lunes, 2 de julio de 2012

Autores y actores

De los hechos que me llenan de rabia, que se le atribuya a Johnny Depp y su personaje Jack Sparrow la mayoría de las frases acuñadas en el guión de Piratas del Caribe, está en los primeros lugares. No me cae mal Depp, pero él no mentalizó las frases. Incluso Al Pacino y Brando, en el Padrino, que dijeron esas lineas que uno repite como mandamientos, me emputa; me emputo conmigo mismo por no indagar en el misterio de quien acuñó tales y sublimes pensamientos.

Sí, yo sé que Mario Puzo escribió el libro que no he leído, pero sé que hubo que hacer un guión y adaptar todo lo que había en esa obra en dos horas y un poco más que fue la joya del cine de Francis Ford Coppola. Eso me lleva a pensar que también había alguien más, no solo el autor ítalo-americano, detrás del "I´m gonna make him an offer he can´t refuse". Pacino hizo lo suyo con la personificación del mafioso por excelencia, pero él poco o nada tuvo que ver detrás del esa "keep your friends close but your enemies closer". ¿Quién será el cabrón genio que verborreó esa linea?

Uno, que como no tiene talento le tocó dedicarse al periodismo y la fotografía, no entiende nada de este drama sino hasta después, cuando uno, de chiripazo, logra un buen texto o foto y lo que quiere es reconocimiento. No hablo de adulaciones ni nada por el estilo, solo el conocimiento de la autoría de sus fotos.

Porque la gráfica es cruel, incluso con su autor: la foto solo muestra al actor más no el autor. Si bien hay un protagonista de una acción, esta acción (valga la redundacia) fue capturada por un autor, un humano detrás del obturador, del papel, del lienzo, de la grabación. Ni las fotos ni las palabras aparecen de la nada, hay alguien que se rompe el mate intentando plasmar momentos, situaciones y demás emociones para un público ingrato que no busca al autor sino más que para reclamarle cuando las cosas no son lo que le parece. Aplausos para esa gente tan hijueputa.

La gente inteligente sabe que hay que conocer a los autores, porque ellos son las mentes que deliberan las acciones; el problema es que el mundo está lleno de idiotas que celebran a Jack Sparrow y no a Ted Elliot, uno de los dos guionistas de Piratas del Caribe, y que también es responsable de algunos de los chistes de Sherk.

El otro día murió Nora Ephron y yo no tenía idea que esta mujer existía si no hasta que la gente empezó a lamentar la defunción de la responsable de ese guión tan bonito que es el de When Harry met Sally. Sí, a un escritor lo mejor que le puede pasar es morirse, pero ahí es cuando la gente se da cuenta que, sin aquellos autores presentes, ya no tendrán más de sus palabras, esas que nos hicieron felices. Vida tan maldita.

Y ahondando un poco más en el tema, yo en realidad creo que el Che Guevara no sería el ícono que fue sino fuera por ese retrato que Alberto Korda le hizo. La vida es tan cabrona que mientras escribía este post googleé el nombre de Korda, porque no recordaba si se escribía con K o C, y en las primeras imágenes que aparecen en el buscador sale la foto de Guevara y no la de él.

Más recientemente, aprendimos el nombre de Josh Weedon, el director de The Avengers porque fue responsable de Buffy y de la primera película que le hizo justicia a Hulk. Él, un gordo, calvo y cuarentón, fue la mente que armó ese rompecabezas de efectos y súper poderes que nosotros disfrutamos; pero no, nadie quiere verse como él sino como Chris Hemsworth, el australiano de metro noventa reventado a esteroides y que no sabe actuar. Así de mierda somos.

Y que decir de Michael Phelps, el mayor medallista olímpico de la historia que lo agarraron fumando marihuana hace dos años. A él lo entrena Bob Bownam, un tipo que es el responsable de que él sea quien es pero gana un quinto de dinero en comparación al atleta. No les voy a mentir, ni yo sabía como se llamaba el gringo este, le tuve que preguntar a mi hermano.

Pero todas las miradas del mundo, al menos durante los Olímpicos, caen sobre Phelps. Desde el graderío, Bowman celebra el éxito de su trabajo cada vez que el orejón gana una medalla. A él nadie felicita, ni lo fotografiará, nadie lo reconocerá.

En la alfombra roja Ted Elliot pasará y alguien por ahí lo capturará en video porque lo confundió con algún famoso; en cambio a Depp, a quien le atribuyen todas las frases que Elliot sufrió pensando, le gritarán por cada verso que él a través de Sparrow dice.

Vida más hijueputa. 

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