Amanecí con la noticia del “impuesto verde”: un valor excesivo que se le cobrar a los carros de lujo; una de esas tantas ideas de los gobernantes de este país para “hacer la vida más justa”, y por justa enriendase que “los ricos paguen más plata”…
La verdad es que, por mi lado, no me veo afectado; yo conduzco mi carcacha: un Volkswagen escarabajo del 74, el carro que toda la vida desee tener, y por suerte, un carro que no atrae las miradas del gobierno, ni de los ladrones, y tampoco de las mujeres (vale recalcarlo).
El verdadero problema, la razón por la que las personas hacen problema, es que se supone que sea un “impuesto verde”, destinado a cuidar el medio ambiente, un valor que “compense” el daño que hace los vehículos a la naturaleza… y no es así: el impuesto busca joderle la vida a los “viejos verdes” que compran carros lujosos para impresionar a las “niñas”.
Pagar impuestos nos jode la vida a todos: en la Latinoamérica, pagar impuestos es un crimen. ¿por qué un crimen? Sencillo: la plata de nuestros bolsillos se la cogen los dueños del país, los asambleístas, los ministros y su indeterminable buró de asesores y “pasadores de café”, mientras que los que pagamos impuestos, seguimos sufriendo por un buen sueldo.
Me pregunto ¿Quién pagará los impuestos de los carros de los lujo que manejan los “viejos verdes” del gobierno? ¿Adivinaron? Sí, nosotros…
Sus impuestos, mis impuestos, son los pasajes de avión con los que el presi viaja y se pasea por todas partes; ojo, que también los adinerados que tanto critica hacen lo mismo: viajan y se pasean con el dinero de las utilidades que no le dan a sus empleados, ¿diferencia? Ayúdeme a encontrarla porque no le veo ninguna.
Los verdaderos afectados somos los que estamos en la mitad de todo: usted y yo, que trabajamos horas extras para reunir esa plata para comprar “el carro soñado” (entiéndase por “es carro que mi bolsillo pueda pagar”). Los pobres no tiene plata para comprarse un carros, no pagan impuestos porque roban los servicios básicos, no tiene como comprarse un carro y se alegran de ver como les joden la vida a los que si pueden : sus patrones (no se engañe, todos nos alegramos de la desgracia ajena). Los adinerados, los que tiene los carros caros, los que viajan y esquivan los impuestos que más pueden, ni se inmutan: ¿qué son 6000 dólares en impuestos? De alguna forma se las ingenia para sacar esos 6000 dólares de los sueldos de sus subordinados…
A la final, usted y yo, los que pagamos impuestos y no nos atienden en el hospital de seguro; los que pedimos factura en cada compra para declarar impuestos; los que pagamos el IVA en cada compra, nosotros los que jugamos por las reglas somos los que costeamos la vida de los pobres, la vida de los ricos, y la gasolina de los SUV Lincon, 4x4, en los que los ministros y mandatarios llegan a todos los actos populares en los que a los pobres les ofrecen un país más justo…
La verdad es que, por mi lado, no me veo afectado; yo conduzco mi carcacha: un Volkswagen escarabajo del 74, el carro que toda la vida desee tener, y por suerte, un carro que no atrae las miradas del gobierno, ni de los ladrones, y tampoco de las mujeres (vale recalcarlo).
El verdadero problema, la razón por la que las personas hacen problema, es que se supone que sea un “impuesto verde”, destinado a cuidar el medio ambiente, un valor que “compense” el daño que hace los vehículos a la naturaleza… y no es así: el impuesto busca joderle la vida a los “viejos verdes” que compran carros lujosos para impresionar a las “niñas”.
Pagar impuestos nos jode la vida a todos: en la Latinoamérica, pagar impuestos es un crimen. ¿por qué un crimen? Sencillo: la plata de nuestros bolsillos se la cogen los dueños del país, los asambleístas, los ministros y su indeterminable buró de asesores y “pasadores de café”, mientras que los que pagamos impuestos, seguimos sufriendo por un buen sueldo.
Me pregunto ¿Quién pagará los impuestos de los carros de los lujo que manejan los “viejos verdes” del gobierno? ¿Adivinaron? Sí, nosotros…
Sus impuestos, mis impuestos, son los pasajes de avión con los que el presi viaja y se pasea por todas partes; ojo, que también los adinerados que tanto critica hacen lo mismo: viajan y se pasean con el dinero de las utilidades que no le dan a sus empleados, ¿diferencia? Ayúdeme a encontrarla porque no le veo ninguna.
Los verdaderos afectados somos los que estamos en la mitad de todo: usted y yo, que trabajamos horas extras para reunir esa plata para comprar “el carro soñado” (entiéndase por “es carro que mi bolsillo pueda pagar”). Los pobres no tiene plata para comprarse un carros, no pagan impuestos porque roban los servicios básicos, no tiene como comprarse un carro y se alegran de ver como les joden la vida a los que si pueden : sus patrones (no se engañe, todos nos alegramos de la desgracia ajena). Los adinerados, los que tiene los carros caros, los que viajan y esquivan los impuestos que más pueden, ni se inmutan: ¿qué son 6000 dólares en impuestos? De alguna forma se las ingenia para sacar esos 6000 dólares de los sueldos de sus subordinados…
A la final, usted y yo, los que pagamos impuestos y no nos atienden en el hospital de seguro; los que pedimos factura en cada compra para declarar impuestos; los que pagamos el IVA en cada compra, nosotros los que jugamos por las reglas somos los que costeamos la vida de los pobres, la vida de los ricos, y la gasolina de los SUV Lincon, 4x4, en los que los ministros y mandatarios llegan a todos los actos populares en los que a los pobres les ofrecen un país más justo…
jajaja Muy bueno! Una observacion: El presi viaja en su jet privado cuyo costo de mantenimiento es de 2 millones de dolares al año, sin incluir combustible. Ademas, su jet contamina lo mismo que 80 carros con un cilindraje de 2000 cc. No puedo pensar en un vehiculo mas de lujo y mas contaminante que el jet presidencial, que, por cierto, tambien impresiona a las "niñas", o, en este caso, deberia decir niños?
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