Yo también le dije a mi mamá, una y mil veces, que me quería ir del país para alcanzar el sueño ajeno. Lo dije y no lo hice, porque justo a los gringos les da por caer en crisis, igual o pero que la de nosotros. Pero de igual forma, eso del ´sueño americano´ hace mucho más sentido que 'el sueño ecuatoriano´. Porque acá lo que la gente tiene es sueño, no sueños. Y si bien, como todos los proles de todas las nacionalidades del mundo, acá también tenemos una que otra aspiración (normalmente copiada de otra parte del mundo):
El sueño de todo ecuatoriano es que algún día la propaganda nacionalista deje de ser copia (en fondo) de lo que hacen los argentinos. Porque en la pantalla nacional lo único que hay es mierda. La esperanza de todo cholo, serrano, amazónico e insular es que en la televisión algún día se proyecte algo que no necesite de escotes y sostenes, o misoginia disfrazada de estereotipo, para ganar rating.
El anhelo de toda mujer y hombre que nació cobijado bajo el tricolor patrio es dejar de morirse de miedo al llegar a donde un agente de aduanas de un país del primer mundo, y no creer que lo van a regresar deportado por X motivo. Uno será libre el día que el escudo con el pájaro gigante, ese que va impreso en el cuero del documento de viajero, represente algún tipo de autoridad global. Como el águila de los gringos.
El sueño de todo ecuatoriano es ser de la generación que vea a Alfonoso Espinoza de los Monteros retirarse de la televisión; es ser parte de ese grupo de personas que deje de escuchar a los comentaristas deportivos referirse al césped como el gramaje o que al menos le encuentren uno o dos sinónimos más. (También nos conformamos con que Bonafont hable como la gente)
El sueño ecuatoriano es que el voto deje de ser obligatorio, que le dejen de pedir cédula cuando entregue la tarjeta de crédito y que al perder el documento de identidad no le clonen el nombre. Los habitantes de este pedazo de tierra se esperanzan en que algún día el único motivo para renovar lo papeles de identidad sea que se le haya perdido la billetera y no que se la hayan robado.
El sueño ecuatoriano es ver a Barcelona campeonar una vez más, ver a la selección alzar la copa del mundo y tener aunque sea que aparezca otro tipo que le salve el pellejo a todos los deportistas que van a las olimpiadas a exhibir el buche.
El sueño de toda ecuatoriana es poder ponerse falda y que no le anden tocando las piernas en el bus, es poder caminar por la calle sin que el busetero, taxista u obrero promedio le haga un papanicolau visual; es dejar de ser la protagonista de los comerciales de productos para e hogar.
El sueño ecuatoriano es terminar trabajando para lo que estudió, o que al menos termine la carrera que está cursando; no vaya a ser que aprendió el oficio en un centro de estudios que lo tumban de un día para el otro.
El sueño ecuatoriano es ver a una película 'made in Ecuador' ganándose un Oscar (más que sea), un Nobel (aunque un tipo ya se lo ganó en grupo), una Palma de Oro o un Cervantes. A mi que no me vengan con Grammys y esas vainas que si Pitbull, Fanny Lu y Juanes se los ganan, cualquier bestia puede. Y en eso no hay mérito.
El sueño de todo ecuatoriano es ver a los artistas más famosos del mundo comiendo guatita o encebollado. Es vestir de poncho a cualquier ser, diabólico o cristiano, que venga y pise esta, la tierra del nunca jamás.
El sueño ecuatoriano nada tiene que ver con el gringo. A mi en lo personal me gustaría que, de una vez por todas, a la máquina de propaganda nacional se le ocurra algo original en vez de darle la vuelta a toda campaña propagandista que le llega del extranjero. No vaya a ser que, sin darnos cuenta, nos caguen otra canción de los Beatles.
*inspirado por este video: http://www.youtube.com/watch?v=ZGDicJYxX1s
El sueño de todo ecuatoriano es que algún día la propaganda nacionalista deje de ser copia (en fondo) de lo que hacen los argentinos. Porque en la pantalla nacional lo único que hay es mierda. La esperanza de todo cholo, serrano, amazónico e insular es que en la televisión algún día se proyecte algo que no necesite de escotes y sostenes, o misoginia disfrazada de estereotipo, para ganar rating.
El anhelo de toda mujer y hombre que nació cobijado bajo el tricolor patrio es dejar de morirse de miedo al llegar a donde un agente de aduanas de un país del primer mundo, y no creer que lo van a regresar deportado por X motivo. Uno será libre el día que el escudo con el pájaro gigante, ese que va impreso en el cuero del documento de viajero, represente algún tipo de autoridad global. Como el águila de los gringos.
El sueño de todo ecuatoriano es ser de la generación que vea a Alfonoso Espinoza de los Monteros retirarse de la televisión; es ser parte de ese grupo de personas que deje de escuchar a los comentaristas deportivos referirse al césped como el gramaje o que al menos le encuentren uno o dos sinónimos más. (También nos conformamos con que Bonafont hable como la gente)
El sueño ecuatoriano es que el voto deje de ser obligatorio, que le dejen de pedir cédula cuando entregue la tarjeta de crédito y que al perder el documento de identidad no le clonen el nombre. Los habitantes de este pedazo de tierra se esperanzan en que algún día el único motivo para renovar lo papeles de identidad sea que se le haya perdido la billetera y no que se la hayan robado.
El sueño ecuatoriano es ver a Barcelona campeonar una vez más, ver a la selección alzar la copa del mundo y tener aunque sea que aparezca otro tipo que le salve el pellejo a todos los deportistas que van a las olimpiadas a exhibir el buche.
El sueño de toda ecuatoriana es poder ponerse falda y que no le anden tocando las piernas en el bus, es poder caminar por la calle sin que el busetero, taxista u obrero promedio le haga un papanicolau visual; es dejar de ser la protagonista de los comerciales de productos para e hogar.
El sueño ecuatoriano es terminar trabajando para lo que estudió, o que al menos termine la carrera que está cursando; no vaya a ser que aprendió el oficio en un centro de estudios que lo tumban de un día para el otro.
El sueño ecuatoriano es ver a una película 'made in Ecuador' ganándose un Oscar (más que sea), un Nobel (aunque un tipo ya se lo ganó en grupo), una Palma de Oro o un Cervantes. A mi que no me vengan con Grammys y esas vainas que si Pitbull, Fanny Lu y Juanes se los ganan, cualquier bestia puede. Y en eso no hay mérito.
El sueño de todo ecuatoriano es ver a los artistas más famosos del mundo comiendo guatita o encebollado. Es vestir de poncho a cualquier ser, diabólico o cristiano, que venga y pise esta, la tierra del nunca jamás.
El sueño ecuatoriano nada tiene que ver con el gringo. A mi en lo personal me gustaría que, de una vez por todas, a la máquina de propaganda nacional se le ocurra algo original en vez de darle la vuelta a toda campaña propagandista que le llega del extranjero. No vaya a ser que, sin darnos cuenta, nos caguen otra canción de los Beatles.
*inspirado por este video: http://www.youtube.com/watch?v=ZGDicJYxX1s
Me dijeron q usted escribe sobre escudos con pajaros gigantes y vine a poner orden
ResponderEliminarTe faltó ''El sueño ecuatoriano es hacerse pobre para vivir a vaca con el bono''.
ResponderEliminarTambién te faltó ''El sueño ecuatoriano es que un día Johnny Lexxus haga un dúo con Pitbull porque el reggaeton es cultura que no muere''
ResponderEliminarY te faltó ''El sueño ecuatoriano es que al subirte a un medio transporte público el chofer siemppre ponga ''La otra'' con harto vallenato''
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