Yo me vine a enterar que la película que a mi de pequeño me traumó, era el Total Recall, la de Schwarzenneger. Hay una escena, casi al final, en la que el villano queda en la planicie de marte y los ojos se le brotan por las cuencas de los ojos. No recuerdo la edad que tenía al ver esa escena, pero la recordé por mucho. No sabía de que película era hasta que una tarde de fin de semana, en horario diurno, pasaron la película por un canal local y reviví, cual infante petrificado, la grotesca escena.
Hay imágenes que causan eso, asco, vergüenza, enojo; esto último me sucedió, por la impotencia, con las gráficas que publicaron en la web de diario La Hora en la que se mostraba a un par de indígenas empalados con lanzas, cual se muestra en los medios a cualquier acribillado en una esquina de Guayaquil.
El hecho trascendió, y no por lo gráfico del asunto, sino porque según la inapelable Secretaria Nacional de Comunicación (Secom), inicio acciones legales contra el medio de comunicación por mostrar imágenes que son 'morbosas y degradantes con los miembros de la comunidad indígena', cómo cualquiera de las imágenes de niños amorfos por las que se hace cadenas en Facebook.
Así fue como Luis Vivanco, jefe de información del medio involucrado, y periodista al que respeto y admiro, salió a la defensa de lo que se había hecho. Lo que no solo es lógico, sino necesario.
Ya lo dije, a Vivanco lo respeto, pero no puedo estar de acuerdo en la forma en la que defendió las imágenes utilizadas, y no en fondo, sino en la forma.
Si bien el colega cita a las más grandes imágenes de los conflictos bélicos al rededor del mundo y de como lo gráfico de las mismas repercutió en la sociedad, las imágenes utilizadas en el medio fueron tomadas en condiciones distintas, con propósitos diferentes, y lo cierto es que colocar a Nick Ut a la altura de alguien con un celular en la selva, no solo no es justo, sino un error.
Yo creo en el compromiso con la verdad que tiene el medio, y es lo correcto. Mostrara la crudeza de indígenas cercenados es necesario, es un llamado de atención. Censurar el hecho no hará que el empalamiento se revierta; censurar la realidad es algo estúpido. James Natchway dijo alguna vez que el tomaba fotos de guerra con la esperanza de que la gente se enterara de lo que sucedió y así no se repitiera.
Pero la fotografía de Natchway es sublime, lo del tipo con el celular fue solo morbo con el objetivo de tomar unas fotos de un suceso en el que, con suerte, se volverá histórico.
La Hora hizo lo correcto en mostrar el hecho tan crudo como se exhibe, pero no por ende se trata de una fotografía que va a cambiar al mundo. Y aunque entiendo el argumento de mi colega en su totalidad, de como el poner un blur o censurar una imagen le puede no solo restar la fuerza, sino opacar el hecho por completo, las fotos colocadas en el sitio no harán la diferencia.
Es más, el hecho de los Huaoranis no transciende por lo que se registró en las imágenes sino porque tenemos a una cartera del estado, con una acción legal, detrás de un medio.
Yo en realidad me quiero exsorcisar de toda paranoia de persecución a la hora de creer que la Secom está detrás de cualquier error de un diario al que el régimen a atacado directamente, y me escudo más en el hecho de que, en su afán de justificar sus labores, recurren a tratar de enmascarar un hecho que sucedió. Porque, según entiendo, lo horrírifico son las fotos, no la matanza. Al menos así lo entiendo.
Negar el hecho porque un par de personas con estómago débil no tolera la violencia es absurdo; es mejor tener a un par de personas vomitado del asco que provoca una imagen fuerte, a permanecer impávido, sin opinión ni acción ante un hecho que ocurrió.
Quien sabe, quizás en este momento hay un niño pequeño que vio las imágenes y quedó traumado por lo explícito de las mismas. En el futuro quizás, haciendo zapping en internet las encuentre e identifique el hecho que sucedió y, como dijo Natchway, haga lo posible para que no se vuelva a repetir.
Pero esto último lo dudo, uno de pequeño se horrorizaba con poco y los niños de hoy ven mucha más violencia y mierda en la televisión de lo que un par de fotos les pueden enseñar. No es nada que no se vea a diario.
Hay imágenes que causan eso, asco, vergüenza, enojo; esto último me sucedió, por la impotencia, con las gráficas que publicaron en la web de diario La Hora en la que se mostraba a un par de indígenas empalados con lanzas, cual se muestra en los medios a cualquier acribillado en una esquina de Guayaquil.
El hecho trascendió, y no por lo gráfico del asunto, sino porque según la inapelable Secretaria Nacional de Comunicación (Secom), inicio acciones legales contra el medio de comunicación por mostrar imágenes que son 'morbosas y degradantes con los miembros de la comunidad indígena', cómo cualquiera de las imágenes de niños amorfos por las que se hace cadenas en Facebook.
Así fue como Luis Vivanco, jefe de información del medio involucrado, y periodista al que respeto y admiro, salió a la defensa de lo que se había hecho. Lo que no solo es lógico, sino necesario.
Ya lo dije, a Vivanco lo respeto, pero no puedo estar de acuerdo en la forma en la que defendió las imágenes utilizadas, y no en fondo, sino en la forma.
Si bien el colega cita a las más grandes imágenes de los conflictos bélicos al rededor del mundo y de como lo gráfico de las mismas repercutió en la sociedad, las imágenes utilizadas en el medio fueron tomadas en condiciones distintas, con propósitos diferentes, y lo cierto es que colocar a Nick Ut a la altura de alguien con un celular en la selva, no solo no es justo, sino un error.
Yo creo en el compromiso con la verdad que tiene el medio, y es lo correcto. Mostrara la crudeza de indígenas cercenados es necesario, es un llamado de atención. Censurar el hecho no hará que el empalamiento se revierta; censurar la realidad es algo estúpido. James Natchway dijo alguna vez que el tomaba fotos de guerra con la esperanza de que la gente se enterara de lo que sucedió y así no se repitiera.
Pero la fotografía de Natchway es sublime, lo del tipo con el celular fue solo morbo con el objetivo de tomar unas fotos de un suceso en el que, con suerte, se volverá histórico.
La Hora hizo lo correcto en mostrar el hecho tan crudo como se exhibe, pero no por ende se trata de una fotografía que va a cambiar al mundo. Y aunque entiendo el argumento de mi colega en su totalidad, de como el poner un blur o censurar una imagen le puede no solo restar la fuerza, sino opacar el hecho por completo, las fotos colocadas en el sitio no harán la diferencia.
Es más, el hecho de los Huaoranis no transciende por lo que se registró en las imágenes sino porque tenemos a una cartera del estado, con una acción legal, detrás de un medio.
Yo en realidad me quiero exsorcisar de toda paranoia de persecución a la hora de creer que la Secom está detrás de cualquier error de un diario al que el régimen a atacado directamente, y me escudo más en el hecho de que, en su afán de justificar sus labores, recurren a tratar de enmascarar un hecho que sucedió. Porque, según entiendo, lo horrírifico son las fotos, no la matanza. Al menos así lo entiendo.
Negar el hecho porque un par de personas con estómago débil no tolera la violencia es absurdo; es mejor tener a un par de personas vomitado del asco que provoca una imagen fuerte, a permanecer impávido, sin opinión ni acción ante un hecho que ocurrió.
Quien sabe, quizás en este momento hay un niño pequeño que vio las imágenes y quedó traumado por lo explícito de las mismas. En el futuro quizás, haciendo zapping en internet las encuentre e identifique el hecho que sucedió y, como dijo Natchway, haga lo posible para que no se vuelva a repetir.
Pero esto último lo dudo, uno de pequeño se horrorizaba con poco y los niños de hoy ven mucha más violencia y mierda en la televisión de lo que un par de fotos les pueden enseñar. No es nada que no se vea a diario.
Yo cuando viajo a la selva llevo conmigo mi nokia 1100. Iphones son para noobs
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