lunes, 30 de junio de 2014

Premiados

Leí una vez que en tres minutos de nuestras vidas Michael Jordan habría hecho más dinero de lo que usted y yo haríamos a lo largo de nuestra existencia. El tiempo se reduce a segundos cuando se compara con Bill Gates, que en 20 segundos ha ganado 75 mil dólares. Ambos siguen sumando fortuna.

La diferencia del primero con el segundo es que al menos el programador de computadoras es uno de los pilares fundamentales del desarrollo tecnológico del siglo 21. El primero jugaba basket. Pero bueno, al menos Jordan es una leyenda, es al basket lo que Ali al boxeo, lo que Phelps a la natación, lo que Pelé al fútbol. Y toda esta gente nombrada hizo fortuna siendo los mejores en lo que hacían.

Es por eso que no me explico como es que un jugador de fútbol nacional puede recibir 5000 dólares por partido empatado y no sentirse mal. Porque eso es lo que salió a la luz este fin de semana en un reportaje de Diario El Comercio*, en donde se habló de las cifras de los premios que cada uno de los jugadores que participaron en la clasificación, y luego desastrosa participación en el Mundial de Fútbol, recibieron.

Entre los 33 seleccionados queda aún por repartir 2.8 millones de dólares, lo que da un promedio de 84 mil y tantos dólares pos jugador. Este dinero, como dice la nota, se lo da la FIFA a la FEF para que se lo den a los jugadores, que, en realidad, no sé con que cara pueden aceptar tan exorbitante cifra sin siquiera haber realizado una participación digna de calificar de 'decente'.

No sé como es que funciona en su trabaja, pero en el mío, yo cobro mi dinero cuando hago bien las cosas. Ya no recibo hace más de un año un sueldo, y me toca romperme la espalda trabajando para que mis clientes queden satisfechos y desembolsen un cheque. Imagino que con usted es lo mismo, que debe pasar decenas de horas laborando para que cada 15 días poder darse un lujo.

En todo los trabajos, cuando se hacen mal las cosas, o se lo separa de la nómina, o no vuelven a requerir de sus servicios, por eso es que me sorprende que en el fútbol, que también es un trabajo, todo sea diferente.

A mi me encantaría que, luego de hacer unas fotos de mierda, el presidente salga a decir lo orgulloso que está de mi, y que todos deberían aplaudir mi esfuerzo. Pero no es así, ni debe jamás ser así, por lo que me parece inaudito que, en nombre de un patriotismo descarado e inservible, acá uno tenga que venir a aguantarles la caña a un poco de 'malos empleados' a los que se les da un bono por no hacer bien su trabajo.

Entiendo que es política de la FIFA esto de entregar el dinero por la participación, pero, ¿escucharon la historia de los griegos? Ellos se negaron a recibir el bono de dinero que se les iba a dar (y eso que clasificaron a octavos de final, por primera vez en su historia) y pidieron que ese dinero se utilice en el desarrollo y construcción de un nuevo centro deportivo de alto rendimiento para futuras generaciones. 'No queremos bonos, jugamos por Grecia y su gente', firmaron en un comunicados al Primer Ministro de su país.

No sé con que cara pueden recibir ese dinero. Ellos, de por sí, ya ganan lo suficiente en sus equipos (porque el sueldo de un futbolista es una grosería), como para decir que la plata la necesitan de vida o muerte. Pero hay que reconocerles que hay que tener huevos para que no te importe un carajo tu desempeño labora y aun así ser premiado.

Quizás si hubiesen quedado campeones del torneo, o al menos llegado a cuartos de final, pero no: son la única selección sudamericana que se quedó fuera del cotejo.

No sé como se puede recibir tanta plata sin sentirse mal, porque al menos Jordan recibe millones pero hasta la fecha no hay un solo jugador de basket que le haga sombra. Por su parte Gates reciben billones por haber influido, indiscutiblemente, en la vida de cada uno de los seres vivos. Ya sea positivia o negativa la influencia que el multimillonario haya tenido sobre ti, jamás será tan amarga como la influencia que tienen 33 hombres que defraudaron a un país entero al no clasificar a la siguiente ronda del mundial. Y por eso, los premian, por amargarnos.

*link de la noticia: http://www.ecuagol.com/ecuagol/latrimundialista.php?n=54068 

lunes, 23 de junio de 2014

'Enner energía'

No sé que clase de educación se tiene que tener para creer que todo 'Lee' es pariente de Bruce Lee, pero esa es exactamente la clase de instrucción que nuestros comentaristas deportivos recibieron. Esta es la clase de comentarios que hacen nuestros periodistas deportivos durante las narraciones de los partidos del mundial de Brasil.

Podrán decir que es broma, pero si querían ser comediantes, vayan a hacer de teloneros de la Pionargoti y no vengan a seguir jodiéndole el idioma más quienes ven las transmisiones.  

Y es que todos, salvo Diego Arcos (aunque a veces también se ha pegado sus deslices), son unos payasos. No sé como le pueden dar un micrófono a un tipo que, durante la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín, 2008, se refirió 'al maestro Led Zeppelin' hablando de Jimmy Page. Esa es la clase de personas que tenemos narrándonos partidos. 

Porque a esta caterva de locutores los sacan de narrar fútbol y no saben donde están parados. Y eso que son 'periodistas deportivos'. Fervientemente creo que no les da el cerebro para entender algo que no sea 22 personas pateando la pelota de un lado al otro. Por eso su carente criterio a la hora de hablar. 

Hay que sentirse ofendido cuando esta gente abre la boca. En este caso voy a obviar el hecho de que critican cada maldita decisión que toma el técnico nacional, y eso está bien, porque es su trabajo; pero sus conocimientos de fútbol hacen pensar que cualquiera de ellos podría coger al Patria y hacerlo campeonar más veces que el Barcelona. Y sabemos que eso no es cierto. 

Pero en medio de este choque de egos de conocimientos futbolísticos, nace su deseo de 'amenizar' la narración de los partidos, haciendo cháchara de los apellidos, burlándose de los compañero y colándose entre los hinchas de los equipos para tratar de hacer algo novedoso, pero que resulta nada más en Bonafont siendo maltratado. Al tipo los fans de Algeria y Corea le hicieron más bullying que a un niño gordo y pedorro en una secundaria gringa. ¿Es ese nuestro periodismo? 

No voy a decir que es sólo es nuestro periodismo deportivo el que relata todo atrozmente, leo que en Colombia, Argentina, Chile y Uruguay, todos los reporteros son la misma vaina. Yo puedo hablar de los nuestros, de la obligación que ellos tienen de presentar información formal, veraz y concisa de unos de los eventos más grandes del deporte, pero en lugar de eso, se ríen de un jugador de EEUU apellido 'Zusi'; le hacen mofa al rendimiento de Christiano Ronaldo en el mundial y sus peinados, y hacen comentarios como 'que gran jugador, Enner energía, porque rima...' en televisión nacional.

El colmo de todo es cuando se la dan de poetas y se ponen a adornar con palabras taradas una jugada mediocre. En esta clase de inservible y asquerosa narración 'el poeta del fútbol', es un especialista. ¿Es ese el mensaje que le queremos mandar a la población? Que ridiculez.

La labor de un periodista es la de informar, e informar bien. Haciendo el trabajo que hace esta gente no se está sino dando carta abierta a que la población en general siga acuñando el lenguaje tan precario que utiliza, y lo hacen es porque sus modelos a seguir son personas con micrófono que en plena narración del partido llamar chinos a los coreanos, y por eso, por hablar como un puberto sin mayor conocimiento de geografía, los premian enviándolos un mes de paseo por Brasil. 

Yo no digo que la comedia está mal, es una necesidad, pero si se quiere hacer una narración cómica, abra un streaming y diga lo que se le viene en gana, pero no lo haga cuando su trabajo es ser la fuente oficial. No mientras tenemos una población que los va a imitar. 

Y dicho esto no va a pasar nada. Nadie va a cambiar nada porque todos estos lelos le suben el rating a los canales para los que trabajan. Y donde manda la publicidad, que se joda el idioma, las costumbres y la población en general; hijueputas. 

'Enner energía'

No sé que clase de educación se tiene que tener para creer que todo 'Lee' es pariente de Bruce Lee, pero esa es exactamente la clase de instrucción que nuestros comentaristas deportivos recibieron. Esta es la clase de comentarios que hacen nuestros periodistas deportivos durante las narraciones de los partidos del mundial de Brasil.

Podrán decir que es broma, pero si querían ser comediantes, vayan a hacer de teloneros de la Pionargoti y no vengan a seguir jodiéndole el idioma más quienes ven las transmisiones.  

Y es que todos, salvo Diego Arcos (aunque a veces también se ha pegado sus deslices), son unos payasos. No sé como le pueden dar un micrófono a un tipo que, durante la clausura de los Juegos Olímpicos de Pekín, 2008, se refirió 'al maestro Led Zeppelin' hablando de Jimmy Page. Esa es la clase de personas que tenemos narrándonos partidos. 

Porque a esta caterva de locutores los sacan de narrar fútbol y no saben donde están parados. Y eso que son 'periodistas deportivos'. Fervientemente creo que no les da el cerebro para entender algo que no sea 22 personas pateando la pelota de un lado al otro. Por eso su carente criterio a la hora de hablar. 

Hay que sentirse ofendido cuando esta gente abre la boca. En este caso voy a obviar el hecho de que critican cada maldita decisión que toma el técnico nacional, y eso está bien, porque es su trabajo; pero sus conocimientos de fútbol hacen pensar que cualquiera de ellos podría coger al Patria y hacerlo campeonar más veces que el Barcelona. Y sabemos que eso no es cierto. 

Pero en medio de este choque de egos de conocimientos futbolísticos, nace su deseo de 'amenizar' la narración de los partidos, haciendo cháchara de los apellidos, burlándose de los compañero y colándose entre los hinchas de los equipos para tratar de hacer algo novedoso, pero que resulta nada más en Bonafont siendo maltratado. Al tipo los fans de Algeria y Corea le hicieron más bullying que a un niño gordo y pedorro en una secundaria gringa. ¿Es ese nuestro periodismo? 

No voy a decir que es sólo es nuestro periodismo deportivo el que relata todo atrozmente, leo que en Colombia, Argentina, Chile y Uruguay, todos los reporteros son la misma vaina. Yo puedo hablar de los nuestros, de la obligación que ellos tienen de presentar información formal, veraz y concisa de unos de los eventos más grandes del deporte, pero en lugar de eso, se ríen de un jugador de EEUU apellido 'Zusi'; le hacen mofa al rendimiento de Christiano Ronaldo en el mundial y sus peinados, y hacen comentarios como 'que gran jugador, Enner energía, porque rima...' en televisión nacional.

El colmo de todo es cuando se la dan de poetas y se ponen a adornar con palabras taradas una jugada mediocre. En esta clase de inservible y asquerosa narración 'el poeta del fútbol', es un especialista. ¿Es ese el mensaje que le queremos mandar a la población? Que ridiculez.

La labor de un periodista es la de informar, e informar bien. Haciendo el trabajo que hace esta gente no se está sino dando carta abierta a que la población en general siga acuñando el lenguaje tan precario que utiliza, y lo hacen es porque sus modelos a seguir son personas con micrófono que en plena narración del partido llamar chinos a los coreanos, y por eso, por hablar como un puberto sin mayor conocimiento de geografía, los premian enviándolos un mes de paseo por Brasil. 

Yo no digo que la comedia está mal, es una necesidad, pero si se quiere hacer una narración cómica, abra un streaming y diga lo que se le viene en gana, pero no lo haga cuando su trabajo es ser la fuente oficial. No mientras tenemos una población que los va a imitar. 

Y dicho esto no va a pasar nada. Nadie va a cambiar nada porque todos estos lelos le suben el rating a los canales para los que trabajan. Y donde manda la publicidad, que se joda el idioma, las costumbres y la población en general; hijueputas. 

martes, 10 de junio de 2014

Panzita

A mi lo que me gusta en la mujer con panza, nada de obesidad, sólo panza. Un poco de grasa sobre el abdomen, una curvita de más y un par de rollitos.

Me gusta la mujer con panza porque aunque a ella no le gusten esos kilitos de más, a mi me fascina que me diga que si cuando la invite a comer, y no le ponga peros al menú. Me gusta que disfrute de la vida, muy por encima de renegar de un par de estrías en sus nalgas. 

No hay cicatriz en su cuerpo de la que no se queje, pero tampoco se niega a un buen trago, lleno de calorías, un de brebaje que le de un poco de valor líquido. 

Tampoco es que reniegue de las mujeres de abdomen plano, sólo que ellas le pone un 'pero' a la vida, a lo bonito de las cosas más ricas y todo por tener un lavadero donde otras alojan vida. Ellas pasan más tiempo sufriendo por su cuerpo que disfrutándolo, y en eso no hay nada de gusto. 

No por tener la libertad de andar en biquini en la playa van a renunciar a los patacones y el queso, de la hamburguesa de fin de semana y de un buen postre por las noches; me gusta que digan que quieren dormir en vez de trotar porque aunque lo segundo es sano, de lo primero si se disfruta. Y no le hago una oda a la vagancia, sólo que la mujer con panza es la que trabaja, la que está cansada por un extenuante día de trabajo en la oficina. Y no hay nada más bonito o sexy que ese esfuerzo. 

Por eso yo digo que me gusta la panzita, me encanta, no sólo como se ve sino todo lo que engloba, a la mujer con forma, con una vida real que va más allá de la elíptica, el gimnasio y el club privado; que sufre el embate de la rutina y que agoniza de inseguridades que la hacen más bonita. 

Yo por mi lado le hago una oda a la panzita, y les digo que está bien rica. 

miércoles, 4 de junio de 2014

Es culpa de los niños

No creo en el amor, lo he dicho mil veces, pero no hay relación más desinteresada e intensa que la de unos padres por sus hijos. Y si no lo cree es porque no salió a la calle este fin de semana.

Ahora último nos tocó vivir este simulacro de Apocalipsis Zombie que es día del niño: miles de millones de infantes, compañados por una horda de adultos caminando por las calles y centros comerciales, cumpliendo cada capricho de un infante malcriado. Una cosa de miedo.

Pero en medio de tanto caos, de tanto lloriqueo y pataleta de los niños, uno tiene una epifanía, un descubrimiento interesante en el que se devela la razón por la que todas las cosas están mal en el mundo: es culpa de los niños.

Si obviamos la tasa de países donde la gente es más feliz y nos concentramos en lo que importa, que son los países con mayor ingreso per capita y donde las sociedad funcionan como reloj suizo, nos daremos cuenta que son países en donde la gente le huye al tener hijos. Suiza, Alemania, Dinamarca, Noreuga, Japón, entre otros, la tasa de natalidad más baja del planeta. Es más, los nipones tiene 10 años seguidos bajan el número de nacimientos en el país. ¿Y entonces esto que tiene que ver?

Como lo sabe todo padre, los niños lo cambian todo, en especial las prioridades. El que engedra niño ya debe de dejar a un lado su carrera y demás aspiraciones para concentrarse en hacer una vida en la que se le pueda dar gusto a sus engendros. Y eso está bien, no digo que no, pero cuando hablamos de 'hacer una vida digna', un padre responsable está dispuesto a todo.

Para comprar ese juguete que tanto quiere su hijo, un jefe está dispuesto a sacarle las madre y hacer infelices las vida de sus trabajadores con tal de recibir un bono que le permita dar un juguete a su hijo. Por su parte el empleado está dispuesto a cargar con toda la jornada laboral que su patrón le encargue, todo con tal de recibir un sueldo que le de a su hijo una vida decente. Pero el sueldo no alcanza y por eso se trabaja horas extra, así este padre descuida su tiempo familiar, así su hijo crecerá sin cariño paterno y esté se convertirá en otro hijo de puta más de la patria que le joderá la vida al resto. Es un círculo vicioso.

Por su parte los niños estarán en casa, sucumbiendo ante cada idea que les planta la publicidad en la cabeza y llorando para que les den cada capricho que se les ocurre. Toda una industria de entretenimiento y placeres que gira al rededor de su vida, juguetes que son hechos por sus similares, niños asiáticos mal pagados que hace utensilios a un décimo del precio de la marca que los vende (así dice el mito). Pero nada de eso importa, lo que hay es que comprarle juguetes al niño. Y para eso es que los padres, en su constante misión de hacer feliz a sus crías, están dispuestos a arruinarle la vida a medio mundo.

Es muy fácil decir que el mundo está mal por los adultos y la guerra, el hambre y el que me-importismo, pero yo digo lo contrario: el mundo está mal porque nos importan demasiado las cosas, en especial las cosas que quieren los padres para sus hijos. Se habla siempre mal de los soldados que van a otros países a bombardear gente inocente y la mayoría de los combatientes son padre, uniformado que se van a meter al medio de la nada a dar bala para que sus hijos siga viviendo en un país donde pueden conseguir el juguete que les de la gana.

Y quizás por eso es que los países en los que hay menos niños son las naciones que funcionan. Al no haber esta necesidad hacer mierda a media humanidad para costear la vida de un niño. la gente lo que se preocupa es por hacer su trabajo bien, en que lo que los rodea funcione, o, en el caso de los japoneses, hacer dibujitos bacanes.

Póngase a ver a las nacionaes africanas, cada persona de las naciones más pobres tiene como 20 niños y sigue fecundando. Son las naciones más miserables de planeta. No nos vayamos muy lejos, vea las noticias, cada que se quema una casa de alguien marginal, ¿cuántos hijos tiene el afectado? Mínimo 6 y la esposa de turno ya está embarazada de nuevo. Una cosa irresponsable.

Es ilógico andar regando personitas por el mundo si no se les puede dar una vida que valga la pena. Pero eso es lo que 'el pueblo' hace y seguirá haciendo.

Ojo que no digo que traer niños al mundo esté mal, solo que hay que hacerlo en una etapa de la vida en la que se esté seguro que para darle una vida digna al hijo, no haya que joderle la existencia a nadie, en especial al que vaya a nacer.

Pero no hay nada que hacer, incluso si usted trae una cantidad moderada de hijos al mundo, usted me va a joder la exietencia a mi. No me gusta el lloriqueo de los niños y eso es lo que más hacen. Además, yo colecciono varias cosas que los niños llaman juguetes, y a más niños, menos 'juguetes' para mi; y eso me hace igual de infame que un pelado que grita por un pedazo de plástico por el que un niño chino se anda quemando las manos al fabricarlo.

Igual, hay más niños que coleccionistas en el mundo.