Ves a una pareja de ancianos cogidos de la mano, él, impotente desde hace más de dos décadas y ella, una víctima más de la gravedad, son el centro de atención de hombres y mujeres que creen que el amor es posible; ellos lo lograron: el amor existe.
Nadie se detuvo a pensar si esa pareja de ancianos es feliz o si simplemente están junto porque ninguno de los dos tiene el valor de decir que ya no se aguantan. Esto es mucho más creíble que lo primero. En sus pervertidas mentes lo único que pueden pensar es que esa pareja son el uno para el otro, que ambos, años atrás, encontraron al amor de sus vidas.
El amor es una reacción química del cuerpo la que permite que la raza se siga procreando. Dicho esto, el amor es la respuesta que encontró la naturaleza para que nosotros las personas sigamos poblando el planeta.
Sí, la afirmación es un poco cruel y deja de lado todo ese misticismo con el que las superproducciones hollywoodenses han cubierto a las relaciones de pareja. En fin, hablar de amor es entrar a debatir un tema en el que todos creemos tener la razón, un tema del que todos hemos sido participes en algún momento de nuestra vida y del que desgraciadamente todos quieren opinar.
Pero el amor es un problema en si; por amor se han tomado las peores decisiones del mundo, y creo que todos concordamos que una persona enamorada tiene la capacidad de discernimiento y raciocinio de un orangután hambriento.
Son cinco millones de años de evolución y los humanos aún seguimos enamorándonos. Es una vergüenza.
Por amor es que la gente se casa, deja todo abandonado y se embarca en la odisea de convivir con una persona a la que empezará a conocer cuando deje sus calzoncillos tirados en la mitad del cuarto; por amor es que la gente confía y “olvida” ponerse condón; por amor es que la raza está como está: mujeres altas y de kilométricas piernas se enamoran de enanos desabridos con los que decidirán procrear hijos que por razones obvias, saldrán más pequeños que ella acabando así con décadas de buenos genes, todos tirados a la basura. El amor es una enfermedad mental que hace que seamos incapaces de tomar las decisiones correctas.
¿Cuantos jóvenes no habrán dejado una beca en el extranjero por quedarse con la pareja que un año después le pondría los cachos y acabaría con su relación y la vida profesional del que alguna vez fuera su amante?
Y a la larga la culpa es de nosotros, somos los únicos responsables de mal interpretar esa idea del amor: las películas tienen mucha responsabilidad también en este asunto, son historias que se saltan de momentos felices en momentos felices y que construyen una realidad paralela que incluso tiene un final feliz (o triste). Porque el amor no son si no más que instantes: una caricia en un momento justo, un beso tierno o violento en el instante preciso; un gesto de cariño que antecede a una velada de perversiones (y es aquí donde interviene la parte química). Instantes, el amor es solo instantes, no una eternidad de felicidad tal y como en las películas.
Es por eso que las relaciones que duran son las que no se basan en instantes sino en complementos: las parejas que abandonan lo irrazonable de los momentos para convertirse en indispensables extensiones de la persona (y como idiota yo también creo tener la razón en el asunto).
Ahora, la próxima vez que estés sentado frente a esa pareja que tanto deseas, recuerda: abre los ojos, mírala bien, por más que sepa hacer bien las cosas en la cama, por más que cumpla tus caprichos y aberraciones, ella es la misma que no tolerará calzoncillos sucios en la cama; lo más probables es que como estás enamorado ni siquiera veas que ella en realidad es una mujer fea, y vamos a ver como le explicas a tu mamá que ella va a tener nietos feos. Sí, esa es a la que tanto llamas "el amor de mi vida".
Nadie se detuvo a pensar si esa pareja de ancianos es feliz o si simplemente están junto porque ninguno de los dos tiene el valor de decir que ya no se aguantan. Esto es mucho más creíble que lo primero. En sus pervertidas mentes lo único que pueden pensar es que esa pareja son el uno para el otro, que ambos, años atrás, encontraron al amor de sus vidas.
El amor es una reacción química del cuerpo la que permite que la raza se siga procreando. Dicho esto, el amor es la respuesta que encontró la naturaleza para que nosotros las personas sigamos poblando el planeta.
Sí, la afirmación es un poco cruel y deja de lado todo ese misticismo con el que las superproducciones hollywoodenses han cubierto a las relaciones de pareja. En fin, hablar de amor es entrar a debatir un tema en el que todos creemos tener la razón, un tema del que todos hemos sido participes en algún momento de nuestra vida y del que desgraciadamente todos quieren opinar.
Pero el amor es un problema en si; por amor se han tomado las peores decisiones del mundo, y creo que todos concordamos que una persona enamorada tiene la capacidad de discernimiento y raciocinio de un orangután hambriento.
Son cinco millones de años de evolución y los humanos aún seguimos enamorándonos. Es una vergüenza.
Por amor es que la gente se casa, deja todo abandonado y se embarca en la odisea de convivir con una persona a la que empezará a conocer cuando deje sus calzoncillos tirados en la mitad del cuarto; por amor es que la gente confía y “olvida” ponerse condón; por amor es que la raza está como está: mujeres altas y de kilométricas piernas se enamoran de enanos desabridos con los que decidirán procrear hijos que por razones obvias, saldrán más pequeños que ella acabando así con décadas de buenos genes, todos tirados a la basura. El amor es una enfermedad mental que hace que seamos incapaces de tomar las decisiones correctas.
¿Cuantos jóvenes no habrán dejado una beca en el extranjero por quedarse con la pareja que un año después le pondría los cachos y acabaría con su relación y la vida profesional del que alguna vez fuera su amante?
Y a la larga la culpa es de nosotros, somos los únicos responsables de mal interpretar esa idea del amor: las películas tienen mucha responsabilidad también en este asunto, son historias que se saltan de momentos felices en momentos felices y que construyen una realidad paralela que incluso tiene un final feliz (o triste). Porque el amor no son si no más que instantes: una caricia en un momento justo, un beso tierno o violento en el instante preciso; un gesto de cariño que antecede a una velada de perversiones (y es aquí donde interviene la parte química). Instantes, el amor es solo instantes, no una eternidad de felicidad tal y como en las películas.
Es por eso que las relaciones que duran son las que no se basan en instantes sino en complementos: las parejas que abandonan lo irrazonable de los momentos para convertirse en indispensables extensiones de la persona (y como idiota yo también creo tener la razón en el asunto).
Ahora, la próxima vez que estés sentado frente a esa pareja que tanto deseas, recuerda: abre los ojos, mírala bien, por más que sepa hacer bien las cosas en la cama, por más que cumpla tus caprichos y aberraciones, ella es la misma que no tolerará calzoncillos sucios en la cama; lo más probables es que como estás enamorado ni siquiera veas que ella en realidad es una mujer fea, y vamos a ver como le explicas a tu mamá que ella va a tener nietos feos. Sí, esa es a la que tanto llamas "el amor de mi vida".
#GoodWork
ResponderEliminarHay que ser bien “valiente” para insultar y esconderse anónimamente detrás de estas famosas redes sociales, si eres tan valiente Ing. Javier Alberto Genovez Solano – Constructora Coandes porque con la misma intensidad no gritas tus amenazas que si las haces anónimamente, claro eres cobarde y eso es típico de la gente cobarde como tú y todos los que se escudan anónimamente insultando y diciendo que todo está mal, cuando nunca hacen nada ni por su familia, menos por la patria.
ResponderEliminarES DE COBARDES SER MUY VALIENTES E INSULTAR Y AMENAZAR ANONIMAMENTE, COBARDE ING. JAVIER ALBERTO GENOVEZ SOLIS, Y SI NO TE GUSTA Y TAMBIEN ME VAS A AMENAZAR CON MATAR, ME AVISAS A VER SI NOS ENCONTRAMOS EN EL PARQUE CALDERON Y ERES CAPAS DE AMENAZARME CON MATAR, ASI COMO LO HIZISTE ANONIMANTE CON EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, COBARDE.
El tipo de este comentario es un pobre atorrante!!!
EliminarRecién velo este comentario, no viene al caso, o no se porque, pero gracias por leer.
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