerte aterriza bien; BMX: andar saltándo montículos de tierra en bicicleta; Curling: un poco de áridos barriendo el hielo y llevando una piedra a un círculo. Para lo que quedaron los 'cara blanca'.

El colmo de los deportes es 'la natación en agua gélida'. Ahora hay un poco de enfermos que, como no les dio la raza para ser buenos nadadores, se ponen a competir en lagos congelados, con agua de 4 grados', para justificar que pasan el día metidos en la piscina, entrenando y sin contribuir en nada bueno a la raza.

No me da la cabeza para imaginar lo desesperado que debe estar alguien por aceptación para meterse a nadar en agua de 4 grados. Es más: ¿quién fue bobo que se inventó un 'deporte' tan imbécil?

Pero, como no le pudieron ganar a Michael Phelps, tienen que ganarle a un poco de locos que aguantan frío, y todo porque en realidad son unos buenos para nada.

Y es que la mayoría de competencias existen es porque la gente no entiende que son buenos para nada. En realidad, en lo que a deportes concierne, no debería haber otro campeonato que no sean los torneos mundiales. Los campeonatos continentales, los torneos nacionales, los interbarriales, todos existen porque alguien quiere que lo nombre el mejor en algo, así sea ser 'el mejor futbolista del barrio'. Diferente es si se comparase con un futbolista de verdad, de esos que meten goles a los porteros con los mejores reflejos del mundo, y no al tío gordo de la cuadra de al lado.

Así es como la gente justifica su vida, diciendo que son los mejores en algo, así sean los mejores de su barrio. ¿O cómo cree que existen títulos tan bobos como 'el primer astronauta nacional'? Los gringos hace más de 50 años pusieron a un tipo en la luna. Eso es un mérito, no sacar el título.

Acá hay miles de pioneros nacionales pero todos son una lacra de profesionales cuando se comparan con la gente que si tiene talento. Y si uno se los dice, uno 'no apoya al talento nacional'. No jodan.

El que es bueno para lago lo es y no hay nadie que pueda negárselo. Punto. De nada sirve que usted sea el mejor atleta, escritor, director, pensador (etc) de un país, si su 'talento' es una burla al lado del mejor profesional de la rama en la que usted se desenvuelva. No se engañe más.

Tampoco digo que deje de hacer lo que le gusta, son que hágalo y no joda con que es 'el mejor de sudamérica' o algo por el estilo, que si no es el mejor del mundo, usted no es nadie.

Tampoco le digo que se ponga a inventarse cosas en las que es bueno y decir que es el mejor en lo que hace porque imagino que así es como nació el curling: un poco de europeos aburridos que no tenían sino escobas a la mano y barrían mejor que nadie en una aldea llena de hielo. No le veo otra explicación.

Ya voy a poner a entrenar a un poco de conserjes nacionales, enseñarles a patinar en hielo, para que los alemanes, suizos y filandeses entiendan lo que es barrer. No por nada hay tanto latino conserje en los países 'del primer mundo'. Ellos lo saben hacer muy bien. 

lunes, 14 de abril de 2014

Decir lo que da la gana

Si a usted le gusta el Moflólogo, usted es un troglodita sin gusto; un insípido consumidor de uno de los parloteos más asquerosos que jamás haya pisado las tablas del teatro. No puedo configurar como alguien puede encontrar graciosos algo tan malo.

Pero en general la gente no tiene gustos. Es más, hay gente que encuentra Friends gracioso, y acá ya hablamos de gente que tiene para pagar TVCable y se supone son gente que a su vez pueden pagar pensiones de colegios 'opulentos' como para recibir una 'buena educación'. Pero no es así. Y esto lo digo sabiendo que a mi mismo progenitor le gusta Friends. Pero también le gustan las películas de John Wayne, vaya usted a saber porqué.

Pero yo lo único que puedo hacer es criticarlo e intentar enseñarle porque ver películas que sirvieron de propaganda o la serie de un poco de neoyorquinos que están a una neurona de ser down. Jamás se me ocurriría cortarle el TVCable o dejar de ponerle las películas en el DVD, porque no sabe ponerlas. Y uno se pregunta ¿cómo es que una generación como las de nuestros padres, que sobrevivió a Alfaro Vive Carajo y un gobierno tan malo como el de Febres Cordero, puede pelear con algo tan básico como un reproductor de DVD's?

Pero mi papá no puede poner solo una película en el DVD por el mismo motivo por el que a mi mamá se le pierde el solitario en la computadora; por el que mi tía no sabe desbloquear una tablet y el mismo motivo por el que los niños ven mi recinto: a todos les faltó un poco de educación.

Nuestros padres no tienen la culpa de que de un día para otro la tecnología haya dado pasos agigantados y sus día de máquina de escribir hayan desaparecido, pero los padres de hoy si tienen la culpa de no educar a que sus hijos para que entiendan que ver 'Mi recinto' está mal.

No con esto me voy a curar de espanto de que soy la persona con el humor más sano del mundo porque a mi la patanada me encanta. Adoro los chistes de vómito y sexo, y las situaciones taradas de películas como Pineapple Express o Superbad, pero soy capaz de disfrutarlo porque soy capaz de diferenciar del celuloide a la realidad y de como hay situaciones que solo pueden existir en una pantalla grande o chica, y que solo son aceptables en esa misma plataforma.

Educación, nos falta educación, no censura. Hay que enseñarle a los niños porque ir a ver el Moflólogo es degradar a la mujer y la vida en pareja, porque mirar Mi Recinto es fomentar el sexismo y el abuso a la mujer; porque ver Jersey Shore (cuando estaba al aire) desfiguraba todas las relaciones humanas y daba el ejemplo más tarado de éxito. Pero hay que enseñar el porque de las cosas, no censurarlas.

Ahora se quiere sacar a estos programas del aire por se una 'repugnante representación del pueblo', esto según la demanda interpuesta en la Defensoría del Pueblo. Porque es más fácil extirpar la muela con carie y dejar un vacío a querer sanarla. Es más fácil decir 'estos programas son una mierda' a explicar y educar a los niños para que entiendan el porqué.

La gente debe de dejar de tratar de callar a la gente que dice lo que no les gusta oír porque 'los ofende'. El humor debe ofender, debe ser un llamado de atención a la razón, a la reflexión. No hay tema que la comedia no deba abordar, eso si, con la responsabilidad del caso, y aproximando a las audiencias, de forma lúdica, al entendimiento.

Censurar el Moflólogo porque ofende a un grupo en particular es absurdo. El contenido que promueve el Moflólogo es absurdo, pero no por eso se lo debe censurar. La población misma debería, por cuenta propia, dejar de ir a un espectáculo tan vacío, pero si se lo suspende por la fuerza, créame, yo pagaría por verlo solo para respetar mi derecho a decir lo que me da la gana. 

miércoles, 9 de abril de 2014

Tener miedo

Desde siempre quise hacer cine, pero nunca se me cumplió. Lo más cerca que estuve del celuloide han sido las producciones que realizo como fotógrafo, que decidí como profesión.

Toda la vida he sido una persona muy visual, y la primera vez que entendí que mi sentido favorito estaba en peligro fue cuando fui a sacar mi licencia de conducir, allá, hace un poco más de 6 años.

En aquella ocasión me hicieron poner los ojos sobre un aparato que mediría mi calidad de visión, todo para saber si por las noches sería capaz de reaccionar si un peatón se me cruzara en el camino. Con mi ojos derecho estuvo todo bien pero no así con el izquierdo, que en aquel entonces empezaba a mostrar cierta dificultad para enfocar objetos.

Tuvieron que pasar los años y el mal acentuarse para que me hiciera revisar la vista. Una vez más me colocaron en sobre una máquina que evaluaría la calidad de mis ojos, de mi sentido favorito.

Al salir del caurto en el que me examinaron me entregaron un sobre como el que llevan los anunciantes de los premios Oscar y me dieron la consigna de que se lo diera al oftalmólogo que me envío a hacer el estudio. Y como actor a la espera de su premio, no abrí la cartilla todo con tal de recibir una noticia que me alegrase cual Mathew MacConagey por mi galardón.

Pero para finales felices nos quedan las películas de Disney. Lo que a mi me dijeron fue lapidario: estaba perdieron, muy pero muy despacio, mi capacidad de ver las cosas.

En aquel entonces tenía 22 años y desde aquel día han pasado 3. La condición que me afecta los ojos lleva por nombre keratokono y no tiene cura. Solo se la puede retrasar hasta un transplante de corneas me haga el milagro. Pero bien sabemos que es es para más jodido.

Resignado al hecho de que a los 40 años no iba a poder ver me abandoné cual Meryl Streep en 'The Bridges over The Madison County' a que mi destino era permanecer en esa camioneta, junto a la ceguera.

No fue sino hasta hace un par de semanas que volví a buscar otra opinión. Quice darle una secuela a esa fatídica historia de mis ojos y esta vez no sé que desenlace tenga.

El doctor que me examinó me dio una posibilidad de operación para un tratamiento que pueda contrarrestar en algo mi mal. No corregirlo del todo pero aliviar en algo el peso de la miopía: me van a introducir un par de anillos de intracorneales que corregirán mi deforme cornea. Quizás para siempre, como cuento de princesa.

No lo sé. Yo simplemente tengo miedo. Tengo miedo de quedarme ciego, de que la operación me complique más o de que me quede sin poder ver las cosas a medias, como ya lo hago ahora. También tengo miedo que que la vista se me siga deteriorando, de que todo vaya aún peor, pero eso porque soy un pesimista.

Tener miedo es lo más lógico del mundo, en especial cuando uno depende de la vista no solo para trabajar sino para disfrutar de las cosas que más le gusta. Y yo tengo mucho, mucho miedo.

Este viernes termina la historia. entraré a un quirófano a las 9 de la mañana para salir 30 minutos después, al reposo. De si este relato es una película de Disney o una de Von Tierre, no lo sé. No importa cual sea el desenlace, a mi lo que me importa es no quedarme sin el cine. 

domingo, 6 de abril de 2014

Condicional perfecto

Casi siempre la escribo en presente, de lo que le acontece, de lo que no me gusta. Odio los demás tiempos del verbo porque me confunden. Yo soy bobo, bien bobo.

Lo que sé del idioma lo aprendí a medias en el colegio, y en realidad nunca la presté verdadera atención. Memoricé las tablas y conjugaciones en tres putas leguas. A ella la conjugué en cuatro idiomas y en ninguna de sus formas me resulta más penosa pronunciarla que en la actual.

Al verboe lo dominé en la calle, donde nada de eso importa, donde la palabra se usa para convencer a mil mujeres que uno es el indicado. Al menos por un par de días.

Yo la he pronunciado en distintos tiempos: en pasado imperfecto, en perfecto indicativo, presente perfecto; en presente perfecto del subjuntivo, todo hasta perderle el sentidolos prefijos que le han acompañado y adornado el nombre.

De todos los tiempos del verbo para hablar de ella, mi forma favorita es el condicional perfecto. Lo uso siempre en mi cabeza, lo repaso, le doy vueltas y lo utilizo en sus millones posibilidades de pronunciación.

Condicional perfecto: una situación donde el resultado hubiese sido perfecto, pero que está condicionado al hecho de que jamás será.

Me lo repaso en la cabeza mientras escribo, le encuentro la manera de que no suene tan feo, de que la gramática me haga el milagro de corregir la historia, pero no, todo se queda en ese tiempo, en esa frase que me gusta tanto.

Tu y yo habríamos sido una cosa perfecta. 

miércoles, 2 de abril de 2014

Potra

No entiendo como a alguien no le pueden gustar las mujeres. Las lesbianas me entienden, y por eso se deleitan con la forma más exquisita de la naturaleza. No con esto digo que los homosexuales que encuentran a los hombres atractivos estén equivocados, solo que desde mi óptica no comprendo como pueden resistirse ante todo lo bonito que tiene una mujer. Como pueden no desearlas tal y como todo hombre, y en especial los quinceañeros heterosexuales, pajeros de profesión, las desean. Con esto me curo de espanto y no digo o trato de objetizar al género, solo que cuando se trata del gusto que los hombres heterosexuales tenemos por las mujeres, muchas veces todo, hasta nuestro discurso, pierde lógica.

Es en ese afán de poner en palabras ese deseo que uno llega a tildar a las mujeres con adjetivos, en su mayoría peyorativos, cuando no sabe como referirse a esa mujer que desea conquistar. 'Burra', 'yegua', potra', entre otros sinónimos animales, son los 'cumplidos' que encuentra la población masculina nacional, todo en su limitado y coloquial discurso. Porque solo a una persona con poca eduación, o arrechera de sobra, se le ocurre decirle 'burra' a una madre de familia. 

Y cuando de discursos coloquiales se trata, nada más 'del pueblo' que los articulos de Diario Extra. El periódico más vendido del Ecuador y que se ha ganado la fama de 'diario sangriento', por lo que durante años fuera su contenido explícito de muertos. Ya no, no desde que la Revolución Ciudadana y sus leyes entraran en vigencia y la corte inquisidora empezara a censurar todo contenido que considera 'ofensivo y discriminatorio'. ¿Y todo esto por qué importa? Porque Diario Extra ha sido obligado a rectificar un titular de una de sus ediciones en las que llamaba a una modelo de portada 'potra'. 

Pero decir que la sanción es buena o mala, o siquiera tildar de correcto o incorrecto al contenido del diario, es mucho más complicado de lo que parece. Empecemos: 

Diario Extra es la respuesta a una población que no tiene el tiempo ni la educación para leer editoriales o 'diarios tradicionales' que elaboran noticias de una forma, y con un discurso, que jamás una persona con educación fiscal, podrá comprender. Los textos del Extra, la forma en la que se redactan, son con el lenguaje que las personas utilizan, para que el obrero y/o empleada domestica, que son su mayor target, comprenda todo lo que se le está relatando. Sus titulares responden a expresiones que se usan a diario en la calle, y por ende la predilección de las personas por algo que pueden entender. 

¿Por qué 'disfrutan' sus lectores del contenido del Extra? Simple: porque entre una noticia de 'El crudo baja su precio y se avecina la crisis' a 'Le cortaron el pescuezo', la segunda noticia es algo con lo que la población lectora del diario sancionado, se siente identificado. El lector del diario más popular del país, y lo dicen las estadísticas de sus ventas, es una persona con pocos ingresos, que se desenvuelve en un entorno violento en donde, lo más probable, es que haya sido víctima o haya presenciado una asesinato violento en el transcurso de su vida. La segunda noticia es algo que una persona con las características del comprador del Extra, le interesa saber. La primera lo tiene sin cuidado. 

Es por eso que para un lector del Extra leer 'Que pedazo de 'potra' carajo', no le resulta sensacionalista. Le es algo normal. ¿Eso está bien? No, no del todo, porque perenniza el estereotipo de la mujer como un objeto, pero tampoco es que obligar al diario a rectificarlo vaya a cambiar que el obrero deje de ver a una mujer con talla DD de sostén y no le grite, desde un tercer piso de construcción, '¡Maldita potra!'. Así no se educa. 

Cambiar la forma de pensar de las personas es más complejo de lo que parece y los medios, no solo el Extra, tiene parte de la culpa de esta afianzada idiosincracia machista-conformista que se vive en el país, y eso es porque, como alguna vez me pareció leer una frase de Steve Jobs: 'El problema no es que los medios de comunicación no le den a las personas lo que quieren ver, si no que le dan exactamente lo que quieren ver'. 'Potras' en la portada y violencia en las páginas centrales. ¿Qué clase de público es el nuestro que añora esta clase de contenido? Un público reprimido. 

Aún vivimos en una sociedad en la que queremos taparnos los ojos tanto ante la violencia como a la sexualidad. Ayer leía argumentos sobre porque no debe haber contenido como el del extra en la perchas, y uno de los tópicos era que 'no había que exponer a los niños a esta clase cosas', cuando, desde siempre, y como opinión personal, creo que debe ser todo lo contrario. 

Uno no debe darle la espalda a la violencia y al sexo y convertirlo en una especie de tabú intocable porque lo único que hace es distorsionar la aproximación que una mente tan precaria como la de los niños, tiene hacia los tema. Las elucubraciones que una persona de tan corta edad y desinformada puede generar, son el verdadero problema. 

Desinformación. Todo regresa a este punto: personas sin un discurso, con falta de educación, que abordan temas que escapan de su entendimiento y terminan deshumanizando a una persona, en este caso puntual, a una mujer al punto de relacionarla con un animal. 

Y no con esto voy a venir a decir que yo no lo he hecho, eso de llamar 'potra' a una mujer, porque reiteradamente lo he vociferado. Se lo decía a la chica con la que mucho tiempo estuve, y se lo decía, según yo, como un 'tierno cumplido' como para que me entienda que ella me despertaba lo más básico de mis instintos con su cuerpecito. Pero la llamaba así solo con su aprobación y con la intención de halagarla. No en el tono del albañil que intenta llamar la atención de toda mujer buena que se le cruza imponiendo su tono de macho dominante minimizando a la mujer al estrato de animal. Eso no. 

Sancionar a un diario por responder a los cánones del lenguaje que usa la población en general, y por seguir su 'línea editorial', es imbécil, como tantas decisiones que toma la Supercom. De hacerlo debería sancionar el lenguaje de la población en general, y eso no es posible. El 'potra' de Extra debería ser tema de análisis, reflección y debate, más no de sanción. Pero que va, no se puede esperar menos un lineamiento oficialista que no considera que la violación es un justificativo para abortar, y que no le da derechos civiles básicos, como es la figura legal del matrimonio, a los homosexuales. Y eso es algo que se me escapa de mi entendimiento tanto como el hecho de que alguien no le puedan gustar las 'potras'. 

viernes, 28 de marzo de 2014

Nuestras playas

El último gran conflicto del Ecuador fue con el ahora país hermano del Perú. Nuestros libros de historia dicen que vencimos y fuimos valientes, y lo mismo dicen los textos históricos del país que limita al sur del Ecuador. Igual, Jamil Mahuad acabó con el conflicto cediendo una enorme parte del territorio nacional, apenas hace 16 años. Toda esa selva se fue, se largó, y con ello la cualidad amazónica de nuestro territorio, tanto así que incluso hubo una discusión sobre ¿por qué llamar a este territorio Amazonía si el río ya no cruza por el país? Igual se sigue denominando igual que antes del conflicto. Todo esa 'maravilla natural' ahora tiene otra bandera.

Pero que perdamos territorio no significa nada. Es más, la idea de país me resulta muy absurda. Eso de límites territoriales y demás, esos de los que un par de hijos de puta se apropiaron hace más de 200 años, me resulta cómico. 

Primero ¿qué es un país? Según me enseñaron, país es el conglomerado de personas que conforman una comunidad, y esa comunidad se adueña de un territorio de la tierra para llamarlo suyo, su hogar. Nosotros, los ecuatorianos, lo que me tocó ser porque mi mamá me parió aquí, tuvimos 'la suerte' de poseer uno de los territorios más bio-diversos del planeta. Y eso en realidad, si a usted lo sorprende, está mal de la cabeza. ¿Por qué? Porque usted no tuvo que mover un dedo para conseguirlo. Y en eso no hay mérito. 

Ayer reventó una campaña del Ministerio de Turismo nacional: #AllYouNeedIsEcuador, y para que, están vendiendo bien al país. Tomas instagramizadas, paisajes de ensueño, selva, costa, sierra y región insular, un paraíso visual. Pero cuando las hormonas viajeras se te bajan, cuando entiendes que ese país que te están vendiendo es el mismo que te saca la cabeza en impuestos, el mismo que tiene una de las tazas de embarazos juveniles más altas de la región, la misma nación en la que los ministros se comen los cheques porque los encuentran 'con las manos en la masa', y el mismo territorio nacional que no tiene un ejército equipado para defender a su población, solo ahí te das cuenta que Vinicio Alvarado (Ministro de turismo y quien asumo estuvo detrás de la campaña), está replicando lo que yo llamo: 'La fórmula Burguer King'. 

Uno cuando va a comer a Burguer King ve en el menú la más hermosa hamburguesa que jamás haya visto: lechuga colocada por lo dioses sobre un pedazo de jugosa carne adornada con un tomate más rojo que la sangre de una virgen, y todo colocado cual verson en poema sobre dos tajadas de un pan dorado en lo hornos de la panadería celestial. Solo cuando la orden te llega a la mesa te das cuenta del esperpento que has ordenado. Ecuador es esa hamburguesa. 

Pero Ecuador, como la hamburguesa, no sabe mal. Al menos no del todo. 'Nuestras playas son las mejores del mundo. Lo dicen los alemanes', uno escucha y, si le falta cerebro, saca pecho mientras dice: 'son las playas del Ecuador'. Pero esas playas estuvieron ahí siempre, o al menos estarán hasta que se contamienen tal y cual sucedió con Salinas. Pero usted jamás se esforzó por conseguirlas. 

Esto no es lo mismo que sucede con las maravillas de la ingeniería: mire no más las Torres Gemelas, el World Trade Center de Nueva York. Edificios erguidos a punta de esfuerzo humano y conocimiento de ingeniería, de diseño industrial, de arquitectura, todo un logro de la humanidad y del sistema educativo de los gringos. Estos monumentos al conocimiento estuvieron erguidos hasta el 2001, cuando el fanatismo de un par de musulmanes, amantes de un país decadente, logró tumbarlas. Aunque hay quienes dicen que es una conspiración del gobierno de EEUU. Yo me quedo con lo primero. 

En Ecuador no tenemos edificios imponentes porque no hay mentes capaces de imaginarlos. No hay logros de la ingeniería y no, la represa de Paute no cuenta. Y esto es porque en material humano somos un fiasco. Una nación que carece de material humano debe vociferar de su patrimonio natural. Es la única forma de sentir orgullo por un ideal de país de que se debe tener verguenza. 

Hay que detener ese pensamiento de 'orgullo nacional'. Hay que abrazar y apoyar a la calidad, no hay que apoyar a algo tan solo porque está hecho bajo el tricolor patrio. Eso es imbécil. Por eso es que la calidad de nuestra industria es tan baja, porque es pro de 'es que fue hecho por ecuatorianos', no lo criticamos y dejamos que sigan produciendo cosas mediocres. Si es algo bueno y producido en el país, apoyémoslo, si es malo, a mandarlo a la mierda. 

Todo esto responde a la idea de un gobierno que a punta de propaganda nos quiere meter la idea de que Ecuador es lo mejor que hay, y no es así. Nuestra gente es inculta, nuestras empresas son mediocres, nuestros deportistas (con excepciones contadas) son pésimos, y ni hablemos de nuestra educación, que da pena. El primer paso para cambiar al país es reconocer que estamos mal, avergonzarnos de los mismo y cambiar, no decir 'All you need is Ecuador' y pintarnos un país de ensueño que no existe. 

Vaya y conozca 'las maravillas' del Ecuador, todas 'maravillas' que en el hipotético caso de que a Perú, o a Brasil, o al mismo EEUU, se les pare el culo y nos vengan a invadir, cambiarían de bandera. Si los gringos quisieran nos mandan un ejército a las Galápagos, la declaran islas del país del norte y listo, no más 'islas encantadas ecuatorianas'. Deje de sacar pecho por algo que no es suyo, y ¿sabe cómo lo sé? Usted en su casa, de su propiedad, puede andar desnudo. Haga lo mismo en esas playas que tanto dice amar para ver como se lo llevan preso. Porque usted no es dueño ni gestor de nada de eso, así que deje de sacar pecho. Troglodita. 

Mientras sigamos pensando que el Ecuador es país hermoso porque tenemos playas de ensueño, seguiremos siendo una nación del tercer mundo que se reparte las riquezas entre gobiernos de turno. No sienta orgullo del país, avergûencece. Es el primer paso para cambiarlo.  

viernes, 21 de marzo de 2014

La juventud

Ávidos sodomitas, trogloditas en potencia, hijos de una generación cuyo modelo a seguir era Johnny Bravos. Me considero a mi mismo un joven aún porque estoy a meses de cumplir un cuarto de siglo y me arriesgo a cometer errores porque, gracias al cálculo matemático y la paranoia, no he embarazado a nadie.

Etapa de la vida menos asquerosa que la infancia pero en la que uno se endeuda para toda la adultez: la juventud no es una flor, es una mala hierva nutrida de desgano, pereza y estudio obligatorio; una noche gigantesca que se vive de resaca en resaca, malos ratos y, para los que tuvieron la mala suerte, siendo padres antes de tiempo.

Tiempo de las erecciones involuntarias, de los arrebatos amorosos, del empoderamiento ideológico al que se renunciará 5 años después cuando se tenga trabajo. Joven, usted es un imbecil, somos unos imbéciles con influas de adulto y todo porque ganamos un sueldo pero no pagamos servicios básico porque aún somos una chinche de la canasta familiar de nuestros padres. A mi esto último me da vergüenza y eso que no hay mucho que me ruborice.

La juventud, la etapa plena de la vida siempre y cuando se tenga dinero y suficientes neuronas para sobrevivir a cada borrachera. Los que se drogan usan esta etapa de la vida para meterse cada fármaco que encuentren porque en la adultez deberán exorcisarlos y convertirse en devotos de alguna religión de moda.

En el pináculo de nuestra condición física desperdiciamos el bienestar de sobra consumiendo todo lo que nos pueda hacer daño porque, como lo dicen los científicos, las sinápsis de nuestro cerebro no están del todo completas y somos propensos a tomar decisiones malas. No por esto venga usted a justificar cada bagre que se ha comido.

Juventud, etapa de la vida en la que sampará y le saparán cuanto pene se tope en el camino, todo en nombre de un sistema endocrino alborotado; años de su existencia en lo que sucumbirá a toda tentación en nombre de la experiencia, tiempo hacer todo lo que usted le pedirá a sus hijos que no hagan.

¿Qué mierda es la juventud sino la antesala de la adultez? Uno intentará convencerse de que quiere vivir por siempre en ese miserable instante de la eternidad en el que a usted le tocó pasar sus años 20, pero descubrirá que no es así. Que vale la pena dejar toda esa mierda detrás.

Deje de considerarse a si mismo una persona madura, alguien que está encaminado por el camino correcto de la vida y tan solo porque estudia una carrera por la que en un par de años le pagarán muy mal. Deje de considerarse a si mismo como un galán irresistible porque un par de bagreras le han dejado mantener coito por un par de ocasiones. Deje de vivir en dramas idiotas de romances celópatas y dedíquese a nutrir su conocimiento y hacer fortuna, que es lo único que vale.

La juventud puede ser hermosa si es que usted abandona ese complejo de Johnny Bravo y se dedica a dejar de pensar con los huevos (o los ovarios, en caso de las mujeres).

Y bueno, sí, está bien que piense que esta es la etapa para cometer errores, porque lo es, y usted lo llamará experiencia. Pero si de los errores se aprende, no aprendas demasiado. 

miércoles, 19 de marzo de 2014

El ente más inúitil

Imagine por un momento que usted recoge uvas. Es bueno en lo que hace y por eso el excedente de uvas que tiene las cambia por otras frutas o animales. Imagine que de la nada viene alguien el le dice: oye, de las 10 uvas 2 son mías. '¿Por qué?' Preguntará usted si es que tiene dos dedos de frente o un intelecto lo suficientemente desarrollado como para cuestionar. 'Porque tu eres parte de la comunidad en la que yo mando', te contestará.

Lo malo es que es cierto, usted pertenece a esta horrenda comunidad de hippies que no comen carne sino solo frutas, pero usted no eligió al tipo que le pide uvas, como líder. Lo eligieron otros recolectores, los más bobos, que casi siempre son mayoría, y ahora usted se rige bajo las conveniencias de los más bobos.

Imagine que usted se rebela. Entonces el tipo que le quitaba a usted uvas le dice: 'o me das las uvas o habrá consecuencias'. Como usted se niega le manda a dos goriloides guardaespaldas que tiene a quitarle las uvas que usted le debía y se le lleva de más, porque le debías de otros meses.

Es su trabajo y usted lo comparte con quien usted quiera. ¿Por qué darselo a alguien a quien no representa y que emplea a imbéciles superdesarrollados sin talento para que, en caso que usted no pague, se lo quiten a la fuerza?

Así pasarán los siglos, y los goriloides vivirán de su trabajo, así como los 'líderes' puestos, imbéciles sin talento que deben organizar el trabajo y vida ajeno porque no tienen cerebro para emprender.

Eso señores. Eso es el gobierno. No solo este, todos los gobiernos: los entes más inútiles.

¿Cuánto más viviremos bajo algo tan absurdo como la democracia? 

jueves, 13 de marzo de 2014

El nuevo video bobo de internet

Me río mucho con los videos de rusos haciendo estupideces. Son hilarantes. Uno creería que no puede haber gente tan imbécil en el mundo, pero la hay de sobra.

Yo soy de la teoría que Ecuador pudiese tener 10 millones de videos más graciosos que los de los rusos, si tuviésemos la misma cantidad de cámaras que en el país del Kremlin. José Delgado y su programa En Carne Propia, es evidencia de lo que digo. 'Monos que violan gatos', 'Poseído por el espíritu de su abuelita' y 'se fueron a golpes por un candado', son solo unos cuantos de los titulares de este show que, sinceramente, no se si es la cosa más imbécil del mundo, o la genialidad más grande. 

Me río de En Carne Propia al punto de decir que disfruto del programa, pero sé que es una mierda. Es hipnótico, porque la idiotez es hipnótica. 

Uno puede pasar días enteros hablando del video de un gordo idiota que tratando de hacer una pirueta en bicicleta y se parte el brazo en tres pedazos. A uno le fascina y hay gente que asocia esto con la genialidad. Yo nos enseñamos a que todo lo que se viraliza en el internet es genial, incluso si es una mierda. Y eso nos hace una generación fofa. 

El último video sensación es una cagada: son cinco minutos de escuálidos hipsters, que según la premisa del video no se conocen, y que deben darse un beso frente a una cámara. Cosa para imbécil, pero a la gente la tiene fascinada. 

No sé como abordar el tema, no sé que es lo que la gente encuentra de 'tierno, fascinante o hermoso', de este bobo video. Quizás es porque les encanta la cara de idiota que ponen los tarados que se prestaron para hacerlo. No sé. 

Hasta ayer el video tenía más de 12 millones de reproducciones y en aumento. La gente lo compartía en todos lados y decía sentirse maravillada por lo que veían. Mi hermano y yo lo vimos y no le encontramos sentido. 

Este post iba a terminar como de costumbre, enumerando lo imbécil del comportamiento humano, pero de eso ya se encargó la gente que hizo el video del que les hablo. 

Hoy, por la mañana, salió a la luz que '20 strangers kissing for the first time' no es más que una campaña viral para una marca de ropa, Wren Studio se llama la casa de modas responsable del video, que puso a 20 modelo/actores a 'besarse por primera vez'. La respuesta en las redes fue igual de efusiva que cuando se descubrió el video: todos estaban indignados de que se juegue con sus sentimiento en pro de la publicidad. 

Yo me reía. Todos los que ayer hablaban en nombre del amor, hoy renegaban en contra de la publicidad. Todos imbéciles. 

Pero es lo que se merecen todos los que encuentran a un par de idiotas 'besarse por primera vez', hermoso. Se merecen ese sentimiento de culpa de haber dejado que le vean las huevas. 

¿Usted de verdad cree que es bonito el primer beso? No. La única forma de que el primer beso, como lo comprobó Wren Studio, solo se ve 'bonito' es poniendo a modelos a mamarse, en blanco y negro, a 24 cuadros por segundo, y con la magia de la publicidad de por medio. Y si no lo cree y usted asegura que el amor embellece todo, lo invito a que le encuentre lo hermoso al primer beso entre dos obesos. Eso no tiene nada de bonito.