jueves, 5 de enero de 2012

Feliz día

En la ingenuidad del festejo está impregnada la clase de personas que somos. Con bombos y platillos celebramos el atropello y con una sonrisa en la cara apretamos manos en el único día en el que decir "soy periodista", parece significar algo digno de una felicitación.

Hoy es "nuestro día", el día de los que durante todo el año somos tildados de morbosos, de los que tenemos una profesión que durante 364 días no es más que una perdedera de tiempo (y que algún periodista joven me venga a decir que sus amigos no lo han tildado de tal cosa). Es el día de los que nos hemos develado hasta por 18 horas, sentados frente a una computadora escribiendo textos de 10,000 caracteres que luego servirán como papel para madurar yucas, o de una noticia que servirá de música ambiental en la sala de un banco, o de un video que jamás será visto por completo.

Si ganar lo suficiente como para tener un vida sin lujos es cuestión de festejo, en este momento debería haber un carnaval de comunicadores en las calles haciendo alarde de su siempre agotable quincena, eso sin contar a todos los periodistas freelance a los que aun no le son cancelados los trabajo del año pasado.

Sí, somos participes de una profesión que no necesita de corbata, que deberá siempre ir a los lugares donde la gente no quiere ni se atreve a ir; somos los encargados de ponerle la censura a esas imágenes que son demasiado fuertes para el público, pero tenemos que verlas. Debemos abandonar siempre el escritorio, mojarnos cuando llueve y aguantar el calor y el humo de las estructuras cuando se queman; nunca sabremos lo que sucederá el día siguiente y son quizás esos pequeños detalles, esos que en secreto disfrazamos de aventuras, los que nos hicieron enamorarnos de la profesión.

Por lo pronto celebrar las desventuras no es lo malo, de hecho hay cosas que podemos celebrar en este día, pero la calidad de vida no es una de ellas.

Tener una profesión es la forma más antigua de prostitución, en especial si se es un comunicador. A los colegas solo les pido que hoy se nieguen a ser felicitados: nosotros valemos más que un apretón de manos y un pedazo de torta. Feliz día.

1 comentario:

  1. Eso es justamente lo que vale la pena, estimado colega. Ser parte de todo lo que los demás unicamente leen, ven o escuchan. Tener el privilegio de estar alli y construir la historia de alguna forma. Nosotros celebramos nuestra profesión cuando conseguimos una entrevista imposible, cuando nos dejan entrar a lugares donde ningún otro medio ha entrado, cuando emprendemos proyectos personales sin paga pero con muchas historias que contar, cuando nos arriesgamos a cruzar un rio torrentoso y carreteras oscuras, con tal de conseguir un dato. Esto es puro amor. ¿Qué otra cosa podría explicarlo?
    Saludos y aunque no quieras, feliz día.
    @Sillmarwen

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