Yo soy de los que habla de más, de los que siempre la caga con lo que dice y/o omite. No lo hago con malas intensiones jamás, solo que la verborrea siempre me puede más. Comentar me hace un inútil con opinión.
Soy un racista empedernido, un machista en teoría, un nihilista declarado. Me han amenazado de muerte por mis comentarios, he sido objeto de burlas por lo que digo. Dos veces me han tildado de anti-patriota por criticar al país y mil veces me han señalado como desagradecido.
La verdad casi nunca creo que me equivoco en lo que digo, muchas veces siento que las cosas que expreso se quedan sin el contexto necesario, sin los argumentos para comprenderlo, y así me gano el odio de muchos.
Mis exjefes me quieren porque siempre tenía un comentario sobre todos los temas, no es lo mismo con mis ex, que en cambio me detestan por todo lo que yo comentaba. Mi familia casi siempre me pide que me calle y en más de una ocasión he tenido que disculparme con ellos.
No es fácil hablar, no por nada hay gente que tiene miedo a hacerlo. No es fácil hablar tampoco cuando de una u otra forma te sientes intimidado por quien tienes en frente.
Ayer la volvía a cagar. Hablaba con alguien que me pide que no hable de ella, y la cagué. Quizás ahora mismo la sigo embarrando con lo que escribo porque sé que me lee y le molesta que lo haga, pero me va mejor escribiendo que hablando.
Tengo la obsesión de hacer siempre lo que me dicen que no haga, no por rebelde ni esas cosas imbéciles, sino que disfruto de ello. Pero ya en repetidas ocasiones hacer lo que me gusta termina siendo un error.
Le dije cosas que no debía, cosas que se mal interpretan, cosas que son una cagada casi tan grande como Windows 8.
Pero si me va mal hablando, me va peor disculpándome. Por eso mejor, de una vez por todas, me quedo callado.
Soy un racista empedernido, un machista en teoría, un nihilista declarado. Me han amenazado de muerte por mis comentarios, he sido objeto de burlas por lo que digo. Dos veces me han tildado de anti-patriota por criticar al país y mil veces me han señalado como desagradecido.
La verdad casi nunca creo que me equivoco en lo que digo, muchas veces siento que las cosas que expreso se quedan sin el contexto necesario, sin los argumentos para comprenderlo, y así me gano el odio de muchos.
Mis exjefes me quieren porque siempre tenía un comentario sobre todos los temas, no es lo mismo con mis ex, que en cambio me detestan por todo lo que yo comentaba. Mi familia casi siempre me pide que me calle y en más de una ocasión he tenido que disculparme con ellos.
No es fácil hablar, no por nada hay gente que tiene miedo a hacerlo. No es fácil hablar tampoco cuando de una u otra forma te sientes intimidado por quien tienes en frente.
Ayer la volvía a cagar. Hablaba con alguien que me pide que no hable de ella, y la cagué. Quizás ahora mismo la sigo embarrando con lo que escribo porque sé que me lee y le molesta que lo haga, pero me va mejor escribiendo que hablando.
Tengo la obsesión de hacer siempre lo que me dicen que no haga, no por rebelde ni esas cosas imbéciles, sino que disfruto de ello. Pero ya en repetidas ocasiones hacer lo que me gusta termina siendo un error.
Le dije cosas que no debía, cosas que se mal interpretan, cosas que son una cagada casi tan grande como Windows 8.
Pero si me va mal hablando, me va peor disculpándome. Por eso mejor, de una vez por todas, me quedo callado.
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