viernes, 29 de noviembre de 2013

Tu maduro

No imagino lo traumático que debe ser para una universidad recibir una mala nota, digo, ellos son siempre los que las ponen así que cuando se las otorgan, lloran cual alumno con beca que se quedó supletorio.

Acá no hay padre que reclame por la mala nota, sino accionistas; y el castigo por sacar 'B' o 'C', y no hablemos de la 'D', viene en forma de menos estudiantes inscritos. Porque, tal y como piensa el ecuatoriano, nadie quiere ser parte de una entidad con mala fama. A excepción que sea el congreso.

Hoy las universidades pasan de instigadores a instigados, del que tiene el sartén por el mango al que le cae el aceite de lo que se está cocinando. y por eso lloran; lloran porque una universidad como la de los católicos, está en la categoría B. Y ningunos de sus alumnos quiere decir que se graduó de una universidad que 'estaba en B'. Lo que no dicen los que reclaman por la nota, es que a sus estudiantes de las carreras más importantes, como medicina, sus profesores los mandan a terminar de aprender lo que vieron en clases, escuchando tutoriales de YouTube. Eso y que los obligan a tomar clases de religión.

Lo mismo le pasa a la universidad de la vía Samborondón, la universidad con más mujer buena por metro cuadrado en el Ecuador. El centro educativo que ha erguido edificios que da miedo a punta de cobrarle una millonada de pensión a las curvilineas hijas de bananeros machaleños; entidad que saca libros por cualquier idiotez. Con lo que cobran debería, a estas alturas, haber puesto un hombre en la luna, y deberían haber educado al más prolijo de los comunicadores de Sudamérica. Pero un centro educativo en el que los estudiantes deben corregirle a los profesores de literatura sobre los autores de los que están hablando, no quedará para más que una enorme pasarela de machaleña de cepa.

Y ni hablar de la 'gratuita', cuyos alumnos no soportan que les recuerden que están estudiando en un centro educativo que tiene la fama de tener profesores que pasan a alumnos a punta de botellas de Whisky, o alumnos que pasan de año porque pertenecen al consejo estudiantil. Yo hice un semestre intensivo en este plantel y, créame, no vale la pena. No sé con que cara su consejo estudiantil sale a decir que son 'la crème de la crème'.

El punto es que la gente se olvida que la vocación no tiene universidad, y que la educación no se trata de una nota o del prestigio del lugar en el que estudias, sino del provecho que se le pueda sacar a las herramientas con las que uno se desprende del plantel que lo educó. Y eso no tiene nota. Los grandes emprendedores de este siglo ni siquiera se graduaron.

Las universidades lo que están es llenas de acomplejados; me retracto, el Ecuador está lleno de acomplejados que lo que quieren es un nombre, pertenecer a una institución 'grande y de renombre', para sentirse alguien. No por nada Barcelona y Emelec tienen a tanto enfermo defendiéndolos cual madre que los parió.

Ahora yo estudio en el Instituto más bonito del mundo. Finalmente siento que he aprendido mi profesión, y hasta el momento no me ha tocado más que un profesor despota, y su talento hace que cada onza de su orgullo lo valga. He aprendido sin tener que ser torturado sicologicamente, y haciendo las cosas, practicándolas, como debe ser. No como cuando estuve en la 'universidad a distancia', en donde, les juro, no tengo como probarlo porque no me dejaron fotografiar la hoja, una de las preguntas de sus exámenes era: 'los dinosaurios se extinguieron por el calentamiento global, ¿verdadero o falso?'. Y ellos gradúan por montón.

Acá, donde ahora estudio, nadie me encierra un fin de semana en la universidad a torturarme con 'casos' que no se aplican a la realidad. Esa casa de la que les hablo cobra una millonada por adoctrinar a niños normales al hipterismo. Porque esa universidad lo único que hace es subirle el ego a sus instruidos a punta de música rara y decenas de autores que no tienen la idea como se pronuncia su patronímico.

No imagino la frustración de los dueños de los plantes que ahora están 'en la B', literalmente, todo después de haber torturado durante tantos semestres a estudiantes a los que, en su mayoría, todavía están tratando de buscar un trabajo mediocremente remunerado para pagar el inflado préstamo con el que costearon su insípida educación en una carrera que está copada de profesionales mediocres. Por eso, con felicidad, a estas universidades les digo: 'toma tu maduro'. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

El fin de las cosas

Ahora último me he vuelto más llorón que de costumbre. Me solían conmover las películas poderosas pero ahora me hacen un nudo en la garganta hasta los videos virales de internet. No los comerciales de motivación personal, esos que se jodan y su porquería paulochoelistica. El otro día tuve que ponerle pausa al video del 'Batkid' porque ya me iba a poner a llorar, y tuve que ponerme a ver algún video de idiotas golpeándose los huevos por andar en patineta, todo para que se me pase el sentimentalismo.

Yo creo que todo comenzó con 'Up', la película de Pixar de del 2009 que, creo, debe tener una de las más bonitas, genialmente contadas y tristes historias de amor que hay. Sus 8 minutos iniciales dejan devastado hasta al más cínico de los seres humanos. La primera vez que la vi fue en el cine, con mi hermano, y tuve que hacerme el idiota mientras 'me sonaba los mocos' para que no se de cuenta que se me habían salido las lágrimas.

Creo que el cinismo se me está acabando. Eso es malo. El mundo es un lugar horrible como para andar conmoviéndose por todo lo que sucede a tu al rededor. Uno debe seguir con su puerca vida en linea recta para no acabar queriéndose meter un tiro. Pero cada vez se me hace más difícil, y eso es porque también se me están acabando las excusas.

Aún me sigo riendo de los insultantes chistes de Ricky Gervais y me oriné de la risa con la broma de Sasha Baron Choen cuando 'mató' a la 'última niña que había actuado con chaplin', pero ya no puedo decir que no me parece bonita 'Issac's propusal', y esto a pesar de que firmemente creo que el matrimonio es, si no una estupidez, el más grande de los errores.

Creo que esto, como todas las cosas, es el fin del ciclo de alguno de mis comportamientos. Pero odio los finales, porque todos los finales son tristes. Me gusta poder hacer mofa de las cosas más cursis y emotivas del planeta, pero creo que eso ha sido más un escudo que cualquier mierda. Igual, no me faltará el chiste cada que vea a una situación conmovedora, y si no me cree, cuando me vea, pídame que le analice el inicio de 'Up'.

Difícil es cuando los chistes se te quedan a medio tallo porque, en realidad, el homenaje o el sujeto que lo realiza es alguien a quien consideras un espejo, y verlo en la más miserables de las posiciones, esa resignación ante la pérdida, es desagarrador.

Este post lo escribo porque hace poco vi la apertura en la que Bart, el hijo de Homero Simpson, le hacia una despedida a una de sus némesis, la señorita Krabappel (cuya actriz que prestaba la voz para este personaje falleció), en el pizarrón en el que durante más de 21 años, escribió sus castigos. Y uno siente que es el final de una gran historia.

Definitivamente me debo alejar de Twitter. Me TL me está poniendo hormonal. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

El comercial de Van Damme

Pasa uno viendo en el internet video de gatos. Dan risa, sí, pero a la larga todos son la misma vaina, el mismo cabrón animal que se gana nuestro cariño con su indiferencia.

El internet está lleno de basura, de artículos enteros que afirman que el VIH es una conspiración masónica y que los condones son los utensilios más porosos del planeta; de bolivianos que iban a ser enterrados y el día de su funeral volvieron a la vida, y de decenas de prototipos del nuevo Iphone de turno. Basura que a uno le crea un cierto nivel de escepticismo sobre todo lo que se ve. Pero igual se come en cuento. Es más, cuando la basura está bien envuelta, uno es capaz de pagar lo que sea por tenerla. Y si no lo cree, acuérdese de cuando lloró para que le compraran un Tamagochi.

Pero lo hermoso no es lo que nos venden sino como nos lo venden. Hay veces en las que la forma en la que nos envuelven la basura se convierte en un hito. En el 2003 Pramalat casi desaparece, pero a nosotros jamás nos van a poder quitar de la cabeza ese bendito jingle: 'no te acuestes sin tomar tu leche...', y apuesto a que ahorita usted se puso a cantar la canción.

Ayer circulaba por el internet el que puede ser el mejor comercial de lo que va del nuevo milenio: el caduco actor de acción de los 80, Jean Claude Van Damme hacía su acrobacia insignia, ese split de piernas rompe huevos que solo pueden hacer los gimnastas y artistas marciales, pero lo hacía en medio de dos camiones en movimiento. ¿Qué clase de hijueputa puede hacer eso? Primero, si en realidad la toma fue realizada de tal y como lo demuestra el comercial, el actor debe estar en banca rota para aceptar poner su vida en tal riesgo; segundo: mis respetos, blood-fighter.

El comercial es una joya, es hipnótico, y es mejor escucharlo en 'mute' para que ese acento de mierda del actor no lo haga reírse previo a la hazaña.

El comercial es tan bueno que llamé a mi hermano para que lo vea. '¿De qué marca es? ', me preguntó, y me di cuenta que el split de Van Damme se lleva toda la atención de lo que se supone es un comercial para los camiones Volvo. Como les dije: muchas veces es la forma en la que nos envuelven la basura, lo que nos encanta.

Porque por más genial que sea el comercial, por más admiración que sienta al verlo, jamás pensaría en comprarme un camión Volvo. De nada le sirvió a la marca que yo me maraville, aunque claro, yo no soy su target: un tipo escribiendo un blog en un país del tercer mundo y que ve videos de gatos en internet.

Ya no quiero esperar a que salga la parodia del comercial, el tras cámaras, los expertos en edición de video que lo desacrediten, los videos de gatos sobre carritos a control remoto manteniendo el equilibrio como el actor. Porque por cada joya que encontramos en internet, hay 15 videos basura, y 30 videos de gatos.

Al menos en comercial fue un respiro; un oasis de calidad en medio de un desierto de felinos. 

jueves, 14 de noviembre de 2013

Cuando yo sea alcalde

Si usted me sigue en Twitter sabrá que estoy en campaña, que soy su mejor opción para dirigir a esta, la Perla del Pacífico, la abúlica ciudad de Guayaquil. Es una ciudad horrenda, pero eso no más porque yo no le he metido mano.

Me escudo en la demagogia, dirán mis contrincantes, pero lo cierto es que todo lo que diga no está lejos de poder realizarse, es más, son sueños que todos los guayaquileño de cepa, los que antes de comprarnos carro tomábamos la Metrovía, los que hemos sido asaltados en el Cerro Santa Ana, y los que conocemos que no hay mejor encebollado que el de la 11 y Francisco de Marcos, soñamos.

1) Cobraremos un impuesto especial para subcidiar a las picanterías y se de al menos un refill de encebollado.
2) Estará permitido pellizcar y reprender a los niños malcriados en la calle, esos que se le escapan de las manos a sus madres.
3) Enfatizaremos en una campaña para mejorar la autoestima femenina: pondremos un albañil en cada esquina.
4) Junto a los carriles de la Metrovía, construiremos la Pizza-vía, un carril exclusivo para los motorizados de las pizzerías y así nunca más sufrir porque esta comida llegue tarde.
5) Daremos clases de pronunciación de anglicismos para así evitar que 'el pueblo' le diga 'chor' al shot, 'Pecsi' a la Pepsi y 'Esprai' a la Sprite, entre otros.
6) Repartiremos Menticol y desodorante, gratis, en las paradas de la Metrovía y así evitaremos las concentraciones de metano que se germinan en el transporte en las horas pico.
7) Crearemos espacios para que la gente pueda realizar 'actos impúdicos en la vía pública' y así solucionar el problema de la falta de dinero para el motel.
8) Cerraremos los centros de arbitraje y pondremos jaulas de la UFC. Quienes quieran debatir, métanse a pelear. El que gana tiene la razón.
9) Será una ordenanza municipal que uno pueda exigirle al taxista que 'no le haga la conversa'.
10) Se capacitará a los taxistas para manejar góndolas y así hacer de Guayaquil la ciudad más romántica del mundo, en Invierno.
11) Unificaremos al BSC con el Emelec y haremos el Emelona o Barcelec, y así acabaremos de una vez con la violencia en los estadios. Menos cuando juguemos con Liga, ahí estará permitida.
12) Evitaremos las invasiones a los Will Smith en 'Independence Day'.
13) Haremos una convención Porno en el Centro de Exposiones, una vez al año.
14) Removeremos los espejos de los baños de las discotecas para evitar las 'selfies' ridículas con retretes en el fondo.
15) Cada que alguien se pase una luz roja, la multa será una visita obligatoria al teatro, y así fomentaremos el arte.
16) Los taxistas estarán vetados de sintonizar radios cristianas.
17) Se permitirá chocar a los automóviles que se cuelen en las filas de automóviles 'hechos los sabidos'.
18) Prohibiremos que los colegios den clases más allá de las 13:30, pero se obligará a los colegiales a hacer algún tipo de actividad extracurricular que no incluya sexo adolescente, porque ya hay mucho padre joven.
19) Se dotará de 'teasers' a todas las mujeres de la urbe, así cuando se sientan ofendidas por un piropo, tengan derecho a electrocutar al individuo.
20) Si una mujer está demasiado buena, pero es menor de edad, deberá portar un lazo en el brazo para así cualquier intento de seducción de mayores de edad, quede en planes.
21) El 'viernes de bolón' será oficializado con un 2x1.

Es hora de nueva ideas para la ciudad, la urbe que soñamos. Tiembla Nebot y la Bonilla, porque saben que este es el clamor del pueblo. La ciudad necesita un alcalde sin bigote y más joven que la candidata oficialista. Aunque 'yo si le doy a Viviana', pero no mi voto. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

El filtro de las fotos

Hay que estar muy mal de la cabeza, o ser un parcial cavernícola, para ver las noticias en televisión. Todos los acontecimiento del momento están en Twitter, y la mayoría de las noticias uno las descubre porque alguien hizo un chiste respecto al tema. Porque es más bonito reírse de las cosas que preocuparse por las mismas, adornar al mundo con un manto de que-miportismo para camuflar una cruda verdad: ya no aguantamos la realidad.

Hoy en la mañana veía una noticia en la que salía Fernando Alonso, el corredor de Fórmula 1, en una camilla, en lo que parecía estar siendo atendido por una lesión grave, pero eso no fue lo que me impactó. La foto había sido sacada de una cuenta de Isntagram, ese red social de mierda que ha hecho que todo el mundo se crea fotógrafo. ¿Se da cuenta lo que estoy diciendo? ¡La foto la sacaron de una cuenta de Instagram! En el lugar hubo un mal parido cuya principal preocupación no era la de tomar una foto y comunicarle al mundo lo que había sucedido, no sin antes ponerle un filtro de color y un 'bonito desenfoque' a una gráfica que no tiene nada de bonito. ¿Qué clase de personas somos? 

Ya la realidad como tal no nos conmueve, no si no tiene un filtro de color, tonos saturados o algún efecto que haga de la foto 'una experiencia artística', pasa desapercibido. Que se joda el arte. 

Ya no aguantamos la realidad y por eso pasamos más tiempo disfruntando de historias creadas para la televisión donde un tipo con cáncer se pone a cocinar metanfetaminas sin que en 6 años le haya caído un puto agente de la DEA (esto me lo acabo de inventar, no vi la serie). Pasamos más tiempo sufriendo por la vida de uno de los personas de una serie fantástico-medieval producida por HBO, que por la salud de quien nos cocina la comida. Pasamos más tiempo alejados de nuestras vidas, encerrados en el cine, las redes sociales el internet y la televisión porque, aceptémoslo, nuestra vida es insoportable.

Uno le hecha la culpa a la publicidad, a las películas y a los medios de crearnos una expectativa, un modelo a seguir, pero lo cierto es que eso es culpa de nuestro padres, ellos, los que nos acostumbraron a pensar que debíamos tener una vida de reyes porque 'nos la merecíamos', y nunca ha existido una mentira más grande. Usted y yo no nos merecemos nada. Desde entonces nosotros maquillamos nuestras vidas no solo para nuestros padres, sino para el mundo, para que la gente entienda lo 'bella que nuestra existencia'.

Por eso yo prefiero los chistes a los filtros de las fotos. El chiste acepta la verdad y se mofa de la misma, haciendo énfasis en lo absurdo del drama; el filtro no hace más que 'embellecer' algo horroroso. Y por eso es que prefiero Twitter antes que Instagram. Porque prefiero chistes sobre las condicion de Alonso antes que imágenes del piloto reventadas a efectos para hacerlo lucir mejor de lo mediocre que es. Tal y com olo hacen los reportajes-homenaje de la puerca televisión: el verdadero filtro de la realidad. ¿O no cree que todas las noticias que se les dicen están maquilladas?