miércoles, 28 de octubre de 2015

Lo natural

Ya las palomas no le tiene miedo a los autos. Ya no se alzan en vuelo a su paso. Caminan con prosa fuera de su camino, como peatones alados que van en búsqueda de una vereda.

Ahora los gatos de calle ya no cazan palomas, porque saben que las fundas de basura están llenas pedazos de pollo a medio comer, y dejaron hace mucho de pelearse con los perros, que ya no son guardianes del hogar, si no una especie de timbre que anuncia la llegada de los vecinos, o del chulquero.

Y yo me pregunto, ¿qué es natural? Ya no nos queda mucho de eso. Desde hace mucho que dejó de importarnos.

Vivimos obsesionados con el término: 'natural'. Es, esa palabra, hoy, una estrategia de marketing para vender más jugo procesado, más pastillas para bajar de peso, e incluso agua embotellada. Todo se autoproclama natural. Como si eso fuese bueno para nosotros.

No hay nada más antinatural que nuestra raza, que debe usar zapatos para caminar sobre superficies pavimentadas, y usar ropa para mitigar el impacto del clima, ya sea el frío o el calor, desde hace mucho renunciamos a los cueros al sol y el cesped. Ahora esto nos hace daño.

Ya no tenemos sexo porque hay que preservar la especia, lo hacemos porque se siente bien. Yo no copulamos por causas naturales, y por ende toda cría que se engendre de este acto tampoco es algo natural; por eso 'defenderla' con esos argumentos de 'sí a la vida' es imbécil. Hay que dejar de traer niños al mundo, ese proceso natural que era la vida lo interrumpimos hace mucho.

¿Qué es natural? Hoy vemos con pasividad, y nos es lógico, tener que ponerle un enrejado a tu hogar, porque sabes que afuera hay gente que te quiere arrebatar las cosas. Es tan natural pensar que alguien dispuesto a puñalarte por tu celular que caminas alerta por la cera, sobreviviendo con miedo de lo que te vaya a pasar.

Nos es tan natural que las niñas se declaren 'locas', porque Kotex les dice que es 'bonito' que vayan por la vida cambiando de ánimo y opinión cada dos minutos.

Pensamos que es lo más natural vivir otorgándole funciones a una persona, viviendo bajo las reglas de un mandato, que nos diga como hacer las cosas para poder culparlo cuando todo salga mal. Porque es natural que uno ya no quiera hacerse cargo de su vida.

Hemos distorsionado todo eso que decimos natural y, sin ánimos de hippie naturalista, digo que el mundo se está desquitando con nosotros. Que lo haga pronto. Que nos borre de la faz de la tierra para que los gatos y perros se vuelvan a pelar, y para que las palomas se acuerden que hay que volar.