lunes, 4 de abril de 2011

La calidez del ecuatoriano

Durante mi visita a Colombia, hubo un momento en el que la amabilidad de sus habitantes me resulto repulsiva. Llega un momento en que tanta amabilidad, ya cansa.

Para un ecuatoriano, la cordialidad es algo tan extraño. Es sencillo, vea a su alrededor y se dara cuenta de lo que estoy diciendo. Por eso la amabilidad en excelso, nos fastidia.

Lo que pasa en el país de la mitad del mundo, es que es muy raro encontrar a alguien sonriendo. Aun más raro es encontrar a un trabajador que sonría. Todo proletario, labora de mala gana. En cierta forma, los entiendo. Lo que no comprendo es, ¿porqué el conserje del hotel que me hospedé en Colombia, ese que limpia tanta o más mierda que el "janitor" de mi país; puede hacer su trabajo con una sonrisa en el rostro y mis paisanos no?

Incluso yo, el mismo que critica y calza, tengo una cara de pocos amigos durante todo el día. ¿Qué hace que los ecuatorianos tengamos esa cara de pocos amigos? (Y el que diga que no, mejor consígase otro espejo)
Durante 21, casi 22 años de existencia he meditado este problema, y estas son unas de las cuantas respuestas que he encontrado:

- Estamos en la mitad de todo, no somos ni desarrollados, ni tercermundistas. En el primer mundo, las sonrisas apuntan para arriba, en el tercer mundo, las caras largas apuntan para abajo. En la mitad, los labios permanecen parcos, sin dirección aparente.

- No tenemos inventiva. Los mismos "padres de la patria” robaron el nombre "Ecuador", del estudio que realizaron los franceses para determinar la línea equinoxial. Equinoxial = Equidad = Ecuador. (Un poco irónico en un país con las más altas tasas de desigualdad social en la región)

- Somos los seres más ignorados de la región. En las películas gringas, las aventuras sudamericanas siempre toman lugar en Colombia, Perú y, en el peor de los casos, Bolivia. Ni siquiera las mismas cadenas latinoamericanas que reproducen programas gringos, cadenas como Sony, no nos toman en cuenta. Nótese como se refieren a los horarios: "19 horas Peru - Colombia, por Sony Entertaiment Television". A menos que esa puerca rayita (-) sea sinónimo de ecuador, se olvidaron que en medio HAY UN PAIS!

- Cuando hablamos de Ecuador, a los europeos solo se les viene a la cabeza la imagen de una raya en medio del mapa mundi. Una línea que de paso, ni existe.

- Como en los colegios no se enseña historia nacional, somos incapaces de sentirnos orgullosos de la poca historia que tenemos. Los símbolos patrios que mi generación invoca, son al Loco, Abdala Bucaran, comiendo guatita en tarrina mientras cantaba en una tarima, las canciones de los iracundos. Por ende, el acto más patriota que un ecuatoriano puede realizar, es pedir un Yapingacho (plato típico nacional) en un restaurante gourmet.

- No tenemos nada que ver en la televisión. David Reinoso dejo de ser gracioso hace años. No hemos cansado de ver como le crecer la boca de Alfonso Espinoza de los Monteros después de cada cirugía de estiramiento de piel. Rostros nuevo no hay en la TV. No hay un solo programa de televisión que nos identifique como ecuatoriano. (Y que paso con "La Televisión", me pregunto mi hermano). "La Televisión" pasa viajando a Egipto a ver las pirámides y, de paso, lleva enseñando los mismos monos de la Amazonía, desde hace décadas.

- El único símbolo nacional que se me viene a la cabeza en este momento de pensar en algo que haya nacido en el país, es el ecua-volley

- Después de Julio Jaramillo, ¿quién se supone que sea el interprete ecuatoriano más famoso, que tenemos? ¿Fausto Miño? (No me vengan a joder!).

Cuando el colombiano sonríe, es porque disfruta su país. Disfruta de la arepa, del aguardientico y del vallenato; goza con su salsa de los 80, y se enorgullece de sus ya famosos autores y literatos cuyas letras, dieron la vuelta al mundo. Por eso mismo, acá no sonreímos.

No estoy diciendo que Colombia sea un paraíso. Hay cientos de miles de colombianos que reniegan de su país y de los cientos de problemas que tiene (y eso que tiene muchos más problemas que nosotrsos). Hay más paisas, costeños, caleños y rolos que se quejan de su país, antes que ecuatorianos. Nosotros, sin saberlos, con esa expresión de indiferencia, renegamos.

El ecuatoriano se sigue engañando con esa frase: el calor de su gente. Quizás el famoso publicista que ingenio esa mentira, confundió la palabra “gente” con la de tierras. Al fin y al cabo, lo único cálido del Ecuador, es su clima. Y en eso si, no hay nadie mas cálido que nosotros.

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