jueves, 26 de diciembre de 2013

Celos

Decía una mujer que odio: 'los celos son para los que dudan de que esa persona te ama'. Es una frase imbécil pero ahora último la he escuchado mucho. Es porque la gente tiende a repetir todo lo que escucha sin siquiera detenerse a preguntarse lo válido del hecho.

Los celos son la reacción más cálida y tierna que hay. A uno le suben el ego y le dan a entender que así sea para joderle la vida a uno, hay alguien que tiene miedo de perderte. Sí, suena muy cursi, pero es que los celos también son la cosa más cursi que hay.

La rabieta reclamona, mientras no incluya grito, es bonita. Un padre cela a su hija porque sabe que hay mucho hijueputa en las calles queriendo comércela, por lo que los celos tienen algo realmente humano que tiene que ver con la protección.

Una madre cela a su hijo de la caderona en minifalda que se sienta en el regazo del 'niño' que ella sentaba en su regazo, y lo hace porque tiene miedo que esa mujer arruine la vida que ella germinó.

Una chica cela a su pareja porque sabe que, bien en el fondo, nadie es propiedad de nadie, y lo que quiere salvar es la mayor parte de tiempo junto a la persona que la tiene gozando, horizontal y verticalmente.

Todos hemos celado a quien no nos corresponde porque es nuestra naturaleza desear lo que no tenemos. Con las redes sociales los celos se han vuelto algo cotidiano, ahora que podemos ver la vida de quien nos atrae en vitrina, cada foto que sube alguien abrazado de alguien que no seamos nosotros, es motivo de celos.

Pero yo hablo de celos, de esa inocente reacción de temor ante el arrebato de la personas que queremos. Sí usted, en cambio, hackea celulares, jala del pelo a su novia o la golpea, o está pendiente de todo lo que ella hace porque no soporta que nadie la vea, usted no es un celoso, es un imbécil enfermo que merece un tiro en la sien.

Pero no vine acá a destilar odio, como de costumbre. Vine a hablar de lo bien que se siente que lo celen. No que le revisen el celular, que le reclamen por cada foto o que le hagan berrinches en público; hablo de celos, de la reacción de agonía inexpresable al ver lo que no se puede tener. Porque si usted reclama, hágalo de forma inteligente. Todo lo demás es un espectáculo horrible que nadie quiere ver.

Usted cele, pero en silencio. Cómase las uñas y envíe indirectas pero nada más. Los celos son un juego en el que las mujeres nos llevan a delantera. Los hombre somos discapacitos emocionales y por ende nuestra reacción en la misma situación es primitiva, estúpida, insípida: uno o se queda callado y se aleja, o hace un berrinche borracho. Solo esas dos opciones. Y ambas son horrendas.

Pero si tiene la oportunidad de que lo celen, disfrútelo. No le digo que sea un hijo de puta reberbero que de ilusiones falsas, solo disfrútelo cual karateka que debe agarrarse los huevos para no saltar de la alegría cada que gana una pelea.

Deje de repetirse a si mismo que los celos son horribles y, de una vez por todas, admita que usted se siente el más Brad Pitt-Gosling-Clooney cada que se cala una tierna rabieta.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Pagar por ver porno

Me atrevo a decir que lo chinos salvaron al mundo. Sin la esclavitud asiática, ¿cómo compraríamos televisores de menos de 1000 dólares? Nuestro estilo de vida se sostiene sobre la miseria de las masas.

Escribo este post desde una Mac que de seguro fue construida con el sudor de trabajadores asiáticos mal remunerados, suicidas en potencia, resentidos con la vida pero con un compromiso laboral insostenible en los estándares occidentales. Yo no quiero pagar mucho por una computadora porque me criaron mal, tratando de siempre sacar más provecho por nada de esfuerzo.

Uno le regatea a los paisanos de las tiendas por precios menores: 'que la cebolla está muy cara', pero lo decimos porque nosotros no nos agachamos a recoger miles de tubérculos a cambio de centavos. A nosotros la míseria ajena nos es indiferente con tal de suplir nuestro caprichos.

Entonces: ¿por qué carajo pido que respeten mi trabajo si yo no lo hago con el ajeno? Hoy me citaron en un colegio porque querían cambiar de proveedores de servicios fotográficos para la graduación de lo bachilleres, pero si estrellaron contra el piso cuando les dije la tarifa. Acostumbrados a pagar un quinto de lo que ya les cobraban, ellos recibían un trabajo de mierda y quería uno mejor sin tener que pagar más por el mismo. En conversación quedó el asunto porque, por política profesional, yo no regateo.

Estamos tan acostumbrados a pedir siempre más por menos; hemos perdido por completo el valor del trabajo, de lo que significa esforzarse porque, como les digo, vivimos en un mundo sostenido sobre la miseria de los demás, escudados sobre la idea de que: 'yo me merezco lo mejor'. Pues déjeme decirle que usted no se merece un culo.

Usted no paga lo que debe por las cosas que recibe: mientras que un agricultor del café gana en Italia 800 dólares la hora de trabajo, acá es o no hacen ni rompiéndose la espalada tres meses seguidos, pero jamás podrá pagar eso porque usted no está dispuesto a pagar 14 dólares por una tasa de expreso, y no lo quiere pagar porque es un hijo de puta.

Uno se la pasa la vida reclamando porque reconozcan su trabajo y no es capaz de reconocer el de otros, todo porque 'usted merece lo mejor'. No, deje de regatear, si le cobran caro por algo es porque es vale el maldito trabajo. Punto. No le de más vueltas al asunto, y si no, siempre encontrará a un imbécil que trabaje por la tarifa que ofrece, pero a cambio recibe un trabajo de mierda, como esas tablets chinas de menos de 80 dólares. Ojalá le explote el aparato en las manos, cabrón.

Tan acostumbrados a recibir todo a bajo precio que nos la pasamos buscando como hacer que nos den todo lo que nos gusta, gratis. Por eso nos encanta Cuevana: ver lo último del cine sin tener que pagar nada, olvidando que para poder tener ese espectáculo fílmico, hubo que pagarle a miles de personas para que se esfuercen en dar el producto final. Si usted no paga, no habrá como hacer más de las películas que le gusta ver. ¿Paradójico, no?

Usted ve todo lo que le gusta de forma gratuita, como el porno. Desde que está el internet se considera un imbécil al que tiene que pagar por ver porno: existe Youporn, Xvideos, Fuq y miles de sitios más que nos ponen en una palestra a todas las acróbatas horizontales que deseamos ver, pero nunca pagar por el vouyerismo. Y en este hábito las chinas (asiáticas) también son las que han salvado al mundo.

Pero la justicia es casi poética: usted ve porno porque necesita tener material para masturbarse, y si se masturba es que no tiene sexo, y no tiene sexo, lo más probable, es por se un hijo de puta tacaño que no quiere invertir en darle comodidades a una mujer decente que, además de cariño, les de placer. 

lunes, 9 de diciembre de 2013

El reguetón es el nuevo punk

Daddy Yabky es el nuevo Iggy Pop y Don Omar es el nuevo Joe Ramone. Me pienso tragar todas mis palabras y dejar mi ego en el suelo con lo que voy a escribir, pero: el reguetón es el nuevo punk.

Sí, como lo leyó, y espero que siga leyendo. Nada puede frenar a este género y cada vez tiene más fans, tal y como los Beatles en su tiempo o The Ramones en el suyo; Nirvana en los 90, o Ray Charles en los 50. Y en cada época hay quienes dicen que 'esa música de moda es una mierda'. En la actual, somos usted y yo lo que le hacemos muecas al reguetón, pero este reirá al último.

¿Por qué decir que el reguetón es el nuevo punk? Porque representa la misma decadencia que cada generación adora. En los 70 no había nada más decadente que punk, ahora lo es el reguetón.

Cuando el garage rock arrojaba a su hijo bastardo, el punk, todos le hacían muecas al género que representaba el volatil deseo de rebeldía y que-me-importismo de la juventud; esa necesidad por expresarse en contra de un modo de vida establecido y de ir más allá de los límites de la tolerancia. Vestidos con atuendos que en aquel entonces parecían lo más decadente del mundo, hoy, años después, cuando su mensaje e importancia es entendida, los adoramos.

En los 60 la  música celebraba las drogas y en los 80 se inclinó en contra del status quo; ya para los 90 la música representaba esa incomodidad juvenil con el estilo de vida. Pero nada de esto le concierne a Latinoamérica porque nosotros solo somos mercado de tendencias que los gringos nos imponen, hasta que llegó el reguetón.

Sexo, mujeres sudadas, hombres reventados a músculos y usando gafas del sol en la noche; herederos del hip-hop gringo pero con un giro caribeño, caliente como el clima de donde se origina y representante, género abanderado de una generación reprimida.

No por nada la gente grita la lírica de estas canciones a todo pulmón. Los hombres someten verbalmente a las mujeres, tal y como siempre lo desean pero las miles y cientos de campañas en contra de la violencia femenina, les han enseñado que no deben hacer; por eso se desquitan de las mismas en la pista de baile. Las mujeres, menean la cadera con soltura, rozando los muslos en pantalón ajeno, todo con ese permiso lírico que les da el género y el estilo de baile, libres de su propia vergüenza infundada por sus madres. Decadencia pura, lo que nos encanta.

Los gustos musicales populares dictaminan la ideología de una generación y marcan el camino hacia la forma de pensar de los año venideros. Sí en los 80 era 'Anarchy in the UK', hoy es 'eso en cuatro no se ve', un canto a la resignación, a como se toma la vida como viene, siempre y cuando venga y sea divertida.

Nada podemos hacer para suplir el gusto de las masas por la decadencia. No por nada las mujeres adoraban ver a Morrison embolarse en el escenario, y por eso mismo es que adoran ver a René Pérez bailando sin camiseta en el escenario.

Nada podemos hacer para detener esto, pero solo quiero vivir lo suficiente como para ver la clase de excusas que los adultos de mi generación le darán a sus hijos y nietos sobre como conocieron a sus parejas. Los abuelos que fueron jóvenes en los 60 juran que jamás la fumaron, los de los 80 le atribuyen todo a los errores de la juventud y al espíritu rebelde; los de los 90 dicen que simplemente fueron inamaduros. Ya quiero ver como le explican a sus nietos que a su abuela la conocieron punteándosela en medio de una discoteca en una fiesta que nada tiene que nada tiene envidiarle a las que montaban los de Möltey Crüe, quienes ahora, como lo serán en su respectivo tiempo los reguetoneros, son rockeros respetados.   

viernes, 6 de diciembre de 2013

'Mandela cambió al mundo'

Hoy anunciaron que el equipo campeón del mundial de fútbol de Brasil 2014 recibirá 35 millones de dólares. En la radio lo discutían con fervor, no con indignación, que es lo que me provoca saber la cantidad de dinero que dan por patear un balón, sino con el fervor de justicia que se hace con los sacrificados jugadores.

Es imbécil la forma en la que el dinero se reparte en el mundo, y no con esto quiero sonar como hippie vago de 'Occupy Wall Street', porque yo si creo que debe haber gente que tenga más dinero que otros, pero no que se lo despilfarre en idioteces.

La Fifa es de esas entidades contra las que, de existir James Bond, el agente pelearía. Son perversos, manipuladores, despilfarradores de recursos en nombre del regocijo de un espectáculo planetario. Porque nadie niega que el fútbol es divertido, en especial con payasos como Messi y Cristiano Ronaldo en la cancha.

Pero en un mundo como el nuestro, en donde al día miles de niños mueren por no tener acceso a tratamientos, en donde los crímenes raciales siguen dando de que hablar (en pleno siglo 21), darle 35 millones de dólares a poco más de 30 personas que conforman un equipo de fútbol (compuesto por jugadores y técnicos que tienen una media de sueldo de más de 5000 dólares mensuales), es imbécil.

El último mundial de fútbol se lo realizó en Sudáfrica, nación infectada de problemas sociales, en donde Nelson Mandela, que ayer falleció, medio hizo algo para que el mundo (los blancos) entiendan que los negros también son personas. Fue en este país el mundial en el que más robos hubo, y no solo a personas: miembros de la selección argentina de fútbol y otras delegaciones fueron víctimas de las 'nación de Mandela'. Una nación llena de necesidades pero que se dio el lujo de pagar millones de millones de dólares para acuñar un evento mundial que, como dicen los rumores, les resultó en pérdida. Eso sí, a la Fifa en ganancia.

Yo digo que los jugadores fueron víctimas de la 'nación de Mandea' porque los países no son el pedazo de tierra que simbolizan, sino la gente que lo habita. Y, aparentemente, el sudafricano promedio es una mierda. Y si no vea las fotos que el 'Bang Bang Club' sacó durante el final de Appartheid.

Hoy, Irina Borkova, directora general de la UNESCO, otra entidad posible villana de Bond, salió a decir que 'Mandela cambió el mundo'. Que idiota.

Mandela se murió y el mundo sigue siendo la misma, o peor, pocilga. Un mundo en donde pagarle 35 millones de dólares a una caterva de idiotas patea-balones, se ve con regocijo y no con indignación. 

viernes, 29 de noviembre de 2013

Tu maduro

No imagino lo traumático que debe ser para una universidad recibir una mala nota, digo, ellos son siempre los que las ponen así que cuando se las otorgan, lloran cual alumno con beca que se quedó supletorio.

Acá no hay padre que reclame por la mala nota, sino accionistas; y el castigo por sacar 'B' o 'C', y no hablemos de la 'D', viene en forma de menos estudiantes inscritos. Porque, tal y como piensa el ecuatoriano, nadie quiere ser parte de una entidad con mala fama. A excepción que sea el congreso.

Hoy las universidades pasan de instigadores a instigados, del que tiene el sartén por el mango al que le cae el aceite de lo que se está cocinando. y por eso lloran; lloran porque una universidad como la de los católicos, está en la categoría B. Y ningunos de sus alumnos quiere decir que se graduó de una universidad que 'estaba en B'. Lo que no dicen los que reclaman por la nota, es que a sus estudiantes de las carreras más importantes, como medicina, sus profesores los mandan a terminar de aprender lo que vieron en clases, escuchando tutoriales de YouTube. Eso y que los obligan a tomar clases de religión.

Lo mismo le pasa a la universidad de la vía Samborondón, la universidad con más mujer buena por metro cuadrado en el Ecuador. El centro educativo que ha erguido edificios que da miedo a punta de cobrarle una millonada de pensión a las curvilineas hijas de bananeros machaleños; entidad que saca libros por cualquier idiotez. Con lo que cobran debería, a estas alturas, haber puesto un hombre en la luna, y deberían haber educado al más prolijo de los comunicadores de Sudamérica. Pero un centro educativo en el que los estudiantes deben corregirle a los profesores de literatura sobre los autores de los que están hablando, no quedará para más que una enorme pasarela de machaleña de cepa.

Y ni hablar de la 'gratuita', cuyos alumnos no soportan que les recuerden que están estudiando en un centro educativo que tiene la fama de tener profesores que pasan a alumnos a punta de botellas de Whisky, o alumnos que pasan de año porque pertenecen al consejo estudiantil. Yo hice un semestre intensivo en este plantel y, créame, no vale la pena. No sé con que cara su consejo estudiantil sale a decir que son 'la crème de la crème'.

El punto es que la gente se olvida que la vocación no tiene universidad, y que la educación no se trata de una nota o del prestigio del lugar en el que estudias, sino del provecho que se le pueda sacar a las herramientas con las que uno se desprende del plantel que lo educó. Y eso no tiene nota. Los grandes emprendedores de este siglo ni siquiera se graduaron.

Las universidades lo que están es llenas de acomplejados; me retracto, el Ecuador está lleno de acomplejados que lo que quieren es un nombre, pertenecer a una institución 'grande y de renombre', para sentirse alguien. No por nada Barcelona y Emelec tienen a tanto enfermo defendiéndolos cual madre que los parió.

Ahora yo estudio en el Instituto más bonito del mundo. Finalmente siento que he aprendido mi profesión, y hasta el momento no me ha tocado más que un profesor despota, y su talento hace que cada onza de su orgullo lo valga. He aprendido sin tener que ser torturado sicologicamente, y haciendo las cosas, practicándolas, como debe ser. No como cuando estuve en la 'universidad a distancia', en donde, les juro, no tengo como probarlo porque no me dejaron fotografiar la hoja, una de las preguntas de sus exámenes era: 'los dinosaurios se extinguieron por el calentamiento global, ¿verdadero o falso?'. Y ellos gradúan por montón.

Acá, donde ahora estudio, nadie me encierra un fin de semana en la universidad a torturarme con 'casos' que no se aplican a la realidad. Esa casa de la que les hablo cobra una millonada por adoctrinar a niños normales al hipterismo. Porque esa universidad lo único que hace es subirle el ego a sus instruidos a punta de música rara y decenas de autores que no tienen la idea como se pronuncia su patronímico.

No imagino la frustración de los dueños de los plantes que ahora están 'en la B', literalmente, todo después de haber torturado durante tantos semestres a estudiantes a los que, en su mayoría, todavía están tratando de buscar un trabajo mediocremente remunerado para pagar el inflado préstamo con el que costearon su insípida educación en una carrera que está copada de profesionales mediocres. Por eso, con felicidad, a estas universidades les digo: 'toma tu maduro'. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

El fin de las cosas

Ahora último me he vuelto más llorón que de costumbre. Me solían conmover las películas poderosas pero ahora me hacen un nudo en la garganta hasta los videos virales de internet. No los comerciales de motivación personal, esos que se jodan y su porquería paulochoelistica. El otro día tuve que ponerle pausa al video del 'Batkid' porque ya me iba a poner a llorar, y tuve que ponerme a ver algún video de idiotas golpeándose los huevos por andar en patineta, todo para que se me pase el sentimentalismo.

Yo creo que todo comenzó con 'Up', la película de Pixar de del 2009 que, creo, debe tener una de las más bonitas, genialmente contadas y tristes historias de amor que hay. Sus 8 minutos iniciales dejan devastado hasta al más cínico de los seres humanos. La primera vez que la vi fue en el cine, con mi hermano, y tuve que hacerme el idiota mientras 'me sonaba los mocos' para que no se de cuenta que se me habían salido las lágrimas.

Creo que el cinismo se me está acabando. Eso es malo. El mundo es un lugar horrible como para andar conmoviéndose por todo lo que sucede a tu al rededor. Uno debe seguir con su puerca vida en linea recta para no acabar queriéndose meter un tiro. Pero cada vez se me hace más difícil, y eso es porque también se me están acabando las excusas.

Aún me sigo riendo de los insultantes chistes de Ricky Gervais y me oriné de la risa con la broma de Sasha Baron Choen cuando 'mató' a la 'última niña que había actuado con chaplin', pero ya no puedo decir que no me parece bonita 'Issac's propusal', y esto a pesar de que firmemente creo que el matrimonio es, si no una estupidez, el más grande de los errores.

Creo que esto, como todas las cosas, es el fin del ciclo de alguno de mis comportamientos. Pero odio los finales, porque todos los finales son tristes. Me gusta poder hacer mofa de las cosas más cursis y emotivas del planeta, pero creo que eso ha sido más un escudo que cualquier mierda. Igual, no me faltará el chiste cada que vea a una situación conmovedora, y si no me cree, cuando me vea, pídame que le analice el inicio de 'Up'.

Difícil es cuando los chistes se te quedan a medio tallo porque, en realidad, el homenaje o el sujeto que lo realiza es alguien a quien consideras un espejo, y verlo en la más miserables de las posiciones, esa resignación ante la pérdida, es desagarrador.

Este post lo escribo porque hace poco vi la apertura en la que Bart, el hijo de Homero Simpson, le hacia una despedida a una de sus némesis, la señorita Krabappel (cuya actriz que prestaba la voz para este personaje falleció), en el pizarrón en el que durante más de 21 años, escribió sus castigos. Y uno siente que es el final de una gran historia.

Definitivamente me debo alejar de Twitter. Me TL me está poniendo hormonal. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

El comercial de Van Damme

Pasa uno viendo en el internet video de gatos. Dan risa, sí, pero a la larga todos son la misma vaina, el mismo cabrón animal que se gana nuestro cariño con su indiferencia.

El internet está lleno de basura, de artículos enteros que afirman que el VIH es una conspiración masónica y que los condones son los utensilios más porosos del planeta; de bolivianos que iban a ser enterrados y el día de su funeral volvieron a la vida, y de decenas de prototipos del nuevo Iphone de turno. Basura que a uno le crea un cierto nivel de escepticismo sobre todo lo que se ve. Pero igual se come en cuento. Es más, cuando la basura está bien envuelta, uno es capaz de pagar lo que sea por tenerla. Y si no lo cree, acuérdese de cuando lloró para que le compraran un Tamagochi.

Pero lo hermoso no es lo que nos venden sino como nos lo venden. Hay veces en las que la forma en la que nos envuelven la basura se convierte en un hito. En el 2003 Pramalat casi desaparece, pero a nosotros jamás nos van a poder quitar de la cabeza ese bendito jingle: 'no te acuestes sin tomar tu leche...', y apuesto a que ahorita usted se puso a cantar la canción.

Ayer circulaba por el internet el que puede ser el mejor comercial de lo que va del nuevo milenio: el caduco actor de acción de los 80, Jean Claude Van Damme hacía su acrobacia insignia, ese split de piernas rompe huevos que solo pueden hacer los gimnastas y artistas marciales, pero lo hacía en medio de dos camiones en movimiento. ¿Qué clase de hijueputa puede hacer eso? Primero, si en realidad la toma fue realizada de tal y como lo demuestra el comercial, el actor debe estar en banca rota para aceptar poner su vida en tal riesgo; segundo: mis respetos, blood-fighter.

El comercial es una joya, es hipnótico, y es mejor escucharlo en 'mute' para que ese acento de mierda del actor no lo haga reírse previo a la hazaña.

El comercial es tan bueno que llamé a mi hermano para que lo vea. '¿De qué marca es? ', me preguntó, y me di cuenta que el split de Van Damme se lleva toda la atención de lo que se supone es un comercial para los camiones Volvo. Como les dije: muchas veces es la forma en la que nos envuelven la basura, lo que nos encanta.

Porque por más genial que sea el comercial, por más admiración que sienta al verlo, jamás pensaría en comprarme un camión Volvo. De nada le sirvió a la marca que yo me maraville, aunque claro, yo no soy su target: un tipo escribiendo un blog en un país del tercer mundo y que ve videos de gatos en internet.

Ya no quiero esperar a que salga la parodia del comercial, el tras cámaras, los expertos en edición de video que lo desacrediten, los videos de gatos sobre carritos a control remoto manteniendo el equilibrio como el actor. Porque por cada joya que encontramos en internet, hay 15 videos basura, y 30 videos de gatos.

Al menos en comercial fue un respiro; un oasis de calidad en medio de un desierto de felinos. 

jueves, 14 de noviembre de 2013

Cuando yo sea alcalde

Si usted me sigue en Twitter sabrá que estoy en campaña, que soy su mejor opción para dirigir a esta, la Perla del Pacífico, la abúlica ciudad de Guayaquil. Es una ciudad horrenda, pero eso no más porque yo no le he metido mano.

Me escudo en la demagogia, dirán mis contrincantes, pero lo cierto es que todo lo que diga no está lejos de poder realizarse, es más, son sueños que todos los guayaquileño de cepa, los que antes de comprarnos carro tomábamos la Metrovía, los que hemos sido asaltados en el Cerro Santa Ana, y los que conocemos que no hay mejor encebollado que el de la 11 y Francisco de Marcos, soñamos.

1) Cobraremos un impuesto especial para subcidiar a las picanterías y se de al menos un refill de encebollado.
2) Estará permitido pellizcar y reprender a los niños malcriados en la calle, esos que se le escapan de las manos a sus madres.
3) Enfatizaremos en una campaña para mejorar la autoestima femenina: pondremos un albañil en cada esquina.
4) Junto a los carriles de la Metrovía, construiremos la Pizza-vía, un carril exclusivo para los motorizados de las pizzerías y así nunca más sufrir porque esta comida llegue tarde.
5) Daremos clases de pronunciación de anglicismos para así evitar que 'el pueblo' le diga 'chor' al shot, 'Pecsi' a la Pepsi y 'Esprai' a la Sprite, entre otros.
6) Repartiremos Menticol y desodorante, gratis, en las paradas de la Metrovía y así evitaremos las concentraciones de metano que se germinan en el transporte en las horas pico.
7) Crearemos espacios para que la gente pueda realizar 'actos impúdicos en la vía pública' y así solucionar el problema de la falta de dinero para el motel.
8) Cerraremos los centros de arbitraje y pondremos jaulas de la UFC. Quienes quieran debatir, métanse a pelear. El que gana tiene la razón.
9) Será una ordenanza municipal que uno pueda exigirle al taxista que 'no le haga la conversa'.
10) Se capacitará a los taxistas para manejar góndolas y así hacer de Guayaquil la ciudad más romántica del mundo, en Invierno.
11) Unificaremos al BSC con el Emelec y haremos el Emelona o Barcelec, y así acabaremos de una vez con la violencia en los estadios. Menos cuando juguemos con Liga, ahí estará permitida.
12) Evitaremos las invasiones a los Will Smith en 'Independence Day'.
13) Haremos una convención Porno en el Centro de Exposiones, una vez al año.
14) Removeremos los espejos de los baños de las discotecas para evitar las 'selfies' ridículas con retretes en el fondo.
15) Cada que alguien se pase una luz roja, la multa será una visita obligatoria al teatro, y así fomentaremos el arte.
16) Los taxistas estarán vetados de sintonizar radios cristianas.
17) Se permitirá chocar a los automóviles que se cuelen en las filas de automóviles 'hechos los sabidos'.
18) Prohibiremos que los colegios den clases más allá de las 13:30, pero se obligará a los colegiales a hacer algún tipo de actividad extracurricular que no incluya sexo adolescente, porque ya hay mucho padre joven.
19) Se dotará de 'teasers' a todas las mujeres de la urbe, así cuando se sientan ofendidas por un piropo, tengan derecho a electrocutar al individuo.
20) Si una mujer está demasiado buena, pero es menor de edad, deberá portar un lazo en el brazo para así cualquier intento de seducción de mayores de edad, quede en planes.
21) El 'viernes de bolón' será oficializado con un 2x1.

Es hora de nueva ideas para la ciudad, la urbe que soñamos. Tiembla Nebot y la Bonilla, porque saben que este es el clamor del pueblo. La ciudad necesita un alcalde sin bigote y más joven que la candidata oficialista. Aunque 'yo si le doy a Viviana', pero no mi voto. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

El filtro de las fotos

Hay que estar muy mal de la cabeza, o ser un parcial cavernícola, para ver las noticias en televisión. Todos los acontecimiento del momento están en Twitter, y la mayoría de las noticias uno las descubre porque alguien hizo un chiste respecto al tema. Porque es más bonito reírse de las cosas que preocuparse por las mismas, adornar al mundo con un manto de que-miportismo para camuflar una cruda verdad: ya no aguantamos la realidad.

Hoy en la mañana veía una noticia en la que salía Fernando Alonso, el corredor de Fórmula 1, en una camilla, en lo que parecía estar siendo atendido por una lesión grave, pero eso no fue lo que me impactó. La foto había sido sacada de una cuenta de Isntagram, ese red social de mierda que ha hecho que todo el mundo se crea fotógrafo. ¿Se da cuenta lo que estoy diciendo? ¡La foto la sacaron de una cuenta de Instagram! En el lugar hubo un mal parido cuya principal preocupación no era la de tomar una foto y comunicarle al mundo lo que había sucedido, no sin antes ponerle un filtro de color y un 'bonito desenfoque' a una gráfica que no tiene nada de bonito. ¿Qué clase de personas somos? 

Ya la realidad como tal no nos conmueve, no si no tiene un filtro de color, tonos saturados o algún efecto que haga de la foto 'una experiencia artística', pasa desapercibido. Que se joda el arte. 

Ya no aguantamos la realidad y por eso pasamos más tiempo disfruntando de historias creadas para la televisión donde un tipo con cáncer se pone a cocinar metanfetaminas sin que en 6 años le haya caído un puto agente de la DEA (esto me lo acabo de inventar, no vi la serie). Pasamos más tiempo sufriendo por la vida de uno de los personas de una serie fantástico-medieval producida por HBO, que por la salud de quien nos cocina la comida. Pasamos más tiempo alejados de nuestras vidas, encerrados en el cine, las redes sociales el internet y la televisión porque, aceptémoslo, nuestra vida es insoportable.

Uno le hecha la culpa a la publicidad, a las películas y a los medios de crearnos una expectativa, un modelo a seguir, pero lo cierto es que eso es culpa de nuestro padres, ellos, los que nos acostumbraron a pensar que debíamos tener una vida de reyes porque 'nos la merecíamos', y nunca ha existido una mentira más grande. Usted y yo no nos merecemos nada. Desde entonces nosotros maquillamos nuestras vidas no solo para nuestros padres, sino para el mundo, para que la gente entienda lo 'bella que nuestra existencia'.

Por eso yo prefiero los chistes a los filtros de las fotos. El chiste acepta la verdad y se mofa de la misma, haciendo énfasis en lo absurdo del drama; el filtro no hace más que 'embellecer' algo horroroso. Y por eso es que prefiero Twitter antes que Instagram. Porque prefiero chistes sobre las condicion de Alonso antes que imágenes del piloto reventadas a efectos para hacerlo lucir mejor de lo mediocre que es. Tal y com olo hacen los reportajes-homenaje de la puerca televisión: el verdadero filtro de la realidad. ¿O no cree que todas las noticias que se les dicen están maquilladas? 

lunes, 21 de octubre de 2013

Pensar diferente

Yo soy de los que firmemente cree que el aborto no solo se lo debe legalizar, sino promover. De alguna forma hay que hacer que la gente deje de parir tanto. Se acerca diciembre con esto toda una camada de miseria humana inundará la urbe: niños semidesnudos, guiados por una madre gorda escondida detrás de los árboles, saldrán a mendigar todo eso que, ellos dicen, a nosotros nos sobra.

Por cosas así es que yo pienso como pienso. Soy de los que cree que la vida es una mierda, un error de cálculo, una falla de fábrica, una mutación de la naturaleza que, con suerte, se extinguirá a finales de siglo. Pero ese soy yo y no tengo forma de convencerlo  usted de lo contrario, que me encantaría, me entienda. Es más, yo defiendo esa manía de las personas de aferrarse a la existencia y compadezco, es más, apoyo el deseo imperioso de las masas de querer vivir en paz. Pero igual augurio la extinción.

Me encartaría que usted entienda mi punto de visa, pero no lo va a hacer, y eso está en parte bien, porque las diferente posturas son lo que hacen que esta puerca raza de nosotros, haya conseguido algo de avances en la historia.

Es como si la iglesia hubiese seguido imponiendo su punto de vista en el mundo y entonces las ciencia no hubiese podido avanzar para enmendar enfermedades que antes se las atribuía al diablo; si no le hubiesen dado una voz a los negros en EEUU, quizás aún se estarían sentando en la parte de atrás de un bus; sí nos hubiésemos puesto a obedecer casa cosa que los españoles nos imponían, aún seguiríamos viviendo en una colonia de ellos. Y ninguna de estas tres cosas son buenas. Bueno, quizás si viviéramos en colonia española no nos tocaría pedir visa para viajar, pero ese no es el punto.

Imponer una sola opinión, un solo punto de vista, siempre nos lleva a sesgar las perspectivas a atrofiar el progreso. Dicho esto, me preocupa de sobremanera la posición tomada por el presidente de la república sobra las personas de su partido que piensan distinto a él sobre el tema del puré de bebés. A quienes piensan distinto a él las calificó de traidoras, y aquí es donde su figura de poder empieza a preocupar, porque hoy quizás se pida sanción para sus partidario; mañana puede que se silencie a la población en general, todo porque no se sigue una linea ofcial. Esto preocupa. Eso y que el presidente tiene pésimo gusto musical.

Acá en el país con la tasa más alta de maternidad juvenil, la única opción que las mujeres tienen es parir, eso porque el estado no les da alternativas ni educación para evitarlo. Y vaya usted a saber que la falta de opciones es senda cagada, una cagada casi tan grande como la vida que tanto defienden.

Pero quizás, ya reflexionando un poco más a fondo, acá lo que se defiende no es la vida, sino la maquinaria de parir futuros electores, niños que crezcan en las condiciones de vida más precarias, resentidos con el mundo y con la clase pudiente; maquinitas de asentir con la cabeza y de aceptar todo proyecto, incluso cuando están en lo incorrecto, que pueda proponer un gobierno con una curiosa y deplorable posición frente al puré de bebés. Eso es aún más peligroso. 

lunes, 14 de octubre de 2013

Civil War: cuando los héroes oscurecen

El otro día entregaban el Nobel de literatura a una canadience que, les soy sincero, me enteré que existía al saber del galardón que le entregaban. Hace mucho que no me pongo a ahondar en las librería a ver que es lo que hay, y mucho menos a leer un libro extenso, no por vago, que sí lo soy, pero por falta de tiempo. Lo curioso de esto es que me he vuelto más consumidor de la cultura pop, de la 'literatura menor que son los cómics y el manga. Les juro, hay genios por esta parte de las artes. Genios de peso. 

Ahora último estoy obsesionado con las historias de Mark Millar, que entre sus títulos más 'destacados', están las historietas de Kick Ass, ya en la pantalla, pero que tiene (y enfatizo en su grandeza) como Red Son, un distopía del universo de Superman, mi cómic favorito, Old Man Logan, que relata los sucesos finales del Universo Marvel y, la que puede ser, después de Watchmen, el arco de historietas más grande, Marvel: Civil War. ¿Cuándo íbamos a pensar que los héroes iba a terminar luchando a muerte entre ellos por escalrecer o guardar su identidad secreta? Y eso es solo el inicio. 

Porque Civil War (2006 - 2007) es más que una historieta, es una radiografía de una sociedad (spoilers) 

La historia empieza con una reality show de superhéroes mediocres en búsqueda de la fama. Su aventura los lleva a enfrentarse a villanos más allá de su alcance, lo que resulta en la masacre de niños en un colegio. ¿Reality de personas mediocres? ¿Matanzas escolares? Millar es un genio que engloba los dramas de un país y los llena de personas con súper poderes tan solo para llevar todo a figuras poéticas. Y esto lo pongo de preámbulo para que entienda la capacidad metafórica de este señor. Porque, en realidad, la historia que más disfrute, fue lo que engloba a Civil Wars. 

Tras la vergüenza de la guerra en Irak, toda la fe que los americanos depositaba en su gobierno se desplomó. Muchos empezaron a ver como todas esas figuras que durante años creían se levantaban en nombre del bien y de lo correcto, no era más que intereses de un estado y un ejército que solo respondía a intereses económicos. El pueblo, en su derecho, empezó a querer saber quienes eran las personas detrás del gobierno que movían los hilos que manejan al estado. Esa nación, EEUU, la gran nación por la que millones de personas han muerto, llevaba una máscara y todos querían saber quien la portaba. 

Civil War inicia con la premisa de que el daño causado por esos seres que alguna vez las personas idolatraban, debía tener responsables. Así es como el gobierno dispone la 'Ley de registro de súper humanos', un acta que obligaba a todos los superhéroes a revelar su identidad y trabajar para el estado, para y por sus intereses. Así, los héroes se dividen en dos bandos: Tony Star, el empresario, el representante del capital, que esta del lado del estado, que, está de más decir, lo apoya; y el Capitán América, que representa a las personas, al pueblo que quiere seguir en el anonimato (y ojo que esto toma mayor relevancia con el escándalo del espionaje). 

Pero de alguna forma, el pueblo en general, esa fracción de la población a la que no representa el Capitán América, está desencantada con los que alguna vez fueron sus ídolos, los aborrecen, los consideran, tanto al capital como a sus soldados (y ojo que el Capitán América es un soldado), sus enemigos. Les temen. 

Millar engloba una situación en la que los alguna vez ídolos, son ahora los enemigos del pueblo; de la masa que, descontenta, oscurece la figura de los héroes al punto de aborrecerlos. ¿No es eso lo que está pasando en el mundo? 

En el 2007, Millar planteaba un drama de la lucha de la privacidad, del desencanto de los ídolos, de una lucha de poderes llena de traidores en la que, como en el cómic se explica, no hace más que destruir el país y a la población a la que alguna vez los héroes juraron prometer. 

Curiosamente, el penúltimo tomo de esta gran historia, contada en casi 300 páginas, Narra una historia muy lenta, en donde vemos a un Tony Stark, el percursor de esta normal, la ley del registro, y el multimillonario, figura primordial del capital estadounidense, arrepentido. El le habla a la nada, al vacío y le pide perdón a alguien, a quien en principio fuera su amigo: el Capitán América, muerto. El símbolo de un país destruido por su capital. El símbolo de soldados entregados a la muerte en pie de los intereses creados; el símbolo de cómo el paternalísmo social puede llegar a ser tan peligroso. Y todo esto en un cómic. 

Millar ha creado una historia salvajemente compleja, llena de matices que me siguen apareciendo cada que repaso las hojas (PDF) del cómic. Un retrato de una sociedad que se cae a pedazos porque los ídolos que ellos admiraban, las personas y entidades a las que deben seguir, se están matando las unas a las otras. 

Y quien me venga a decir que Millar no escribe tan bien como Alice Munro (Nobel 2013), se puede ir al carajo. 

viernes, 4 de octubre de 2013

La pobreza que no erradicará el Yasuní

El stand-up es difícil, en especial en un lugar lleno de idiotas como es el Ecuador. Que el Moflólogo tenga lleno total dice todo lo que uno debe saber sobre gustos locales.

Eso me llena a entender un poco más el porque los comediantes, en su mayoría latinos, hacen la comedia que hacen. Mientras que Chris Rock usa los estereotipos de los negros estadounidenses para enfatizar en su idiotez, Emilio Lovera celebra la capacidad alcohólica de los venezolanos. Mientras que, en vida, Bill Hicks utilizaba la intolerancia de los católicos para remarcar los ímbéciles que son, Laureano Marquez hace ovación a esa capacidad infinita de ignorancia de los sudaca.

Es como si el latino estuviese orgulloso de la mierda que es, de lo desordenado que es, de lo ignorante, intolerante, mal educado, incumplido, retrasado, que es. Porque lo somos.

Porque, aceptémoslo, somos una nación de ignorantes; personas consumidas por la rutina de una perpetua crisis económica y resentidas contra un sistema que no entendemos ni queremos comprender. Buscamos ídolos, mesías en todos lados, líderes que nos guíen por un sendero, preferiblemente una carretera de hormigón, hacía un futuro en donde las masas se beneficien del trabajo de unos pocos. Porque lo gratis siempre es bueno (y este es el modus vivendi del latino).

Y por eso es que le sonreímos a la promesa del fin de la pobreza. Esa que ya la hicieron en la década del 70 durante el Boom Petrolero y que nos la vuelven a hacer hoy con otra especie de Boom Petrolero. Cuarenta y tantos años nos sodomizan con el mismo cuento, y esto es solo posible porque somos ignorantes e imbéciles, y esa es otra clase de pobreza.

Acá nos importa más el posible billete que nos ingrese, pero sin importar que se descubra el pozo petrolero más grande del mundo en las Galápagos, y lo explotemos, nada de ese dinero le quitara la vagancia y desdén a los funcionarios públicos ni los hará más coordiales. O menos prepotentes.

Ningún pozo petrolero hará que la gente deje de cruzar la calle sin usar los pasos peatonales, o lanzarse al tráfico en plena luz verde; ninguna refinería hará que las oficinas públicas contesten el teléfono durante un partido de la selección, o hará que la gente deje de perseguir ambulancias para sortear rápido el tráfico, o hará que los buseteros dejen de coger pasajeros fuera de las zonas de embarque; no hay .

No hay mina de oro negro que haga que los empleadores no exploten laboralmente a sus empleados, o dejen de abusar de ellos por el mero hecho de remunerarlos con un sueldo que, si la ley no estipulara un mínimo, le pagaría aún menos; no hay forma de evitar que los niños prefiaran jugar al fútbol o robar antes que estudiar y prepararse; esto también es pobreza, y de la peor; todo el petroleo del Yasuní o del mundo nos la va a a erradicar.

Somos una nación de idiotas y por eso creemos que el petroleo es la solución a todo. Nuestros políticos son como esos comediantes de stand up que repiten una mil veces ese chiste, se vanaglorian de la ignorancia de la gente, solo que en vez de risas, reciben más votos.

Esa esa la clase de gente de la que nos sentimos orgullosos, de la que hacemos chiste y le seguimos dando alas, y es por eso que el país seguirá en la mierda mientras las personas sigan encontrando graciosos los chistes de Marquez, Lovera y la Mofle. Y esa, es la peor clase de pobreza. 

martes, 1 de octubre de 2013

La mayonesa en la TV

Sabemos los gordos el poder de la mayonesa: un brebaje tapa arterias que perenniza la vergüenza de sacarse la camiseta en la playa; un adereso capaz de quitarle el mal sabor a la beteraba y llevar a toda hamburguesa a convertirse en la más sublime de las experiencias. Y sin importar las lonjas que a uno le cuelguen, el gordo sabe que no hay comida chatarra que esté completa sin el elemento amarillo. 

Porque uno bien sabe lo que hace cuando baña a las papas fritas con calorías y grasa saturada, uno bien sabe el daño que le hace a su imagen y, por consecuente, a su vida sexual. ¿Por qué seguimos hechándole mayonesa a la hamburguesa? Porque nos gusta. 

Uno bien podría reclamare a la persuasiva publicidad esa dependencia, pero luego uno recuerda que no hay nadie poniéndote un arma en la cabeza a la hora de aceptar que te agranden el combo en la cadena de comida rápida de tu elección. Uno se come la mierda que quiere porque le gusta como sabe y, aunque no está dispuesto a vivir cómodo con las consecuencias, más nos puede la grasa saturada. 

Los que si ponen pistolas en la cabeza son todos los malandros a los que la ley pareciera amparar. Pero afianzar leyes que los penalicen más no importa, la ley que hay que poner en pie es esa en la que no puede haber más comerciales de comida a la que la mayonesa le hace un bien, esa comida rápida, esa que tanto amamos, y que ahora, de cierta forma, deberemos comer con vergüenza. 

Ahora la comida chatarra también es enemigo del pueblo, que lo es, pero lo amamos, y no se trata de estigmatizar a este enemigo, aislarlo y señalarlo como malo, simplemente la población sola debe darse cuenta el daño que causa, y alejarse de él, cosa que no va a pasar porque es nuestro mejor enemigo. 

Prohibir los comerciales de comida rápida en la la TV es realmente imbécil, porque uno debe tener la potestad de elegir lo que es bueno o malo, más no que nos lo impongan, o nieguen porque una o más personas así lo quieran. Cada uno debe de ser capaz de decidir si le quiere o no poner mayonesa a su hamburguesa. Déjennos lamentarlo en paz durante la temporada de playa. 

lunes, 23 de septiembre de 2013

El privilegio es violencia

Estoy en contra de los privilegios, de todos, pero algunos en especial, como la fila para la tercera edad en los bancos o la tarifa preferencial para discapacitados. La primera clase de los aviones no es menos cruel que el hecho de deja pasar a una mujer con niños en brazos al primer lugar de la fila del banco. Eso es violencia de género.

Antes de que empiece a emputarse por lo que digo, cálmese, respire y siga leyendo. Tengo mi distorsionado punto de vista.

Todo privilegio es un abuso, una barbarie sin importar el género o condición social. El parqueo para discapacitados, que también puede ser utilizado por embarazadas (¿estar embarazada es una discapacidad?), la tarifa para minusválidos, los salones VIP, las aplicaciones exclusivas en los teléfonos móviles, y el mantenerle la puerta sostenida a las mujeres para que pasen primero. No hay privilegio que sostenga una lógica valida.

Lo curioso es que la violencia no es hacia la población en general, a 'los completos', sino a las personas con dolencias. Esa constante enajenación de su figura en la sociedad, esa exclusión que se realiza de ellos con el 'hay que ayudarlos porque son menos que nosotros', es el verdadero factor de resentimiento.

Todo privilegio genera violencia:  precios especiales para quienes llevan un carnet que los califica como discapacitados; las ciudades que se adecuan a sus necesidades e incluso se les da trabajo porque la ley lo exige. ¿Hay algo más excluyente que esto, ser empleado no por tus capacidades sino porque una empresa debe cumplir una cuota de trabajadores discapacitados?

Recuerdo hace mucho entrevistar a un señor, un tipo al que la polio lo confinó a una silla de ruedas, y que me dio la entrevista a las bravas. El sabía que el único motivo por el que su exposición de arte era relevante era porque un lisiado pintaba cuadros. 'Estoy cansado de que la gente me ceda el puesto o mire mis cuadros por mi condición. Quiero que se me respete por lo que soy: una persona, un artista'. No me atreví a hablarle después de eso. Tenía un nudo en la garganta, y entendí que lo que este señor menos necesitaba era mi pena.

Si tuviese alguna discapacidad, me negaría a aceptar esa caridad que la sociedad le da a estas personas por todo el suplicio y exclusión; porque un puesto y una tarifa preferencial en el bus no es más que caridad; 'perdón que la sociedad te haya hecho la vida imposible, pero ten, aquí hay un caramelo'. Eso es lo que es el parqueo para discapacitados.

El verdadero respecto están en la equidad del trato. Recuerdo una vez en el banco en la que un mongolito hacía fila con todos los demás mortales de extremidades completas y no entendía porque el guardia lo quería sacar de la fila para ponerlo en otra. El discapacitado mental lo único que quería era 'hacer fila como todos los demás', esa era su deseo. El guardia no lo pudo sacar. Y para mi, ese gesto que nació del afectado, fue el primer paso a una verdadera inclusión social.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Nunca sabremos la verdad

No abro un periódico desde hace 9 meses y eso que trabaje para ellos durante tres años. Todo lo que sé de la actualidad lo sé por los chistes que la gente hace en Twitter. De vez en cuando medio abro un sitio de noticias para leer los titulares y englobar el compendio de una noticia, pero de ahí no pasa. Eso es lo que sucede cuando el hábito de devorar 140 caracteres a la vez, se afianza.

No lo hago por tonto o por vago sino por misántropo. Acá es donde me hecho el baño del ego para poner mi actitud al mundo en una palabra y justificar mi falta de hábito de lectura, pero es verdad. No me da la gana de leer periódicos porque uno jamás sabrá si lo que está ahí es cierto. Y esto no por seguirle la corriente al presidente.

Uno lee 'la versión oficial de los hechos' y a las horas ya sale alguien a decir que eso no es cierto. Lo que emputa es que ambas versiones son correctas, solo que la una omitió a la otra y vicesersa, todo en beneficio personal. Es un maldito cuento de nunca acabar y esto porque la gente está acostumbrada a contar solo lo que le conviene. El periodista no hace más que recoger esas opiniones. Es un transcriptor de perspectivas, incapaz de analizar lo que se le dice porque la educación que le dieron no se lo permite

Imposible abrir un periódico acá. Si no se lee un 'copy-paste' de una opinión, se lee al ego de un megalomaniaco escritor frustrado desbordando cada palabra del diccionario en su artículo para olvidarse de la historia y que le realicen una felación verbal a punta de halagos a su 'prosa'. Puta madre.

Usted y yo jamás sabremos la verdad porque el que escribe y refuta siempre tiene un perspectiva personal del hecho, una opinión o un interés de por medio, una forma en particular de relatar 'lo hechos' para que las cosas salgan a su favor.

En vez de que me manipulen para que opine a favor en contra de alguien, yo prefiero reírme de los chistes de borrachos que cuentan en tuiter. Y a ver cuantos de estos también son ciertos. Al menos acá no cobran suscripción. 

lunes, 9 de septiembre de 2013

Idéntica

Uno jamás espera nada bueno de una ida al banco, y esta no es la excepción. Pero ahí la vi, detrás de la ventanilla de la entidad donde yo guardo mi dinero, una chica idéntica a una mujer a la que años atrás yo quise mucho.

Tenía el mismo rostro, la misma sonrisa, los mismo rasgos que odio; el mismo tic de acomodarse el cabello de la misma insoportable forma en la que tu lo hacías. Por un momento creí que eras tu, pero no me atrevo a escribir que era eso que te diferenciaba de ella. No había nada más que detalles imperceptibles.

Tuve una hora para ensayar lo que le diría a tu clon, lo repasé una y mil veces en la cabeza y cada versión me quedaba a medias. No había escenario matemáticamente calculable en el que yo salga victorioso. Rogaba que fuera ella la que me atienda y así desafiar a la improbabilidad. Pero ya sé yo que eso no sucede.

A la hora de que me atendiera me llamó otra cajera, una que me despachó en un santiamén, como para que me quede tranquilo, como para que me valla tal cual vine. Pero eso no era posible.

Ya me quedó el instante grabado en el mate. Otra de esas miles de situaciones de las que uno vive repasando en la cabeza de 'cómo hubiese sido si'. Atormentándose hasta el punto de escribirlo.

Yo sé que no eras tu la de la caja del banco. Ella estaba más bonita que tu; era un reflejo de cómo tu debías haber envejecido. Uno de esos tantos 'cómo hubiese sido si...' que tanto odio.

sábado, 31 de agosto de 2013

Hablemos del Ministerio del Deporte del Ecuador

Regresemos a la noche del 15 de abril del 2012. Danilo Carrera, aún en su cargo de presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (COE), citó a los miembros de las 43 federaciones ecuatorianas por deporte a una reunión de emergencia. A penas unas horas antes de la convocatoria, en Moscú, la ACON, Asociación de Comités Olímpicos Nacionales, anunciaba que el Ecuador estaba siendo sancionado de su participación en los Juegos Olímpico de Londres 2012. ¿El motivo? El 3 de mayor del 2012, Galecio Luna, quien ejercía de magistrado principal del Juzgado XXIV de Garantías Penales, falló a favor del Ministerio del Deporte, presidido por José Francisco Cevallos, dando luz verde para que la cartera del estado ingrese 'interventores' en las federación deportivas por deporte. Antes del fallo del juzgado, las federaciones respondían al COE, pero después de la decisión del juez, obedecerían al Min. del Deporte. (http://bit.ly/19WechW) Pero ¿entonces porque la sanción?

Ahora hablemos de la Carta Olímpica, que, en palabras entendibles, es la constitución del Comité Olímpico Internacional (COI), órgano rector de los Juegos Olímpicos, entidad no gubernamental y administrada a base de patrocinios y autogestión. Hablemos de su constitución, del tópico 31, articulo 5:


Atando cabos: una entidad gubernamental controla el deporte nacional, por lo que el COI, y sus organizaciones paralelas, se vieron en necesidades de sancionar al país. 

Han pasado 16 meses desde el incidente. Ecuador logró participar en los JJ.OO. de Londres, en agosto del 2012, gracias a un acuerdo logrado entre el señor Cevallos, el señor Carrera y, una persona nueva en el conflicto: Alejandro Blanco, representante del COI, y quien, en teoría, venía a solucionar los problemas de deporte local; a conciliar, como dirían los representantes a los medios de prensa. 

Pero ese mismo 2012, en el mes de septiembre, el Min. de Deporte convoca a elecciones de las federaciones ecuatorianas por deporte, irrespentando el acuerdo llegado con el señor Blanco y demás parte, votación que careció de la participación de todas las entidades calificadas a sufragar, y reconoció a las 43 federaciones a las que dio su aval. Pero, para 'sorpresa' del Min. del Deporte, estas federaciones, elegidas por un ente gubernamental, empezaron a ser sancionadas, una por una, por sus respectivas federaciones internacionales por deporte.

(En el presente) 

Ayer, en el tercer piso del Unipark Hotel, en el área de los salones, el Ministerio del Deporte, presidido por el ex arquero de la Liga de Quito, llamó nuevamente a elecciones, esto porque las que su cartera del estado había designado estaban penalizadas de competir. La elecciones fueron acoradas después de que, a principios del mes de agosto, Cevallos, el señor Blanco y el General Marcelo Delgado, actual presidente del Comité Olímpico Ecuatoriano (luego de la renuncia de Carrera), y delegados de cada una de las federaciones internacionales por deporte, llegaran a un acuerdo, en la ciudad de Quito, a llamar a votación, nuevamente, bajo las reglas de la Carta Olímpica. O al menos eso dijeron. 

Pero hay hecho que vale resaltar y que puedo cambiar mucho el panorama actual: el 24 de mayo del presente año, Alejandro Blanco, designado por el COI para mediar en el conflicto, y que en primeras instancias rechazara la actuación del Min. de Deporte en septiembre del año pasado (bit.ly/17aJpJK), cambió su postura frente al conflicto luego de una reunión de 40 minutos que él, el representante del COI, el señor Cevallos y Rafael Correa, presidente del Ecuador, sostuvieran en la sala de autoridades del aeropuerto de Tababela, en Quito (bit.ly/18tpaIm). 

¿Por qué hacer una afirmación de que cambió su postura? Eso se lo puede preguntar a cada uno de los presidente de las federaciones ecuatorianas por deportes, las que no siguen la línea del ministerio y que, durante el acuerdo realizado a principio de agosto de este año, en el que también tuvo que etsar presente el señor Blanco, fueron abordados por el representante del COI para que ellos, los presidentes deportivos que no tienen la línea gubernamental, 'suavizaran' los requisitos y aprobaran a ciertos clubes deportivos privados, esos que, 'por algún motivo', son reconocidos por le Ministerio de Deporte (y los que son reconocidos por las internacionales, en cambio, 'no existen' para la cartera del estado), y así las elecciones puedan darse tal y como, entiendo, el Ministerio planeaba. 

Pero todo lo que pasó en Quito a principios de agosto no sirvió para nada. ¿Pero cómo? 

Ayer, el Ministerio del Deporte, que coincidentemente había olvidado tramitar la lista de representantes de cada uno de los clubes que podía votar en contra de su línea, porque los que estaban con ellos si la tenían aprobada (esto pregúnteselo a cualquiera que haya estado presente en la votación de ayer), logró detener todas las votaciones que, por estatutos de cada una de las federaciones internacionales por deporte, iban a perder. 

Les voy a hablar de un caso muy en particular (y aquí es donde pido disculpas si pierdo la parcialidad), la elección de la federación ecuatoriana de natación, elección en la que yo participé como presidente del club de alto rendimiento que mi familia posee, elección que estuvo llena de irregularidades. 

Pese a que, a principios de agosto, la delegada internacional de la FINA (Federación Internacional de Natación Amateur), tras revisar la documentación entregada, tanto por el Min. del Deporte y la Federación Nacional, delegara los clubes que cumplían con todos los requisitos para poder votar en la elecciones (bajo las normas establecidas por la FINA), clubes que no fueron avalados por no cumplir los requisitos necesarios, se presentaron al sufragio, hecho que, desde el principio incomodó a la delegada. 

Pero el drama viene después, cuando los representantes de los clubes no reconocidos por la internacional empezaron a hablar y, en tono altanero, cuestionar la autoridad de la señora delegada, que no habla español. Para solucionar esta situación, el Ministerio le puso un 'traductor simultaneo que, muy convenientemente, omitió todas las partes que pudieran perjudicar (porque podía ser sancionados internacionalmente) a estos clubes que, como dije, cuenta con el respaldo de la entidad nacional, más no de la internacional. No estoy mintiendo, y la SECOM lo sabe, porque grabó toda la sesión de 5 horas de duración. 

Solo yo, durante mi intervención, fui el que tuvo que traducirle a la representante todo lo que se había dicho de ella y de la entidad a la que ella representa, extractos del furiosos reclamo que, convenientemente, fueron obviados por el traductor (y tengo el video para probarlo). 

La versión oficial de la cartera del estado es que la elección de la nacional de natación se pospuso hasta octubre porque van a analizar 'la forma en la que se está perjudicando a los clubes' que los apoyan. Pero, viendo más allá del tema, y ahondando en el reglamento internacional, la elección se suspendió por todas las irregularidades mencionadas, hecho que jamás sabremos si fue traducido debidamente.  

Esto no solo fue en natación, fue en cada una de las federaciones que no siguen la linea del Ministerio rector de la actividad deportiva en el Ecuador, entidad que se ha encargado de perpetrar la sanción internacional de los deportistas nacionales en el extranjero. Para su conocimiento, son más de 23 federaciones por deporte que, al competir en el extranjero, deben hacerlo sin poder utilizar la bandera del Ecuador. Y esto es algo que nuestros eruditos periodistas de prensa deportiva, no comunican. Es más, es algo que el ministro Cevallos se vino a enterar minutos antes de entrar a la reunión que el descalificaría. 

EPILOGO CON OPINIÓN. 

Me encanta el despotismo de nuestra autoridad, más aún la forma en la que se lanza una piedra y se esconde la mano. 

El señor Cevallos calificó de cobarde a 'un señor que redactó el informe presentado a la internacional y que estuvo en este cuarto (la sala de cesiones) pero que, como cobarde, salió, dejándonos en esta crisis'. Quién redactase ese informe es el señor Jorge Delgado Panchana, expresidente de la federación ecautoriana de natación y vicepresidente de la federación internacional de aguas abiertas, que, como dijo el 'señor' ministro, estuvo presente en el cuarto pero, acatando las normas de la internacional de no poder estar presente frente a otra autoridad internacional ala hora de una votación, tuvo que retirarse del salón donde se realizó el sufragio. Esta acción hubo que aclarársela al 'señor' Ministro que, una vez que le pidiera respeto al señor que redactó el informa, es decir, mi veterano, me preguntó: ¿y quién es su papá? - Jorge Delgado Panchana, a quien a sus espaldas llamó cobarde - Le contesté. 'Ah, yo no sabía. ¡Pero no he dicho nombres', acotó velozmente. 

¿Es esa la clase de personas que merecen regir el deporte? Y sí, ese informe fue redactado por el señor Delgado, mi papá, a quién los clubes afines al Min. del Deporte le han hecho la vida imposible, muy a sabiendas que todos los programas exitosos de la natación local, fueron diseñados durante su presidencia. Y hay recortes de prensa, archivos enteros que prueban esto. Es más, los hermanos de los deportistas que hoy reclaman la presidencia de la federación ecuatoriana de natación, surgieron internacionalmente gracias al apoyo que mi veterano les dio. Sí, lo hicieron entrenando por su cuenta, con sus entrenadores y en su provincia, pero con la proyección y planificación de Delgado, que, sin lugar a dudas, levantó la natación de agua abiertas, y piscina, del Ecuador. 

Ese informe que criticó se lo hizo con el material que fue entregado al ministerio, con los clubes que fueron aprobados por la cartera del estado, aprobados por las autoridades locales sin mirar siquiera si cumplían con los estatutos de regulación internacionales, dados el visto bueno tan solo porque apoyan a una linea que es rechazada por todos los organismos internacionales de control deportivo. Por esa misma razón el organismo global los vetó. Pero claro, acá nuestra autoridad jamás se equivoca, ni da nombres. 

Eso, esas son las elecciones que está realizando el Ministerio del Deporte del Ecuador. 

martes, 27 de agosto de 2013

Querer triunfar

Mi escritor favorito dice que es un pendejo. En cierta forma lo es, en su particular estilo, pero a él le sienta. Igual, muy poca gente lo lee, o al menos no la suficiente como para convertirse en un líder de pensamiento que sus seguidores más fervientes aseguran que es.

Pero creo que la gente no lo lee porque su prosa sea mala o por el desprecio que él siente por el mundo en general, sino que no lo leen porque muy en el fondo, toda la gente a la que él odia y critica, saben que él está en lo cierto: todos somos unos imbéciles.

Lo curioso es que, mi escritor favorito, está consciente que, para 'triunfar', necesita que todos esos imbéciles lo lean. Seamos sinceros, en esta sociedad en la que usted y yo crecimos, el reconocimiento es el logro supremo. No por nada hay quienes dicen que Pitbull es un gran artista. Y esto lo dicen algunos de mis más entrañables amigos.

El rapero cubano-americano ha venidido millones de copias, ha tocado en innumerables ciudades y ha ganado galardones cual deportista. Él conquistó el mundo que mi escritor favorito desea y aborrece al mismo tiempo. Porque, para triunfar en este mundo, me parece, hay que ser un imbécil.

Da miedo ver como se entregan los premios, da pavor porque Hugo Chávez, el difunto presidente de Venezuela, ganó uno de periodismo cuando aún tenía vida. Y no voy a empezar con los galardones nacionales, porque, el día que a usted lo nominen a uno, oféndase, puesto ha llegado a otros niveles de bajeza.

Porque esa es la paradoja del artista, del comunicador, de la persona que busca que la calidad de su trabajo sea reconocida: él triunfaría en un mundo donde Fanny Lu rompe récords en ventas y el 50 sombras de Grey es el libro más vendido de la última década. Todos queremos triunfar en un mundo que ha mostrado que no tiene estándares, gusto o sentido común.

Acá la publicidad le da premios a comerciales que resultan ofensivos de lo malos que son, pero las agencias siguen vanagloriándose de eso, del galardón, una estatua en forma de pajarraco que nos sirve para nada.

Pero lo absurdo del asunto es que, pese a saber que si uno se ganara un premio de esa talla estaría aceptando que le gusta a esa masa, a esa basofia de seres humano, uno desea el galardón con ganas. A usted y a mi nos educaron para recibir recompensas por nuestro trabajo y no para disfrutarlo. Por eso quiere ganar más sueldo, por eso quiere que le den un premio. Corrijo, queremos.

A mi escritor favorito jamás le han dado un premio y estoy feliz de ello. Él admira a Borges y siempre repite que al legendario escritor jamás le dieron un premio, y que, de cierta forma, eso le da paz. Me uno a sus palabras, me arropo con ellas con tal de justificar, o al menos dejar de creer que no soy un bueno para nada. 

viernes, 23 de agosto de 2013

Movistar premió a los ganadores del Iron Geek y “Geek Colaboradores” del Campus Party 2012


Christian Mora, ganador del Iron Geek 2012 y Sebastian Rivas, triunfador de los Geek Colaboradores, viajaron al Campus Party realizado en México, del 30 de julio al 4 de agosto, con todos los gastos pagados, gracias a Movistar.

El Iron Geek 2012, Christian Mora, que en la actualidad trabaja en Panamá, comentó sobre su experiencia en el Campus Party de México: “La gente mexicana es muy amable y amigable. Ha sido una gran experiencia, pues he aprendido muchas cosas. Veo que se ha impulsado mucho el emprendimiento en este evento. Es impresionante ver 8.000 personas participando de los retos, charlas y demás, fue una muy grata experiencia”

Por su parte, Sebastián Rivas, quien trabaja en Telefónica Movistar, en Guayaquil, desde 2011 y que obtuvo el viaje por su participación destacada en la arena campusera, calificó como “increíble”, la experiencia en México. “Nunca podías aburrirte, a toda hora había algo que hacer, eventos, charlas, juegos; y hasta la comida estaba muy buena. El conocer Buzz Aldrin, uno de los primeros astronautas, y escuchar su interesante charla fue algo fantástico, lo recomiendas a cualquiera”, señaló. Sebastián, además, recibió dos reconocimientos en el Campus Party de ese país: por un lado obtuvo el tercer lugar en un concurso para colaboradores de Telefónica, gracias al desarrollo de una aplicación M2M para la seguridad en las viviendas; y además, alcanzó el segundo lugar en el concurso de videojuegos“League of Legends”, de entre más de 40 campuseros.
 Adjunto las fotos y la información sobre el viaje al Campus Party México 2013, de los ganadores del Iron Geek del 2012:



Pies de foto 
·         1) Christian Mora, ganador del Iron Geek 2012, viajó al Campus Party México gracias a Movistar. Participó junto a otros 8.000 campuseros.
·        2)  Sebastián Rivas (camisa a cuadros), colaborador de Movistar, obtuvo dos reconocimientos en el Campus Party México

jueves, 15 de agosto de 2013

Los exhibicionistas

Resulta tan raro esto de ser amigo de personas en las redes sociales. De hecho, uno de los fenómenos más comunes que generan estos medios es esa proximidad que uno gana con personas que físicamente no conoce. Es raro, especialmente cuando, en la calle, te topas a alguien a quien sientes conocer pero en realidad sabes que son dos extraños.

Me pasó hace mucho, cuando conocí a uno de mis tuiteros favoritos, un tipo genial con el que he departido más de una conversación (en twitter), pero que cuando topamos no intercambiamos más que el saludo. Los 140 caracteres de Twitter sobraron en nuestra conversación. Que cosa para rara. 

Las redes sociales son eso, redes de las que no puedes escapar; redes que te generan esa ilusión de estar inmerso en la vida de alguien, de estar a diario en contacto con ellos, gozando de sus alegrías y, porque no, experimentando sus derrotas; saboreando sus comidas y visitando los lugares que visitan.

Es tan curioso lo mucho que uno puede llegar a estimar a las personas a las que conocemos a través de una pantalla, pero es mucho más sublime cuanto llegamos a ciertos usuarios. Es un odio visceral, propinado por la impotencia, por los celos, por esa cualidad que tenemos las personas hoy en día de poner nuestra vida en una vitrina con el mero propósito de ser envidiados. Para eso al fin son las redes sociales.

El único motivo por el que una pareja sube una foto a sus redes es para gritarle a su ex lo muy feliz que es con su pareja actual; para restregarle en la cara a sus amigos solteros que 'están acompañados'. Acá olvídese de amor o muestras de cariño, esto es una carrera por enseñarle al mundo lo infelices que son en comparación a quien subió la foto.

Uno llega a sentir celos de alguien, digamos, una chica que sube una foto abrazada de un tipo. Uno no conoce a la chica en cuestión pero la agregó al instagram porque estaba más buena que un pancito recién horneado (seamos sinceros, este es el único motivo por el que uno agrega gente en la red social de los filtros), peor uno sabe que es una persona a la que jamás te le acercarás a presentarte ni aunque te siga de vuelta y esto es porque cada vez somos menos capaces de comunicarnos como es debido. Uno tiene ganas de inmiscuirse en su vida de la única forma que sabemos: dando likes y retuiteando. Que asco.

Incluso odiar se ha vuelto algo tan fácil hoy con todas las herramientas sociales que hay. Uno llega a sentir desprecio por personas a las que solo ha visto en una pantalla y luego reconoce en la calle. Me pasó a mi.

El otro día, hace un par de semanas, caminaba por un centro comercial y, entre las cientos de personas con las que uno se topa en el lugar, me encontré de frente con un tipo que, desafiante, me clavó la mirada. Algo de desprecio había en la forma en la que me veía. No tenía idea de quien era pero durante el trayecto que paso en frente mio, no dejó de mirarme.

Solo un par de días después, jodiendo a la hermana de una compañera de clases, vi una foto de una reunión en la que ella estaba y, en su misma mesa, estaba una ex mía, abrazada y tomada de la mano con el tipo que me había visto mal en el centro comercial.

Ahora sé quién es el tipo, por segundos entré en su vida, como imaginó que el entró en la mía, a través de las redes sociales, y, por un momento, lo conocí. Que mal.

Esto de meterse en la vida ajena con un solo click es algo que da pavor. Quizás, solo quizás, haya alguien que todos los días revisa mis cuentas para ver en que ando, sintiéndose un amigo más, o un enemigo, queriéndome u odiándome un poquito más. Y este es el más imbécil, paranoico y ególatra pensamiento que he tenido. Pero dígame usted: ¿Para que tenemos redes sociales si no es para andar exhibiéndonos? 

jueves, 8 de agosto de 2013

A mí hágame daño

Mi proveedor de telefonía móvil me impide comprar un segundo paquete de megas para navegar en internet. No le veo la lógica. Si me quiero gastar mi dinero en más internet no veo porque me lo han de negar. Quizás esto se deba a que, según tengo entendido, las operadoras ven saturadas sus antenas con la cantidad de datos que nosotros, los usuarios, a diarios transmitimos. Su solución: privarnos del intenet. Mejorar sus equipos y antenas no es una opción.

Esto resulta gracioso, eso de que nos quiten el internet, especialmente cuando en el 2011 la ONU decretó que el acceso a la 'World Wide Web', era una derecho humano y cualquiera que te lo niegue está cometiendo un crimen. Pero bueno, esos derecho no sirven para nada, y si no lo cree vaya a ver como en pleno siglo XXI los africanos se siguen muriendo de sed.

Lo curioso es que mi proveedor me dice que hace esto, no dejarme comprar más paquetes de megas, para protegerme a mí y a mi bolsillo. Es como una segunda madre que no te deja comer más caramelos porque te van a salir caries, que también es mentira.

En nombre de la integridad de las personas, todos nos ven las huevas: mi proveedor, tan preocupado por mi economía, no me deja pedir más megas pero no me hace descuento en mi servicio de internet cada que se cae. Cabrones que no entienden de lógica.

Pero no es de sorprenderse, ellos jamás perderán dinero, esa es labor nuestra.

Lo curioso es que ahora, en un arranque, o necesidad de mostrarse humanas, las marcas tienden a mostrar este lado paternalista, interesadas en proteger a sus consumidores: mi gaseosa favorita  hace campaña para que sus usuarios tomen el producto pero se ejerciten, muy a pesar que todos los que tomamos esta bebida tenemos sobre peso y somos vagos.

Otra, una marca de agua, dice hacer botellas que cuidan en medio ambiente mientras que una de las cadenas de supermecados más grandes del país, ua temporada, distribuyó fundas bio degradables, Ya no lo hacen. Imagino salía muy caro.

Es tan imbécil todo esto de marcas que utilizan el ímpetu de la época por desarrollar conciencia para vender más. Idiotas todos lo que se dejan convencer por esto: usted compre porque le gusta el sabor, olor o sensación de algo, es más, todo lo que consume y a usted le gusta hace daño y no importa lo que su marca favorita le diga, usted siempre serán el jodido.

Por eso, a mi hágame daño y al ambiente que me rodea. A mi deje de estarme cobrando 5 centavos de más por una botella que tiene la capacidad de degradarse y deje de andar negándome el servicio maldito servicio de internet justificándose en algo tan imbécil como 'mi integridad'.

A las marcas no les importamos, eso es claro. Si no me cree, revise sus transacciones bancarias y vea cuanto le cobra su puto banco por manejar su dinero o emitirle un maldito estado de cuenta. De nada. 

miércoles, 31 de julio de 2013

El show de la muerte de Christian Benítez

Ya decía yo que el fútbol sacaba lo peor de las personas. Es de ver a presentadores televisión llorando a un tipo al que medio Ecuador insultó y culpó por la no clasificación al mundial de Sudáfrica 2010. Eso resulta en otro nivel de hipocresía.

A Christian 'El Chucho' Benítez lo odiamos. Me incluyo. Pero igual, el lunes por la mañana, cuando en la radio escuché de su muerte, me quedé helado. La muerte del jugador sorprende, no apena. Yo no lo conocí en persona y como futbolista no me agradaba. No tengo por donde apenarme.

Pero esto no se trata de insensibilidad. Me da perna por su esposa, por su familia, pero igual no es algo que lo sienta cercano. La gente se muere todos los días en especial por allá en el medio oriente, de causas más absurdas que la que le ocurrió al ecuatoriano que, de pasó, fallece el día de su debut en el club árabe que lo había contratado. Casi poético.

Pero la muerte más tiene de comercial que de poético, sin importar como usted lo vea. Así lo comprueban las editoriales y disqueras cada que un artista se muere y las ventas se disparan. Ahora los diarios lo llaman un mito y los canales de televisión desempolvaron hasta la más vieja grabación del futbolista en acción, todo por ver quien le rendía el mejor de los homenajes al deportista. Que asco.

De repente la tragedia de la familia Benítez-Chalá se convirtió en una carreta por ver quien hacía el gesto más humano para honrar la memoria del que en vida fue el artillero más insultado de la selección nacional. Mis amigos, esos que junto a mi renegaron por la ineficacia del jugador a la hora de marcar, se acongojaban por su muerte. ¿Dónde está la coherencia del discurso?

Porque, de la noche a la mañana, ya nada había que recriminarle al jugador. Entiendo eso de los fans del América de México, club al que gloriosamente el jugador llevó al campeonato, pero no de las ahoras 'viudas de Benitez', que aparecieron de la noche a la mañana en el país.

Presentadores de televisión, técnicos y dirigentes, todos tenían lágrimas para derramar, en  frente de las cámaras, por el jugador. Los canales buscaron en los anales del soundtrack de gladiador y la discografía del hippie de Fito Paez, las canciones más berreadamente-tristes que habían, para acompañar al más insípido y apurado recorte de videos hecho para rendirle tributo al 'Chucho'.

En las redes sociales el show fue aún más asqueroso. Insultos y reclamos, gente obligando a los demás a rendir tributo en memoria de un tipo al que el 99% de la población no conoció pero, de alguna forma, sintió conocer. Cosa para idiota esa imperiosa necesidad de pedir respetos por alguien a quien en vida despreciaron.

Ya han pasado dos d'ias desde la muerte de Benítez y nos siguen bombardeando con la tragedia de una familia, sacando el jugo al horario estelar, a los editoriales, al rating. Es deplorable. 

Cuando yo me muera quiero que se burlen de mi, que hagan bromas de mis actos, que hagan cháchara de mis idioteces; al menos la gente que no me es cercana. Si usted no me conoce y yo me muero, por favor, haga los chistes que quiera, yo le doy todo el permiso del mundo. Todo eso resulta mejor que andar fingiendo dolor para que sintonicen un canal o compren un diario.

martes, 23 de julio de 2013

La envidia al bebé real

Uno bien podría pensar que eso de ser idiota está reservado para nacionalidades específicas pero, aparentemente, la imbecilidad es algo universal. Vea no más como en las últimas horas nos han demostrado que pese a todo lo que nos sacaron en cara durante los juegos olímpicos del año pasado, los ingleses también tienen su cuota de idiotez.

¿Cómo se la arreglan miles de personas para encontrar fascinante a un bebé que se enriquecerá sin mover un dedo, con los impuestos de todo un país? Eso de salir a celebrar que una mujer haya parido al mantenido más grande del mundo resulta bastante imbécil. Más imbécil que los diarios lo consideren noticia.

La monarquía es algo tan caduco e inútil como la religión, que no vive sino del protocolo, la apariencia y la plata de sus fans. Mire no más usted al Papa, que ahora anda de gira por Braisl; es un rockstar: se cambia el nombre, vitoreado por multitudes de fanáticos y viaja por el mundo dando caridad a sus más fieles fans. A este lo único que le falta es morir intoxicado por una sobredosis y que lo encuentren tirado en el cuarto del hotel.

Pero desearle esa clase de muerta al Papa es hacerle un bien, no ve usted que toda celebridad que muere se convierte en ídolo. Mire sino al insípido de Kurt Cobaine: se metió un escopetazo y ahora es casi un dios. Conozco gente realmente inteligente que se deleita con la música de este tipo, pero la mayoría tiene el mismo intelecto, o menor, que los fanáticos de Bergoglio.

El mundo está lleno de tarados, empezando por el que le escribe. Un planeta entero lleno de personas desesperadas por encontrar una persona a la que puedan admirar. Un ser que simbolice todo lo que ellos desean ser, pero que no pueden. Una entidad a la que le puedan dar sus días a cambio del placer que significa por deleitarse con sus presencia y sus actos. Lo hacen los fans de Cristiano Ronaldo comprando cada zapato que Nike saca para ponerle la cara de ese tipo en la suela, lo hace los fans de Papa comprando la Biblia, pagando impuestos y obedeciendo.

Ahora último la gente, en Londres, multitudes se amontonaba para ver desde lejos a un niño que simboliza todo lo que todos deseamos ser: un mantenido millonario que no deba trabajar para hacer fortuna y al que todas las niñas se van a querer comer porque es el pasaporte a una vida Disneladesca.

Porque la monarquía es una completa insensatez, para los que no la vivimos. ¿Si o no, Kate Middleton? 

miércoles, 17 de julio de 2013

Eso que llaman amor

Dice un profesor que de vez en cuando el acostumbraba a nalguear a su esposa de forma sorpresiva, eso mientras la miraba y le vociferaba: 'como me encantan esas nalgas'. Cada vez que se refiere a ella lo hace en el tono más sublime, con una devoción que cualquier católico envidiaría.

Cosa para rara pero admirable un par de viejos que se encuentran en las arrugas el gusto. No sé, me gusta saber que una pareja se sigue teniendo hambre aún cuando ya van todos arrugados. Me gusta esa camaradería y risas que comparten. Es un contrato tácito, afianzado por uno legal y vulgar al que le llaman matrimonio. Que cagada eso de permanecer junto a alguien porque un papel lo demande. Una cagada completa.

Igual, el contrato que vale es el que ambos entienden y respetan en silencio, el tácito, la camaradería, porque el otro se rompe fácilmente. Si no lo cree, vaya y mire cuantos divorcios no más hay al año.

Si me asombra las personas que deciden casarse, más aún las que deciden separarse. Solo de saber cuanto papeleo y trámite hay que realizar, buscaría como arreglar ese matrimonio en declive.

Yo, en lo personal, creo que las parejas fracasan porque la gente basa su decisión de afianzar relaciones por el desempeño sexual de su contrario. Uno tiende a volverse loco por una mujer que domina las técnicas del coito al revés y al derecho, e imagino que las mujeres también se han de desquiciar por un tipo que las lleve al climax. Las relaciones, del lado masculino, fracasan porque andamos en búsqueda de una meretriz en la cama, olvidándonos que, luego del palo, no viene la calma. Después de la cópula viene una tormenta llamada mujer.

Porque así como los hombres tiene que aguantar a las mujeres, ellas también tienen que soportarnos, y no por el hecho de que la pareja sea buena amante, uno va a sostener una relación.

No creo en esa estupidez afianzada en las comedias románticas de personas dependientes unas de otras, sin motivo alguno, o por mero gusto y capricho, (porque vea bien estas películas, basan su 'devoción' en cualidad estúpidas); yo lo que creo es en la camaradería, en el complemento, en la pareja y en la comodidad. Cosa para bonita ver a una mujer apoyando a su pareja en cada cosa que se presente, y viceversa.

Sigo afianzado en la creencia que el amor no existe, lo que se desarrolla es cariño por la persona que uno se está comiendo. La pareja, esa entidad para rara, ese complemento de personas, se desarrolla después, en  la empatía y deleite de la persona en algo que va más allá del gusto (que es en lo que las relaciones adolescente se basan). Muy pocos casos encuentro de verdaderas parejas, muy pocas.

El otro día peleaba con una amiga porque jura estar enamorada del tipo de turno. Lo ama pero no sabe explicarme porque. Imagino que se la están comiendo bien, porque no disfruta de la compañía del hijueputa a menos que sea en posición vertical. Pero a eso ella le dice amor, y muchos otros más también lo llaman así.

No vaya usted a pensar que yo ando diciendo que el sexo está mal, ni se le ocurra pensar eso, que la mencionada actividad es lo único que nos mantienen cuerdos, pero, como dice mi escritor favorito: 'las relaciones se mantienen en pie con la dosis exacta de risas y sexo'.

Disfrutar de la pareja en cada uno de los planos de una relación es algo que yo al menos no estoy dispuesto a vivir, no tengo la paciencia. En realidad admiro a quién lo puede hacer porque eso en realidad, esa camaradería, es lo que lleva a alguien, digamos a un profesor, a recordar con picardía y nostalgia, esas nalgadas de cariño que le propinó a que fuera su compañera, y que aún 7 meses después de que a ella la venciera el cáncer, él pueda seguir referirse a ella con la devoción que cualquier quinceañero 'enamorado' envidiaría.

Eso si vale la pena. Creo. 

domingo, 7 de julio de 2013

'La política del falo', la telenovela

Viene Edward Snowden a decir que los gringos nos espían, que andan metiendo sus narices en la vida de todos sus ciudadanos y ellos se indignan, se aterran como lo hace un bígamo cuando lee piden el celular. Tienen miedo a lo que el gobierno pueda descubrir de las personas porque, no es noticia, todos tenemos secretos. 

Por eso le ponemos clave al celular, escondemos cosas y metimos, porque tenemos algo que sabemos perjudica a alguien más, no a nosotros, somos los beneficiados y por eso queremos que las cosas sigan en secreto, pero daña a alguna persona. La privacidad que tanto demandamos no es el espacio que tanto reclamamos para sentirnos bien con nosotros mismos, es esa maña ideada para maquinar un plan a espaldas de alguien, ya sea enemigo o cachudo, y así arruinarlo como es debido. 

Europa se emputa de que los gringos estén vijilándolos de cerca tal y como un hombre con tres mujeres se encabrona cuando una le cuestiona la fidelidad. Peor es la persona que le contó a la pareja en cuestión la infidelidad, ese queda como chismoso, que es el caso del señor Snowden, repudiado por la política internacional tal cual se repele a la chismosa del barrio. 

Uno piensa que mientras más alto el cargo más noble la persona, más decente y pulcra, pero lo cierto es que la política no es sino un drama de telenovela venezolana de los 90', eso de infidelidades, cachos, mentiras, traiciones e inválidos, llevado a escala global, con millones de dólares de por medio y muchas más vida en juego. 

Uno ve a nuestros presidentes reclamando por su privacidad y soberanía, emputados a más no poder porque andan que le espían los correos que se envían entre autoridades. Me pregunto ¿cuántos mails porno no habrán encontrado en medio de esas conversaciones? 

Lo tierno es ver a este grupo de líderes, todos intentando estar de tu a tu con sus homónimos internacionales, tal cual galán de telenovela que intenta quedar como el macho alfa de la pantalla, pero haciéndo el ridículo, olvidado que uno no debe pelear si no es para ganar. Una nación no puede ponerse belicosa con una potencia bélica si no está preparada para defenderse. Porque, diplomacia de lado, acá lo que manda es quien tiene el ejército más grande. Ese es el que pone las reglas del juego. 

No ve usted a Evo Morales, varado en la mitad de Austria hace unos días porque se quiso hacer el bravo, el presidente soberano que aterriza donde se le plazca, y PUM, métase su soberanía por donde más le quepa. 

El lío se da porque, según la versión oficial, la vieja chismosa más grande el mundo, Wikileaks, filtró información de que Edward Snowden, otro de los chismosos famosos, andaba escondido en la avioneta/avión presidencial boliviano. Eso es lo que dicen, pero lo cierto es que, no es secreto, los europeos solo querían enseñar quien es que manda en el panorama mundial. 

Eso tampoco es un secreto, que latinoamérica, bravucona y todo, sigue siendo insignificante al mundo. Somos el hijo bastardo de la pareja divorciada, esa que es la protagonista de la novela que es la política internacional. 

Mamá Europa y papá USA se insultan y el reciente adulto, Latinoamérica, se cree con derecho a meter cuchara en pelea de grandes. 

Indignado, el hijo bastardo se entera, gracias a la vieja chismosa de Snowden, que el papá le ha estado revisando los cajones del cuarto, viendo como piropeaba a Cristinita Kirchner, y leyéndole los mails, por lo que arma tremendo escándalo, reclamando su espacio personal. 

Pero papá USA puede hacer lo que le da la gana porque tiene como hacerlo, los millones y la fuerza bélica; uno acá es pobre y desarmado. Papá USA es campeón mundial de Box y acá uno lleva años sin desempolvar el kimono que uso en Tiwinza. 

Acá los políticos latinoamericanos se olvidan que la política internacional se trata de quién tiene el huevo más grande, y Obama es negro. 'So, fuck you'. 

lunes, 1 de julio de 2013

Ya me peino

Un gran amigo decía que cada que iba de camisa a la oficina la gente lo trata con respeto. Él decía que incluso el portero le sonreía; eso en vez de abrirle la puerta con indiferencia, tal y como sucedía cuando iba de camiseta y jean. Porque, es verdad, la imagen manda. 

No debería ser así, pero lo es, y esto responde a que, bien en el fondo, la 'buena vestimenta' habla por nosotros. La ropa y la forma en la que cuidas de tu persona, en apariencia, es lo que deseas proyectar de ti para el mundo; lo que me deja perturbado al ver a Fanny Lu. 

De alguna forma, esa cualidad de la persona de combinar bien los colores, tener los zapatos pulcros y el cabello inmaculado, con cada hebra en su lugar gracias al gel, dice que es una persona que le gusta tener todo bajo control: desde el doblez del pantalón hasta el último cabello de la cabeza, ese que según los cristianos es del que Dios siempre anda pendiente. (Refrán: Dios conoce hasta el último de los pelos sobre tu cabeza) 

Tan absurdo pensar que nace de una idea tan vaga como lo que vistes, pero de así se origina. Y es por eso que a mi jamás me tomaron en serio cuando salí del colegio. 

Yo cuando estudiante tenia la melena de Mufasa, pero con la voz de Simba. Una malgama de cabello desilachado que les juro no entiendo como aguantaba, en especial en una ciudad tan calurosa como Guayaquil. Creo que solo tenía el pelo largo porque a esa edad a uno le encanta hacerle la vida imposible a los adultos y, en mi caso, no había profesor que no hiciera mueca al verme. 

A esa edad usaba pantalones de hippie, zapatos Kit, en un arranque de amor nacionalista por todos los productos y marcas nacionales (revelación que tuve en el 2010 al enterarme que era marca colombiana), y leía al 'Che'; me negaba a la idea de trabajar y me refería a EEUU como el imperio; mi persona colegial hubiese sido el militante más ferviente de Alianza País. 

Cada que mi abuela me veía rezaba para que yo entrara en mis cabales, esto porque amenazaba con irme a fundar una guerrilla en el amazonas, pero que nunca sucedió. Quizás los rezos de la abuela funcioanron o simplemente sucedió lo que mi papá decía: 'ya te quiero ver de aquí en uno años, trabajando'. 

El otro día pude vestirme de terno sin tener que alquilarlo porque en mi closet ya hay dos trajes completos. Alguna vez me juré nunca tener siquiera uno, y ahora tengo dos. 

A los 24 años ya no reniego a la hora de peinarme, y eso que antes prefería despeinarme más antes de salir de casa. Quizás es porque ahora si me gusta estar en control de las cosas, empezando por mi. No vaya a ser que termino como Fanny Lu. 

Así como mi amigo que se pone camisa, yo me peino, y funciona. 

Si mi yo del colegio se viera hoy en día, se moriría de vergüenza. Igual, yo también lo odio a ese hippie-emo-sentimentaloide de mierda. 

jueves, 20 de junio de 2013

Necesitamos una guerra

Yo tenía la fe de que fotografiando hacía mucho por le mundo. Aún me quiero ir a un lugar de conflicto a capturar la miseria humana. De alguna forma ese dolido retrato de una persona mutilada, ese paisaje de balas y explosiones, y ese incontenible dolor de una niña llorando a sus seres queridos, sigue siendo más humano que cualquier fotografía de modelo de portada de revista, o de la que es retocada en Photoshop para lucir perfecta para el calendario de los pajeros de una empresa.

Acá nos jactamos de vivir lejos de toda esa barbarie, del bombardeo de nuestras ciudades, de los asesinatos sin razón; apuntamos con el dedo a las creencias ajenas y a un fanatismo que lleva a niño a inmolarse en medio de una explosión, pero sin darnos cuenta que estamos inmersos en nuestra propia guerra.

A diario nos bombardean el mail con ofertas, millones de millones de ropa cara, fabricada por un décimo de su precio y vendida al triple de su costo. Todos los días a alguien lo acribillan o apuñalan por un costoso celular y nuestros niños son inmolados en medio de un fulgor de necesidades infundidas y adquiridas en su ignorancia, en su incapacidad de entender todo lo que sucede a su alrededor porque van al colegio pero no son educados. Y todo esto también es violencia. Y de la peor.

Por esta parte del mundo lo que hace falta es una guerra, una masacre, una barbarie que nos haga entender las cosas de la vida, un evento que nos extirpe de los huesos y nuestros cimientos toda esa mierda, mecanización e indiferencia que nos es inducida a diario en pancartas, programas y demás. Una guerra que nos haga temer por nuestras miserables vidas y no un pavor socialmente injustificado como el que nos infunde el hampa.

Todas la mañanas me levanto con la esperanza de que hayan bombardeado mi ciudad, que se inicie una guerra a gran escala, la tercera mundial, un periodo de tiempo en el que se saque a las personas de la burbuja de la comodidad en la que se vive, en la absoluta pasividad de la monotonía, y nos ponga a parir, a valorar esas minúsculas y bonitas cosas que tiene eso de estar vivo.

Uno escucha los horrores de la guerra, de los muertos, los mutilados, la violencia y demás tragedias, que es lo que a diario se vive en latinoaméroca solo que, en un contexto bélico, estaría 'un poco más justificado'.

Yo soy de los que se quiere ir por el mundo retratando esos momentos, ese horror que pasará a la historia, pero ¿para qué?

El otro día quise llorar cuando tuve la epifanía de que cualquiera de las dos fotos, tanto la de la modelo semi-en-pelotas de la que hable anteriormente y la de, pongamos de ejemplo la gráfica de Kevin Carter, la que le valió el Pulitzer del 95', tienen en mismo objetivo: vender más de las publicaciones en las que saldrá impresa. Y eso, mis amigos, también es violencia.