No entiendo como a alguien no le pueden gustar las mujeres. Las lesbianas me entienden, y por eso se deleitan con la forma más exquisita de la naturaleza. No con esto digo que los homosexuales que encuentran a los hombres atractivos estén equivocados, solo que desde mi óptica no comprendo como pueden resistirse ante todo lo bonito que tiene una mujer. Como pueden no desearlas tal y como todo hombre, y en especial los quinceañeros heterosexuales, pajeros de profesión, las desean. Con esto me curo de espanto y no digo o trato de objetizar al género, solo que cuando se trata del gusto que los hombres heterosexuales tenemos por las mujeres, muchas veces todo, hasta nuestro discurso, pierde lógica.
Es en ese afán de poner en palabras ese deseo que uno llega a tildar a las mujeres con adjetivos, en su mayoría peyorativos, cuando no sabe como referirse a esa mujer que desea conquistar. 'Burra', 'yegua', potra', entre otros sinónimos animales, son los 'cumplidos' que encuentra la población masculina nacional, todo en su limitado y coloquial discurso. Porque solo a una persona con poca eduación, o arrechera de sobra, se le ocurre decirle 'burra' a una madre de familia.
Y cuando de discursos coloquiales se trata, nada más 'del pueblo' que los articulos de Diario Extra. El periódico más vendido del Ecuador y que se ha ganado la fama de 'diario sangriento', por lo que durante años fuera su contenido explícito de muertos. Ya no, no desde que la Revolución Ciudadana y sus leyes entraran en vigencia y la corte inquisidora empezara a censurar todo contenido que considera 'ofensivo y discriminatorio'. ¿Y todo esto por qué importa? Porque Diario Extra ha sido obligado a rectificar un titular de una de sus ediciones en las que llamaba a una modelo de portada 'potra'.
Pero decir que la sanción es buena o mala, o siquiera tildar de correcto o incorrecto al contenido del diario, es mucho más complicado de lo que parece. Empecemos:
Diario Extra es la respuesta a una población que no tiene el tiempo ni la educación para leer editoriales o 'diarios tradicionales' que elaboran noticias de una forma, y con un discurso, que jamás una persona con educación fiscal, podrá comprender. Los textos del Extra, la forma en la que se redactan, son con el lenguaje que las personas utilizan, para que el obrero y/o empleada domestica, que son su mayor target, comprenda todo lo que se le está relatando. Sus titulares responden a expresiones que se usan a diario en la calle, y por ende la predilección de las personas por algo que pueden entender.
¿Por qué 'disfrutan' sus lectores del contenido del Extra? Simple: porque entre una noticia de 'El crudo baja su precio y se avecina la crisis' a 'Le cortaron el pescuezo', la segunda noticia es algo con lo que la población lectora del diario sancionado, se siente identificado. El lector del diario más popular del país, y lo dicen las estadísticas de sus ventas, es una persona con pocos ingresos, que se desenvuelve en un entorno violento en donde, lo más probable, es que haya sido víctima o haya presenciado una asesinato violento en el transcurso de su vida. La segunda noticia es algo que una persona con las características del comprador del Extra, le interesa saber. La primera lo tiene sin cuidado.
Es por eso que para un lector del Extra leer 'Que pedazo de 'potra' carajo', no le resulta sensacionalista. Le es algo normal. ¿Eso está bien? No, no del todo, porque perenniza el estereotipo de la mujer como un objeto, pero tampoco es que obligar al diario a rectificarlo vaya a cambiar que el obrero deje de ver a una mujer con talla DD de sostén y no le grite, desde un tercer piso de construcción, '¡Maldita potra!'. Así no se educa.
Cambiar la forma de pensar de las personas es más complejo de lo que parece y los medios, no solo el Extra, tiene parte de la culpa de esta afianzada idiosincracia machista-conformista que se vive en el país, y eso es porque, como alguna vez me pareció leer una frase de Steve Jobs: 'El problema no es que los medios de comunicación no le den a las personas lo que quieren ver, si no que le dan exactamente lo que quieren ver'. 'Potras' en la portada y violencia en las páginas centrales. ¿Qué clase de público es el nuestro que añora esta clase de contenido? Un público reprimido.
Aún vivimos en una sociedad en la que queremos taparnos los ojos tanto ante la violencia como a la sexualidad. Ayer leía argumentos sobre porque no debe haber contenido como el del extra en la perchas, y uno de los tópicos era que 'no había que exponer a los niños a esta clase cosas', cuando, desde siempre, y como opinión personal, creo que debe ser todo lo contrario.
Uno no debe darle la espalda a la violencia y al sexo y convertirlo en una especie de tabú intocable porque lo único que hace es distorsionar la aproximación que una mente tan precaria como la de los niños, tiene hacia los tema. Las elucubraciones que una persona de tan corta edad y desinformada puede generar, son el verdadero problema.
Desinformación. Todo regresa a este punto: personas sin un discurso, con falta de educación, que abordan temas que escapan de su entendimiento y terminan deshumanizando a una persona, en este caso puntual, a una mujer al punto de relacionarla con un animal.
Y no con esto voy a venir a decir que yo no lo he hecho, eso de llamar 'potra' a una mujer, porque reiteradamente lo he vociferado. Se lo decía a la chica con la que mucho tiempo estuve, y se lo decía, según yo, como un 'tierno cumplido' como para que me entienda que ella me despertaba lo más básico de mis instintos con su cuerpecito. Pero la llamaba así solo con su aprobación y con la intención de halagarla. No en el tono del albañil que intenta llamar la atención de toda mujer buena que se le cruza imponiendo su tono de macho dominante minimizando a la mujer al estrato de animal. Eso no.
Sancionar a un diario por responder a los cánones del lenguaje que usa la población en general, y por seguir su 'línea editorial', es imbécil, como tantas decisiones que toma la Supercom. De hacerlo debería sancionar el lenguaje de la población en general, y eso no es posible. El 'potra' de Extra debería ser tema de análisis, reflección y debate, más no de sanción. Pero que va, no se puede esperar menos un lineamiento oficialista que no considera que la violación es un justificativo para abortar, y que no le da derechos civiles básicos, como es la figura legal del matrimonio, a los homosexuales. Y eso es algo que se me escapa de mi entendimiento tanto como el hecho de que alguien no le puedan gustar las 'potras'.
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