miércoles, 18 de mayo de 2011

Culos

¿Que tienen las "reposterías traseras" que tanto nos fascinan? No hablo solo de la obsesión masculina hacia estas “nobles partes”, las mujeres también las morbosean (si no pregúntele a la que más confianza usted le tenga).

Las nalgas, el culo, las tapas... les hemos encontrado tantos sinónimos. Nos fascinan, nos encantan, nos deleitan: en más de una ocasión, alguno de ustedes habrá chocado mientras manejaba y se distrajo viendo un “culo”. (Nota mental: seguiremos siendo países del tercer mundo si seguimos ruborizándonos cuando escuchas y leemos la palabra culo)

¿Qué tienen? ¿Qué secreto guardan las “tapas” que nos vuelven locos? Una mujer puede ser fea, pero si tiene una buena retaguardia, habrá mas de un baboso (me incluyo), haciendo fila para poder "conquistarlas"; a las nalgas me refiero, no a la mujer.

No se trata de un tema grosero, estoy hablando de algo que constituye el 90% de las conversaciones masculinas; eso sí, nadie se atreve a admitir: discutimos con más devoción sobre "las reposterías" que de política, e incluso con mayor fanatismo que cuando dimitimos acerca de futbol. Hasta el “caballero” más decente optara por los pensamientos más impúdicos si ve un buen par de nalgas.

Culos... Que son si no grasa acumula debajo de la espalda, lípidos que se aglutinan y terminan formando un par de caderas, esas que le regalan su forma a la mujer; son unos cojines confortables, cojines sobre los cuales nos podemos sentar. A la larga, y si uno se detiene a pensarlo bien, las “tapas” son solo la antesala de un orificio muy desagradable... Y erótico...

Nalgas, las hay de todo tipo: planas y sin gracia, que son las que dan pena; esqueléticas y en forma de chuzo, que son las de las modelos de pasarela europea; atléticas, esas que tienen un encanto sutil, exquisito, casi perfectas; las desproporcionadas (pero buenas): hablo de las de Jasú o Kim Kardashian, esas que parecieran tener, en cada cachete, un uso horario distinto. También hay nalgas gordas, pero que no dejan de ser morboseables y "manejables"; y por supuesto, no podían faltar, las nalgas gordas, asquerosas y sin gracia... Esas se explican por sí solas...

Las mujeres saben de nuestra debilidad hacia estas, sus partes, y a veces se aprovechan de las mismas. Ojo, no digo que lo hagan siempre, ni que todas lo hacen… tampoco es que todas puedan.

Nosotros, los hombres, necesitamos serenidad para no ser embrujados por las mismas, a las nalgas me refiero; necesitamos dejar de encantarnos por esa forma deliciosa que forman sus jeans apretados; debemos deshipnotizarnos de cuando las vemos meneándose al buen ritmo de un merengue, o de como brotan mientras bailan reguetón (yo se que hasta el más metalero de los metaleros cae rendido al ver a una sexy mujer bailando reguetón; incluso el más punkeros de los punkeros, pone en “mute” el televisor y se queda viendo un video de Shakira).

La próxima vez que te detengas a contemplar esa figura perfecta, esas caderas que se consumen en un pantalón, que se dibujan sin pedir permiso, en la parte trasera de su anatomía; la próxima vez que empieces a morbosearlas, a embobarte, recuerda y analiza; toda esa perfección que admiras, no sirve si una cosa: ocupar más espacio en la tasa del wáter a la hora de ir al baño, su propósito original….

2 comentarios:

  1. Interesante!!! Te desnudaste y con eso vendiste a los tuyos; seguramente los de tu bando se sentirán intimidades o sonrojados al ver esta declaración. Pero qué más da. No es un secreto, solo que no todos se atreven a contárselo al mundo entero.
    Me dio mucho gusto leer esto, especialmente si viene de un tipo pillo y buena gente como tú, pero no pude evitar el querer relacionarme con lo expresado. A medida que leía empecé a querer ubicar a mis amigas, conocidas y o u, mujeres que me rodean en alguna de aquellas clasificaciones, y no pudo ser de otra manera. Ubiqué a cada una de ellas y hasta pensé en cuál estaré yo?. Encontré a las que tienen un culo plano y sin gracia, esqueléticas y en forma de chuzo, sutil, desproporcionadas y obviamente a las nalgas gordas, asquerosas y sin gracia jajajajajaja digamos que me sentí hombre, o sutilmente “morbosa” jajajajajaja al querer clasificarlas.

    Sin embargo, y queriendo ir más allá de lo opinado. No creo que la conclusión a este blog debería ser la razón que expresaste al final, al menos no la que me hubiera esperado “ocupar más espacio en la tasa del wáter a la hora de ir al baño, su propósito original…”. Sin intenciones de ser cursi, o “sweet” creo que la retaguardia de la mujer a más de embellecer –en el mejor de los casos- la figura de la mujer, es una oda complementaria a lo bello -qué delicia diría una buena amiga-, en resumidas cuentas, a quién no le gustaría perderse en uno?

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  2. Meli,

    me encanto tu forma de terminarlo...lastimosamente no nos has dado el gusto de escuchar tu definicion con respecto a las tuyas sin embargo me parece genial y poetica la forma en que las defines y como bien preguntas A QUIEN NO? porque a mi si...!

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