viernes, 1 de abril de 2011

Muletas

De pequeño uno se conmueve con las cosas más estupidas. Cuando niño se llora facilmente, pero con el paso del tiempo, perdemos esa habilidad. Mejor, llorar solo nos deshidrata.

Cuando uno crece debe perder la capacidad de conmoverse, el privilegio de soprenderse, si no, uno sera constantemente estafado. En el argot de nuestra tierra "te veran las huevas".

Al guayaquileño lo estafan todos los dias. En la calle, muejres y niños con muletas piden caridad. Su cara de sufrimiento es digna de un Oscar (tampoco es dificl poner cara de sufrido en este calor). Casí nadie les da caridad hoy en día, no es por crueles, solo que ya sabemos que, cuando llega la madrugada, guardan las muletas y se van caminando para su casa, cagandose de la risa por haberse unos 40 dolares (más que un albañil, y mucho mas de lo que yo hacia a diario en mi último empleo). Por eso yo no doy caridad. No porque quiero erradicar la mendicidad, si no porque me da coraje que ellos ganan más que yo.

Un par de muletas (cuestan unos 60 doalres usadas) supone que despierten lástima en nosotros. ¿Discapacitados? Bueno, ellos tiene de discapacitados lo que yo tengo de actor porno: nada.

Ahora, que pasa cuando un familiar las usa? Bueno, toca ayudar. El verdadero problema reside en que tu familiar usara la misma cara de sufrido que los mendigos y sacara lo peor de ti: como hay ese obligatorio vínculo de sangre, deberás responder a todos sus caprichos.

Mi papá se quebro el pie, lo quiero mucho, pero desde hace alguno días, me siento estafado. ¿entienden lo que digo? Es por eso que, el estoicismo es un metodo de autoconcervación, la pena, la capacidad de conmoverse, nos degrada. Qué pena que sea verdad.

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