The Artist ganó el Oscar a mejor película y yo sigo preguntándome ¿por qué miro esta gala? Debí dejar de ver la premiación de la Academia de Ciencia y Artes Cinematográficas gringas cuando en el 97' le dieron el mismo galardón a Titanic, esa telenovela venezolana de alto presupuesto.
Me disculparé con quienes creen o de verdad entiende de cine y han intentado convencerme de que el filme es bueno, pero yo lo único que rescato del mismo es la ternura que me despertó el perrito; de ahí no le veo el sentido a hacer una película con aires de homenaje al Hollywood mudo. Sí, la gente apagaba el DVD (porque acá la vimos pirateada) con un aire de grandeza, como si hubiesen cumplido con el cívico deber de observar una pelícual en blanco y negro, "artística", y aunque decían que le gustó el filme, no se explicaban porque lo habían disfrutado. Tampoco podían quedar como lo "insípidos e insensibles" que no comprendieron este pedacito de basura (es mi opinión, no se ofenda).
La misma reacción la tuvieron cuando vieron Sheakspear in Love, otra película mala que "conmovio" a la masa de zombies amantes de la bachata que no discierne de la carroña que se les pone en frente. Los Oscar (a veces no, pero en la mayoría de las ocaciones) solo premian al mal gusto colectivo, no encuentro otro motivo para que en el 94' le hayan dado la estatuilla de "mejor película" a ese cuento de hadas moderno que es Forrest Gump y no se lo hayan otorgado a la estilizada, violenta y desordenadamente deliciosa Pulp Fiction. No encuentro otra explicación.
El mal gusto colectivo es solo un síntoma de lo que nos toca vivir, no por nada Arjona y Luis Fonsi tienen premios, son los "artistas" de las masas, masas que son el mismo conglomerado de personas que manipuladas por los políticos. Esos que cantan "fumarte un habano en American Airlines", que debe ser la metafora más nauseabunda de la historia del lenguaje español, son los mismos que dan el voto a la tendencia popular.
Si piensan que los gustos musicales, fílmicos y literarios son algo insignificante y "no dañino", están equivocados. Esa misma incapacidad de razocionio del mal producto que se les pone en frente es llevado luego a las deciciones más importantes que moldean la sociedad, como las votaciones, consultas populares, homenajes y demás atribuciones de responsabilidades que nos hemos acostumbrado a entregar.
El mal gusto es contagioso y peligroso, no por ende en una época en la que hay tantos fans de Daniel Betancurt, Fausto Miño, Fanny Lu, Juanes y Shakira, tenemos la sarta de gobernantes que tenemos en esta región del mundo. Toda esa gente sin criterio es la misma que va al cine y tiene miedo de decir que se quedó dormida durante The Artist, y son los mismos que después anda diciendo que es una "película lenta pero muy buena". Así mismo, esta gente vota en los premios MTV por Camila y despues va a las urnas a sufragar por una tendencia a la que no comprenden por completo pero creen que "es la mejor" porque es lo que le gusta al conglomerado de farreros de fin de semana y demás miembros de su círculo social. A esta gente le gusta Paulo Coehlo, Wisin y Yaden; ese mamotreto de malpensantes que se pasan las rojas y ponen luces de neon al carro, todas deciciones que parecen estar muy distanciadas la una de la otra pero que son trascendentales.
A la larga, que disfrutes de esa música de mierda y que no sepas decir porque te gustó o no una película; eso sumado a que celebres sin entender porque The Artist ganó el oscar a mejor película, es lo que tiene los países tan jodidos como están.
Me disculparé con quienes creen o de verdad entiende de cine y han intentado convencerme de que el filme es bueno, pero yo lo único que rescato del mismo es la ternura que me despertó el perrito; de ahí no le veo el sentido a hacer una película con aires de homenaje al Hollywood mudo. Sí, la gente apagaba el DVD (porque acá la vimos pirateada) con un aire de grandeza, como si hubiesen cumplido con el cívico deber de observar una pelícual en blanco y negro, "artística", y aunque decían que le gustó el filme, no se explicaban porque lo habían disfrutado. Tampoco podían quedar como lo "insípidos e insensibles" que no comprendieron este pedacito de basura (es mi opinión, no se ofenda).
La misma reacción la tuvieron cuando vieron Sheakspear in Love, otra película mala que "conmovio" a la masa de zombies amantes de la bachata que no discierne de la carroña que se les pone en frente. Los Oscar (a veces no, pero en la mayoría de las ocaciones) solo premian al mal gusto colectivo, no encuentro otro motivo para que en el 94' le hayan dado la estatuilla de "mejor película" a ese cuento de hadas moderno que es Forrest Gump y no se lo hayan otorgado a la estilizada, violenta y desordenadamente deliciosa Pulp Fiction. No encuentro otra explicación.
El mal gusto colectivo es solo un síntoma de lo que nos toca vivir, no por nada Arjona y Luis Fonsi tienen premios, son los "artistas" de las masas, masas que son el mismo conglomerado de personas que manipuladas por los políticos. Esos que cantan "fumarte un habano en American Airlines", que debe ser la metafora más nauseabunda de la historia del lenguaje español, son los mismos que dan el voto a la tendencia popular.
Si piensan que los gustos musicales, fílmicos y literarios son algo insignificante y "no dañino", están equivocados. Esa misma incapacidad de razocionio del mal producto que se les pone en frente es llevado luego a las deciciones más importantes que moldean la sociedad, como las votaciones, consultas populares, homenajes y demás atribuciones de responsabilidades que nos hemos acostumbrado a entregar.
El mal gusto es contagioso y peligroso, no por ende en una época en la que hay tantos fans de Daniel Betancurt, Fausto Miño, Fanny Lu, Juanes y Shakira, tenemos la sarta de gobernantes que tenemos en esta región del mundo. Toda esa gente sin criterio es la misma que va al cine y tiene miedo de decir que se quedó dormida durante The Artist, y son los mismos que después anda diciendo que es una "película lenta pero muy buena". Así mismo, esta gente vota en los premios MTV por Camila y despues va a las urnas a sufragar por una tendencia a la que no comprenden por completo pero creen que "es la mejor" porque es lo que le gusta al conglomerado de farreros de fin de semana y demás miembros de su círculo social. A esta gente le gusta Paulo Coehlo, Wisin y Yaden; ese mamotreto de malpensantes que se pasan las rojas y ponen luces de neon al carro, todas deciciones que parecen estar muy distanciadas la una de la otra pero que son trascendentales.
A la larga, que disfrutes de esa música de mierda y que no sepas decir porque te gustó o no una película; eso sumado a que celebres sin entender porque The Artist ganó el oscar a mejor película, es lo que tiene los países tan jodidos como están.
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