Las buenas cosas de la vida no son para todas las personas. Hay un grupo selecto de seres humanos que tienen las oportunidades que todos deseamos: ellos, precisamente, son los que menos se dan cuenta de lo que tiene entre las manos.
Esto no creo que se trate de un fenómeno, más bien es el inevitable resultado de un “proceso de filtrado” que hemos emulado de los países de primer mundo; y como siempre, copiamos mal.
Hablo de las oportunidades, “el chance” que todos queremos que nos den para demostrar que también podemos hacer bien las cosas. Cuantas personas de escasos recursos quisieran poder demostrar que ellos también pueden estudiar en una universidad elitista y codearse, intelectualmente, con los de la clase pudiente. Existen aún más personas que quisieran solo una oportunidad para demostrar que ellos son capaces a la hora de desempeñarse en un cargo laboral; una oportunidad es lo que piden.
Pero la vida se trata de cupos, no se trata de capacidades, mucho menos de habilidades, la vida, acá en el tercer mundo (Ecuador y países aledaños), se trata de cupos.
Yo estoy seguro que si en este preciso instante, un talento de las matemáticas, un genio de la economía se presentara a pedir trabajo en una empresa, no lo cogerían. “Recibimos su carpeta, pero en este momento no hay como contratarlo. Lo estaremos contactando”, esa sería la respuesta que recibiría; y una vez más, ese talento, quedaría en el olvido.
Pero el rechazo no es solo en el ámbito laboral: a cuantos le habrán negado la oportunidad de publicar la siguiente obra maestra de la literatura, a cuantos le habrán negado el chance de grabar la siguiente “Hey Jude”; cuantos justicieros, de saco y corbata, habrán terminado siendo taxistas.
Cupos, la vida se trata de cupos: estar en el lugar preciso, en el momento indicado, en el lugar preciso; no se necesita ser alguien capaz, solo aprovechar las oportunidades y correr con algo de suerte; si no pregúntele a Fausto Miño, un greñudo sin talento que lo agarraron de pato para cantar un poco de versos sin sentido… y le pagan por eso.
Mientras que en otras partes del mundo existen cazadores de talentos, personas que buscan prospectos, gente con potencial para poder explotarlo, acá existen departamentos de "recursos humanos” que le cierran la puerta cualquiera sin siquiera preocuparse de ver si la persona que tienen en frente, pueda ser “el genio" que necesitan.
Esto no creo que se trate de un fenómeno, más bien es el inevitable resultado de un “proceso de filtrado” que hemos emulado de los países de primer mundo; y como siempre, copiamos mal.
Hablo de las oportunidades, “el chance” que todos queremos que nos den para demostrar que también podemos hacer bien las cosas. Cuantas personas de escasos recursos quisieran poder demostrar que ellos también pueden estudiar en una universidad elitista y codearse, intelectualmente, con los de la clase pudiente. Existen aún más personas que quisieran solo una oportunidad para demostrar que ellos son capaces a la hora de desempeñarse en un cargo laboral; una oportunidad es lo que piden.
Pero la vida se trata de cupos, no se trata de capacidades, mucho menos de habilidades, la vida, acá en el tercer mundo (Ecuador y países aledaños), se trata de cupos.
Yo estoy seguro que si en este preciso instante, un talento de las matemáticas, un genio de la economía se presentara a pedir trabajo en una empresa, no lo cogerían. “Recibimos su carpeta, pero en este momento no hay como contratarlo. Lo estaremos contactando”, esa sería la respuesta que recibiría; y una vez más, ese talento, quedaría en el olvido.
Pero el rechazo no es solo en el ámbito laboral: a cuantos le habrán negado la oportunidad de publicar la siguiente obra maestra de la literatura, a cuantos le habrán negado el chance de grabar la siguiente “Hey Jude”; cuantos justicieros, de saco y corbata, habrán terminado siendo taxistas.
Cupos, la vida se trata de cupos: estar en el lugar preciso, en el momento indicado, en el lugar preciso; no se necesita ser alguien capaz, solo aprovechar las oportunidades y correr con algo de suerte; si no pregúntele a Fausto Miño, un greñudo sin talento que lo agarraron de pato para cantar un poco de versos sin sentido… y le pagan por eso.
Mientras que en otras partes del mundo existen cazadores de talentos, personas que buscan prospectos, gente con potencial para poder explotarlo, acá existen departamentos de "recursos humanos” que le cierran la puerta cualquiera sin siquiera preocuparse de ver si la persona que tienen en frente, pueda ser “el genio" que necesitan.
"Palanqueo", trafico de influencias, arreglos de las verdades entre otras. A la final solo hay algo que creer y a la final pensar y es en: "Estar en el momento adecuado en la hora adecuada"
ResponderEliminarPero si lo piensas de un modo relativo, la gente busca la comodidad o por lo menos los ecuatorianos buscamos eso, y nos quedamos en el conformismo ya que nadie tiene ese deseo de superación que todo ecuatoriano necesita.
Pero en lo que te puedo asegurar es que no solo se trata de "cupos" para obtener esas oportunidades. Existe un gran lista de razones para las cuales esos "cupos" uno mismo los puede conseguir y otras por las que no se las puede conseguir.
Pero en fin, es un tema que abarca demasiado y solo pasaba para ver que tan agradable era tu publicacion estimado........Yoyo.