Tengo mil borradores en la bandeja de este blog. Tengo mil textos que he dejado a medias, en un solo principio pero sin fin, porque a medio tajo me doy cuenta que ya no sé de que escribir.
Solía pasarme, pero no tan seguido, no durante tanto tiempo.
Ya no tengo la capacidad de aburrimiento de antes y por ende no tengo tiempo de sentarme a odiar las cosas, por lo que me he dado una pausa.
Antes mi profesión me obligaba a ver el mundo desde una posición de fisgón, un observador que pasaba al margen de la acción, tan sólo en un lugar para reportar lo que sucede. Y ya no es así, Ya desde hace un par de años que no soy periodista y me toca ser actor, mas no espectador, entonces las palabras cesan.
Escribir es jodido, muy jodido, y hacerlo a diario es más que complicado. El don de la palabra se pierde, se diluye en la comodidad de un sueldo, o se destruye en la agonía de la falta de dinero. Yo he estado en ambos lados.
No me queda sino alejarme un par de meses, quizás semanas, de mi blog, de lo que me consumía el tiempo de forma placentera, y eso porque ya no tengo tiempo para darme pequeños placeres.
Terminaré los textos que tengo en vela, y quizás, después de eso, me vaya.
Por un tiempo.
Solía pasarme, pero no tan seguido, no durante tanto tiempo.
Ya no tengo la capacidad de aburrimiento de antes y por ende no tengo tiempo de sentarme a odiar las cosas, por lo que me he dado una pausa.
Antes mi profesión me obligaba a ver el mundo desde una posición de fisgón, un observador que pasaba al margen de la acción, tan sólo en un lugar para reportar lo que sucede. Y ya no es así, Ya desde hace un par de años que no soy periodista y me toca ser actor, mas no espectador, entonces las palabras cesan.
Escribir es jodido, muy jodido, y hacerlo a diario es más que complicado. El don de la palabra se pierde, se diluye en la comodidad de un sueldo, o se destruye en la agonía de la falta de dinero. Yo he estado en ambos lados.
No me queda sino alejarme un par de meses, quizás semanas, de mi blog, de lo que me consumía el tiempo de forma placentera, y eso porque ya no tengo tiempo para darme pequeños placeres.
Terminaré los textos que tengo en vela, y quizás, después de eso, me vaya.
Por un tiempo.