viernes, 21 de febrero de 2014

Con Flappy Bird incluido

Esta semana Facebook compró Whatsapp, la aplicación de comunicación gratuita, por 16 mil millones de dólares. Eso es más que el presupuesto general del estado ecuatoriano. Es mucha pero mucha plata. Es tanto dinero que en realidad no lo puedo poner en una dimensión cuantificable.

A mi mis tarjetas me atosigan porque me paso de la fecha de corte, pero Zuckerberg despilfarra su fortuna adueñándose del mundo digital. Me siento insignificante ante tales transacciones. Mi consuelo es que no tengo que lidiar con una compañía, Facebook, que se va en picada. 

El Titanic del mundo digital es la red social con más número de usuarios registrados en el mundo entero. Un séptimo de la humanidad está en Facebook, y el sitio ya no sabe como sacar partida de ello. 

Todo comenzó como un sitio para estudiantes y se ha convertido en la plataforma de publicidad invasiva más viral que hay. Si hay algo que la gente detesta, es la publicidad. No me mal entienda, es necesaria, yo vivo de ella, pero uno quiere ver publicidad cuando busca un producto que le hace falta, no cuando abre una página web para en la que uno se crea un perfil para mantenerse en contacto con la familia, los amigos y morbosear mujeres. 

Facebook pierde terreno mientras todas las demás redes sociales siguen ganando espacio. Eso es hasta que a las otras plataformas de Social Media también se les ocurra que se debe pagar para que los usuarios ven su contenido, que es el error de Facebook. 

Pero yo lo entiendo a Zuckerberg, todos queremos lucrar de nuestro talento, es la razón por la que nos esforzamos en lo que hacemos, pero ya el gringo se pasa. 

El dueño de Facebook ya compró Instagram y ahora Wathsapp, y pronto lo veremos comprando gente, porque poco le falta. El tipo lo hace porque sabe que su red social, que ya tiene 10 años en inconsciente colectivo de las personas, corre el peligro de expirar. Los inversionistas de la red se dan cuenta que las acciones van a la baja y, por ende, no es buen negocio quedarse en el 'Titanic'. ¿O porque creen que de los 16 mil millones de dólares por los que se vendió Whatsapp, 12 mil fueron en acciones? Al pobre programador que creó la aplicación le acaban de meter un gol más bonito que el de Ibrrahimovic le metió el año pasado a Inglaterra, de chilena. Esas acciones no valen nada.

Yo imagino que Zuckerberg debe estar frustrado ante la poca visión que tuvo de no comprar Flappy Bird, el jueguito ese frustrante que ahorita ya no se lo puede conseguir (porque el jugo ya no está en el app store), porque el tipo que lo inventó no pudo más con la presión mediática que significaba tener que responder por un 'hit' digital. El tipo se hizo millonario con su juego que registraba un total de 50 mil dólares diarios en publicidad, y todo el mundo quería conocer al 'genio' detrás del hit. No pudo con la presión que Zuckerberg lidia a diario. 

Ahora en Amazon e Ebay venden celulares con Flappy Bird incluido, y se venden a precios imbéciles (leí por ahí que uno se vendió en 1000 dólares). El tipo que compró ese dispositivo por un precio tan absurdo es alguien con el mismo criterio de compra de Zuckerberg, solo que sin los 16 mil millones para gastar. 

Pero es que hace mucho perdimos la noción lo que significa el dinero, el tipo que compró ese celular, el dueño de Facebook y yo, lo demostramos. No por nada las tarjetas me joden que les pague, yo gasto en pendejadas. Igual, estoy esperando el 'milagro' a ver si Zuckerberg quiere venir a perder más plata y me paga las deudas. 

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