miércoles, 1 de junio de 2011

Día del niño…

Una de las personas que más quiero me escribió hoy diciendo: “daría lo que fuera por regresar a ser una niña”. ¿Qué tiene de bueno la infancia que todos los treintañeros la añora?

No sé, no comprendo porque las personas se empecinan en celebrar este día; de hecho me parece absurdo que un mayor de edad se celebre este día. Bueno, acepto que se aprovechen de las promociones que las cadenas de comida rápidas ofrecen hoy, pero nada más.

¿Por qué extrañan su infancia? Yo recuerdo que cuando se es niño a uno lo retan y lo castigan por todo; uno tiene que pedir permiso hasta para ir al baño; eres un “vegetal económico”, tienes que llorarles a tus papás para que te compren algo, mas para que te digan: “no hay plata”, pero terminen comprándose cosas para ellos mismos.

Durante la infancia eres un “peluche de carne y hueso”: tus papas te arrastran a todas sus reuniones y te obligan a pasar tiempo con los hijos de sus amigos, personas que, en el peor de los casos, no soportas. “¿Mamá puedo ir al cine?; -No tienes edad para eso-“; ¿nunca les pasó?

Cuando se es niño uno nunca tiene la edad para nada: no puedes entrar a los mejores lugares, no puedes jugar los mejores juegos, siempre tienes que pedirle a un adulto que te ayuda a abrir los frascos y latas. Las cosas que más te gusta comer las devoras a escondidas porque 'hacen daño': tus padres te lo prohíben; la infancia es esa etapa de la vida en la que eres un “lisiado social”: dependes de todos.

“Uno no tenía responsabilidades”, dicen los más ingenuos, pero se olvidaron que con el cuento de “costeamos tu educación”, los padres nos impusieron la responsabilidad de mantenerlos contentos a punta de notas de las que se pudieran sentir orgullosos. Pobre de mi que siempre tuve una “libreta de congelador”: siempre bajo cero.

La “adultez económica” es lo que de verdad debemos celebrar, cuando finalmente nos libramos del yugo paternal, cuando finalmente, y con dinero en los bolsillos, hacemos de nuestra voluntad. Sí, porque la adultez se alcanza a los 18 años, pero mientras no tengas dinero en tus bolsillos, seguirás siendo un vegetal social, un parásito agota-recursos paternos. Porque ser niño es lo más parecido a ser una plaga. 

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