Que Julian Assange venga al Ecuador no me importa. Es más, si el Ministerio de Turismo no saca provecho de esta situación, serían la cartera del estado más idiota del planeta.
El país ya no tiene un referente, el Solitario George se murió y necesitamos un nuevo atractivo. Si es que en algún momento se restablece la moneda nacional tendremos que poner la cara del Juliansito en los billetes, tal y como con la tortuga. Él será nuestra mayor atracción.
Lo que me gusta del hecho de que el fundador de Wikileaks haya escogido a la madre patria del banano como su próximo hogar es que la gente al menos por curiosidad se ha preguntado donde es que queda el país. Ya el gringo y el europeo dirá "oh you, from Ecuador, that place where Assange lives".
Imagino que si Julian llega, será noticia en todos los diario por lo menos una vez al mes. Es nuestro visitante más celebre desde Angelina Jolie y Brad Pitt. Su constante presencia llevará a que las madres juveniles encuentre en su nombre, Juian Assange, un patronímico muy bonito para sus hijos. En cinco años ya se tomará lista en los jardines de infantes a algunos niños llamados Yulián-Asán Garcia, Lopez, Quispe y demás.
En los gabinetes de belleza, desde ahora hay fotos de Assange, ya la gente quiere hacerse el peinado del él, en su versión cabello corto y largo. Habrá también algunos que confundan a Assange con el Magneto de de Iam McKellen. Igual, Assange será trend de la moda.
Los programas de farándula finalmente tendrán algo internacional de que hablar. El Cuy de la información regresará para perseguir a Juliansito a cada antro que se meta para ponerle el micrófono a la salida.
Kaviedes también la tendrá dificil. Un año después de su llegada, y por su fama, Assange afrontará tantas demandas de paternidad, tal cual le paso al ex futbolista cuando le llegó la fama. Kaviedes y sus chistes sobre la paternidad pasarán al olvido, todo por culpa de un australiano.
En los canales de televisión darán cursos para que sus reporteros puedan pronunciar bien el nombre del 'refugiado político'. El único personaje de pantalla que tiene permitido de Asán, es José Delgado. A los demás los pondrán en clases de fonética for dummies.
Sí el australiano llega al país, la fecha en la que el arribe será recordada, año tras año, como el "Día de alguna vaina". Para entonces la secretaría de comunicación habrá encontrado algún nombre para ese día. Con surte y en el futuro, la fecha se convertirá en feriado nacional.
Yo solo espero que a Assange le vaya mejor que a Paloma con el español.
Lo cierto es que todas estas pueden se consecuencias a las que el país puede acarrear con la llegada de este señor. Eso si es que a los ingleses se les ocurre dar permiso para que él salga.
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